Según un informe de la UCA, la pobreza infantil creció y alcanzó cifras preocupantes
El número total de niños pobres supera ampliamente los 4 millones y representa un 41,2% de todos los menores del país. Se registró un crecimiento del 4% respecto al informe del año pasado.
La publicación del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA) implicó un duro golpe de realidad: el 41,2% de los niños del país viven en estado de pobreza estructural.
Se trata de 4,7 millones de niños que están privados de al menos dos derechos básicos en una rama de seis que son considerados por la UCA para definir la «pobreza multidimensional». Se trata del derecho a la alimentación, al saneamiento, a la vivienda digna, a la atención de la Salud, a la estimulación temprana y educación, y a la información.
Cuando el número apunta a la carencia de al menos un derecho, la cifra sube hasta un 63,4%; mientras que alcanza el 51,7% cuando se trata de niños que viven en «hogares pobres» desde el ámbito puramente monetario. De ese 63,4% hay que destacar que un 18,9% no logra ejercer uno de los derechos ni siquiera en niveles humanamente aceptables, lo cual torna aún más impactante el número.
Las cifras de la pobreza en la región
Los seis derechos «básicos» presentan cifras alarmantes. El 22,9% de los niños del país carecen del acceso a una vivienda digna, mientras que el 19,1% del acceso a la información. Otro 18,5% no cuenta con servicios básicos de saneamiento, y un 17,4% no cuenta con acceso a la atención de la Salud. Por su parte, el 13,4% no tuvo una correcta estimulación/educación; y finalmente el 8,7% no cuenta con el acceso adecuado a la alimentación.
En la evolución 2010-2018, se advierten progresos importantes, se pasó de un 68,3% a un 63,4% de niños/as privados en el ejercicio de al menos un derecho. En el nivel de privación más severo se pasó de 30,5% a un 18,9%. Y en el último período, 2015-2018 se advierte estabilidad en la incidencia total y una leve merma en el déficit severo. Sin dudas, lo relevante es que la mayoría de las infancias continúan experimentando privaciones inaceptables en múltiples dimensiones del desarrollo.
Los mayores logros en el ejercicio de derechos se observan en la dimensión del saneamiento y acceso a la información. Entre 2010 y 2018, las privaciones cayeron 7,1p.p. (30,8% al 23,7%) y 10,1 p.p. (34,6% al 24,5%) respectivamente. Otros avances fueron algo menores pero significativos en la dimensión de la estimulación y educación de 3,7 p.p. (20,9% al 17,2%).
Se destaca el avance en el espacio de la vivienda del último período 2015- 2018 con una merma de las carencias de 3,7 p.p., y el retroceso en el espacio de la alimentación en 1,4 p.p. dado por la actual coyuntura económica. En el caso del espacio de la vivienda superar las carencias más graves no significó dejar de vivir en condiciones habitacionales inadecuadas.
Desde el punto de vista etario, los adolescentes son los más expuestos a experimentar alguna carencia en el espacio multidimensional de los derechos (73,5%, frente a 60,8% entre los de 4 a 12 y 62,2% entre los de 0 a 3 años). Los niños/as que viven con uno solo de sus padres están más expuestos a experimentar privaciones que aquellos que viven con ambos padres (70,9% frente a 62,3%).
Un niño/a del estrato trabajador marginal tiene 4 veces más chances de tener una privación que las que experimenta un niño/a del estrato medio profesional (84,9% frente a 22%).
Números crudos
- 4,7
- millones de niños viven en estado de pobreza multidimensional. Representan el 41,2% de los niños del país.
- 22,9%
- de los niños del país carecen del acceso a una vivienda digna
Los niños/as cubiertos por AUH tienen más propensión a tener privaciones que los que no reciben (78,2% frente a 57,3%), pero ello se relaciona con el tipo de focalización que tiene la transferencia en poblaciones económicamente vulnerables.
Para realizar el estudio, se tomaron muestras de 3 grandes conglomerados: Gran Buenos Aires, Otras Áreas Metropolitanas, y Resto urbano, en cuya división se encuentra el trazado Neuquén-Plottier-Cipolletti.
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