Ser vegetariano, una tendencia que crece entre los adolescentes

Dietas que rechazan -o limitan- el consumo de carne son cada vez más comunes a partir de los 13 años. La ética y amor por los animales prima. No siempre pueden sostenerlas en el tiempo.

Choclos, huevo, morrón, un clásico almuerzo vegetariano.

Milena fue siempre fan de las milanesas hasta que un día enfrentó a su mamá y le dijo que dejaría de comer carne. Tenía 13 años -al mes cumplió los 14- pero estaba convencida. Le chocaba cada vez más el sentimiento de estar comiendo un animal.

A Morena (14) le pasó lo mismo: “me daban ganas de comer carne pero me daba asco y mucha impresión pensar en cómo habían matado a los animales”. Luego de dos años de sentir atracción por el vegetarianismo, se decidió y llevó adelante la dieta. Como ellas, cantidad de adolescentes se replantean lo que quieren comer a partir de lo que sienten al encontrarse con una porción de carne en el plato.

Morena se organiza los domingos y cocina para toda la semana


La adopción de dietas restrictivas es cada vez más común. Se trata de chicos y chicas desde los 13 años en adelante deciden dejar de comer carne, principalmente motivados por fundamentos éticos y morales. La falta de nutrientes esenciales para el crecimiento, la baja en el rendimiento deportivo, el no sentirse parte de las mesas que se comparten socialmente e incluso el sostener la organización de sus propias comidas, son algunas de las contras que los especialistas distinguen y que a algunos los lleva a la deserción.


En el caso de Milena, pudo sostener el vegetarianismo durante 6 meses. “Mi amiga más cercana dejó de comer un poco y otra amiga me siguió. Tengo otra amiga más que es vegetariana. Es bastante común, pero me cansé porque tenía una cuestión con lo social, no me gustaba ir a la casa de alguien y que me hagan algo distinto”.


Morena (14) tuvo su primer intento antes de irse de viaje, en un crucero, a Brasil. Durante sus vacaciones, en la oferta había abundancia de carne y volvió a comer. “Pero me sentía mal. Me daba asco y mucha impresión”, reiteró. Al regreso volvió a empezar la dieta y el verano la agarró en pleno cambio, con tiempo se cocinaba ella misma para reemplazar comidas. No probó carne durante meses.

“Pero cuando empecé el colegio empecé a comer mal, vivía a ensaladas. Bajé 10 kilos y entonces volví a comer carne”, comentó. Sus amigas, la mayoría de ellas, son vegetarianas. “Es cada vez más común. Las que siguen son las que se organizan el domingo para prepararse las viandas de la semana”.

Marina y su hija, Gina, preparan un saludable y variado almuerzo vegetariano.


Gina tiene 13 y se define como vegetariana, aunque de vez en cuando acepta una mínima porción de carne. “No me gusta tanto y no me parece bien todo lo que le hacen a los animales”, insistió. En su casa, la circulación de carne es ocasional: unas milanesas o un asado el domingo. “Como fideos, arroz, vegetales en sopas, tartas, ensaladas, omelette, frutas. Sólo el fin de semana algo de carne”, detalló Gina, que además de ir a la escuela, hace básquet y se siente bien.

Sumar además de restringir


“Hay chicos celíacos que tienen restricciones, pero cuando no tenés prohibiciones por condición física, ¿por qué adoptar una dieta estricta?”, se preguntan puertas adentro de los consultorios los médicos.

Aunque se identifique a la leche, las verduras (sobretodo las de hoja verde), las frutas, el pescado y las legumbres como los alimentos con mayor rechazo entre los adolescentes, en ellos crece la tendencia de adoptar dietas veganas o vegetarianas.

“Es una buena idea pero no a los 13 o 14 años”, asegura María Fernanda Cascarón, médica especialista en Nutrición, que recibe en forma recurrente consultas por parte de pacientes adolescentes y sus familias que no saben qué cocinarles. “Antes venían previo al verano para bajar de peso; ahora no se ve tanto eso y hay demanda todo el año por este tema”, apuntó.


Durante la adolescencia, la parte esquelética y muscular del cuerpo se termina de completar.

Se necesita combustible, no solo subsistir. No podés escatimar nutrientes porque es una etapa de crecimiento”

María Fernanda Cascarón, médica especialista en Nutrición


“Algunos quieren ser vegetarianos y no comen ni frutas ni verduras. Son vegetarianos a base de pizzas, papas, fideos, arroz. Tengo pacientes que sí comen pescado, huevos y lácteos. Otros que son ovolactovegetarianos, en los que se obtienen las proteínas animales en el queso, el huevo, la leche. Otros que un día llegan y dicen ‘no como más harinas’”.


En ese sentido, la especialista aclaró que el problema aparece cuando hay faltante de nutrientes que no se pueden cubrir con la dieta y son indispensables en época de crecimiento, como el fósforo, el calcio y las calorías. “Hay casos en que se tienen que utilizar suplementos. En algún momento, las reservas se agotan y aparece la anemia, la osteoporosis en la adultez, la falta de vitamina B12. Necesitan hierro, calcio y proteínas para crecer, por eso se insiste en que tienen que estar bien asesorados”, insistió.


Cascarón identificó que la adopción de dietas restrictivas incluso no responde directamente al objetivo de bajar de peso.

Lo hacen más para asociarse a una causa, pertenecer. Los chicos están en una edad de búsqueda. A veces es un tiempo y se acomodan. Hasta para ellos es complicado. No pueden ir a comer pizza con sus compañeros de la escuela, ni a comer unas hamburguesas. Y los que son deportistas lo sienten en su rendimiento”.

Cascarón


Ante la falta de voluntad de comer carne, la especialista apela a la negociación. “A veces no aceptan comer un asado porque es lo que más rechazan, pero sí una boloñesa, una feta de carne en un sandwich o una milanesa cada tanto”.


Finalmente identificó que la adopción de la alimentación responde también a otros criterios, que responden a una filosofía de vida en relación al yoga, el medio ambiente y la protección de animales, entre otros.

Imitar a los pares y factores éticos, las principales razones


El tema de la nutrición en adolescentes alcanza no sólo a quienes adoptan dietas restrictivas de alimentos de origen animal, sino también a quienes aún manifestando que “comen de todo” no incorporan vegetales, legumbres ni lacteos a su ingesta diaria, lo que en algunos casos deriva en sobrepeso u obesidad, según consideró Emilio Pevsner, médico especialista en adolescencia que atiende en Roca y dialogó con “Río Negro”.


Entre los fundamentos que escucha en su consultorio, identifica a la imitación de pares como la principal razón que expresan los mismos adolescentes en la consulta. La preocupación por el medio ambiente, factores de ética vinculados a la protección de animales, razones económicas, creencias religiosas, hábitos dietéticos familiares y consideraciones de salud, son otros fundamentos que enumeró Pevsner.

“Si la persona está firme en la decisión de convertirse en vegetariana, para evitar errores que podrán poner en riesgo su salud, debería ser provista de educación y orientación para convertirse en una persona vegetariana saludable. Siempre es recomendable que sea educada por profesionales de la salud capacitados en la temática”.


Emilio Pevsner, médico especialista en adolescencia



Los nutrientes potencialmente preocupantes en la alimentación de los vegetarianos incluyen la vitamina B12, ácidos grasos omega 3, hierro, calcio, vitamina D, zinc y en menor medida las proteínas y el iodo, detalló.

“Aunque una alimentación vegetariana puede satisfacer las recomendaciones actuales para todos estos nutrientes, el uso de suplementos y alimentos fortificados proporciona un escudo eficaz contra una eventual deficiencia. Las dietas vegetarianas restrictivas y mal planificadas pueden ser insuficientes en términos de provisión de nutrientes e incluso pueden ser perjudiciales para la salud a largo plazo. Siempre requieren suplementación las dietas vegetarianas estrictas. Por ejemplo, no hay ningún alimento vegetal que contenga cantidades significativas de vitamina B-12 activa”, explicó.


Pevsner insistió en que durante la adolescencia las necesidades nutricionales son mayores por la velocidad de crecimiento. “Los adolescentes son un objetivo claro de anuncios comerciales, de productos calóricos, ricos en grasa, azúcar y sal, no siendo los más sanos sino los más apetecibles. Los adolescentes tienen la tendencia a saltearse comidas, principalmente el desayuno; comen varias veces afuera de la casa, consumen snacks, comidas rápidas, hacen dietas erráticas, consumen alcohol, hacen deporte”.


Por otra parte, consideró que “aunque el vegetarianismo en adolescentes se asocia con trastornos de la alimentación no hay pruebas de una relación causal. Las dietas vegetarianas pueden utilizarse para facilitar la restricción pero no son las responsables del TCA, ya que este suele ser anterior a la adopción del vegetarianismo. La mayoría de los/las adolescentes vegetarianos/as no tiene un trastorno”.

Imitar a los pares y factores éticos, las principales razones


“En mi grupo de amigas todas son vegetarianas, y solo una fue a una nutricionista”, expresó una de las adolescentes consultadas por “Río Negro”.
“Hay muchos en mi curso que no comen carne, y vemos en internet. Hay youtubers que tienen su canal sólo de eso. Entre nosotras nos vamos compartiendo tips y recetas”, agregó.


“En las redes sociales te informas bastante, lo básico ya lo sabía cocinar. Y vamos compartiendo cosas. Mi amiga más cercana dejó de comer un poco y otra amiga me siguió. Tengo otra amiga más que es vegetariana. Es bastante común”.


Otro dato a tener en cuenta es que para muchos adolescentes que se inician en el mundo veggie, la temática no es desconocida. Para Milena, por ejemplo, el vegetarianismo no era materia desconocida: desde que Milena nació hasta sus 8 años Gabriela, su mamá, fue vegetariana.


“Cada uno puede elegir, pero tienen que hacer una dieta balanceada y eso es mucho tiempo. Mis dos hijas en algún momento dejaron de comer carne, la condición es que se cocinen. Estoy atenta a que no coman mal por no tener tiempo, pero no voy a estar en contra de algo que se que está bueno, uno anda liviano, se siente mejor”.


Gina también tiene dos amigas vegetarianas, además de su mamá. “Hay productos que consumimos que en dieta común no están, pero que nosotras incluimos, como otras harinas, otro azúcar, frutos secos; incorporamos verduras, ensaladas más variadas. Hay un aprendizaje del propio organismo, que va uno teniendo más registro de lo que te esta pidiendo”, amplió Marina, mamá de Gina.

Los sí y los no
qué comen en cada grupo

Vegetarianos: no consumen alimentos de origen animal, pero en general toman leche o aceptan pescado.


Vegano: Son los vegetarianos estrictos, que no toman ningún tipo de alimento de origen animal, como carne, pescado, leche, huevos, miel, etc. Sin excepción.


Lactovegetariano: no consumen ni carne, ni pescado, ni huevos, pero sí aceptan la leche y la miel.


Ovolactovegetariano: no comen carne, pescado y miel, pero sí aceptan la leche y los huevos.


Choclos, huevo, morrón, un clásico almuerzo vegetariano.

Milena fue siempre fan de las milanesas hasta que un día enfrentó a su mamá y le dijo que dejaría de comer carne. Tenía 13 años -al mes cumplió los 14- pero estaba convencida. Le chocaba cada vez más el sentimiento de estar comiendo un animal.

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