Un campo de protesta político

Los reclamos por las escuelas rotas son motivo de tensión en la provincia donde, como siempre, se aplica el manual de buen funcionario del MPN. La disputa por el poder no se terminó el 10 de marzo y el gobierno miró para el costado.

La acción colectiva contra funcionarios del gobierno en el área Educación se transformó en una muestra gratis, como la de los medicamentos, del habitus militante que está tatuado en el entramado social de la provincia.

La caída de una porción de cielorraso sobre una maestra fue el inicio o el fin, según el actor que participe del juego en el campo de protesta de la provincia. Para los funcionarios del MPN fue un hecho aislado utilizado por el sector más radicalizado del arco ideológico del gremio ATEN y para los maestros fue la gota que colmó el vaso que puso en tela de juicio la tercerización del mantenimiento a municipios y empresas privadas en la ciudad de Neuquén.

Luego de la elección a gobernador del 10 de marzo, en la que Omar Gutiérrez arrasó con los votos, comenzó a desmontarse la mochila que se cargó para obtener ese resultado. Se hizo todo lo posible, cueste lo que cueste, para que el campo de protesta estuviera limpio. Los actores sociales aceptaron la situación tal vez por temor a un mal mayor o por la comodidad de tener que adaptarse a un nuevo esquema que pusiera en riesgo los “privilegios”.

Anabel Angélica Beliera, doctora en Ciencias Sociales, publicó una investigación para la Universidade do Vale do Rio dos Sinos en la que reflexionó sobre el uso de la teoría de Pierre Bourdieu en el análisis del conflicto social en Neuquén. Refiere que, más que un campo de protesta donde hay reglas de juego que son aceptadas por los participantes, en Neuquén hay una disputa política.

“La protesta no encuentra su fundamento ni en la construcción de leyes de juego propias que estructuren posiciones ni por el valor del juego protesta en sí mismo, sino por la posibilidad de modificar la estructura de posiciones del campo político”, escribió la investigadora. Apunta que se trata de una creencia en el valor de los objetos en juego de un campo y que fuera de él pierden valor, por lo que prefiere hablar de un campo político signado por la protesta.

En el medio se perdieron días de clase, se generó malhumor de padres, estudiantes (mal) empoderados y docentes que, si no está pintada la línea que demarca la cancha de fútbol en un polideportivo, hacen paro para reclamar (literal).

El concepto de campo político presenta numerosas ventajas comparativas en relación con el del campo de protesta pues el último no vuelve legible el enfrentamiento que tiene lugar entre los agentes que monopolizan el capital político, los miembros del MPN y quienes se encuentran desposeídos.

La provincia tiene un particular entramado político que posibilita acciones colectivas. El MPN aplica el manual del buen gobernante. Primero, ignora las protestas y las trata como si fueran aisladas y producto de un afiebrado militante de izquierda. Después las deglute y regurgita. Al terminar otorga más concesiones que las que originaron el reclamo.

En el medio se perdieron días de clase, se generó malhumor de padres, estudiantes (mal) empoderados y docentes que, si no está pintada la línea que demarca la cancha de fútbol en un polideportivo, hacen paro para reclamar (literal).

El mantenimiento de los edificios escolares es un problema que el gobierno no ha sabido o no ha podido enfrentar. Las estructuras físicas no son tan antiguas cuya amortización genere los problemas. El tema está en cómo se distribuyen los recursos para optimizar los resultados.

La contratación del mantenimiento en la ciudad de Neuquén la hizo un ministerio ubicado frente a la Casa de Gobierno pero quien tuvo que hacer frente a la protesta atiende en Colón y Belgrano, once cuadras de distancia, y tiene una dependencia que se ocupa de estos temas. Una eternidad para la burocracia neuquina.

Los estudiantes son profanos en el campo de la protesta y los docentes, en este esquema, son profesionales. La investigadora citada apuntó que “en la provincia de Neuquén nuevos y viejos actores como sujetos de la protesta se encuentran articulados por demandas, identidades y formas de acción compartidas”.

El problema existe en la realidad aunque tal vez en el tablero de control virtual no se observe. Es como que en el tablero de Pecom la tapa del pozo estaba cerrada, pero en la realidad hubo dos muertos.


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