En 2018 los neuquinos gastaron más, pero pudieron comprar menos

Las ventas en los supermercados neuquinos durante el 2018 no fueron tan buenas como las interpretaciones oficiales intentaron mostrar. En términos reales, es decir, considerando el impacto de la inflación sobre los precios, la suba promedio apenas alcanzó el 1,25% y los últimos cuatro meses del año tuvieron caídas de hasta siete puntos, con fuerte impacto en productos de primera necesidad.

Según un informe elaborado por la dirección de Estadística y Censos de Neuquén, el desempeño de las ventas en las superficies relevadas mostró “señales mixtas sobre la evolución del consumo y el contexto económico general”. Si bien se expandieron por encima del total nacional con una facturación superior a los 16.831 millones de pesos, no fue bueno el desempeño de los alimentos, principal sostén de las ventas en los supermercados. Este grupo promedió una suba del 1,85%, con caídas interanuales en los lácteos, panificados y carnes, bienes particularmente afectados por la suba del dólar, así como en frutas y verduras.

El análisis evaluó que este último rubro tuvo “disminuciones importantes” por los cambios en los hábitos de consumo ideados para mitigar los efectos de la inflación, tales como el traslado hacia ferias y verdulerías o la organización de compras comunitarias en el Mercado Concentrador. También se detectó una disminución en alimentos preparados y de rotisería, cuya caída interanual se profundizó a partir de la segunda mitad del año.

Los artículos de limpieza y perfumería promediaron una baja del 1,02% interanual y la venta de indumentaria se mantuvo prácticamente igual, con un 0,53% de disminución.

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El grupo con mayor caída, según el relevamiento, fue el de “otros artículos” que incluyó libros, ferretería, juguetes, pintura, útiles escolares, plantas y artículos para deportes. La baja fue del 4,07% en el año.

El único rubro que mostró un aumento pronunciado fue el de electrónica, con un crecimiento en términos reales de 8,97%. El informe relacionó el impulso en este tipo de ventas al Mundial de Fútbol y las promociones de televisores que ayudaron a sostener el consumo durante el primer semestre, “compensando las caídas que se presentaron en la segunda mitad del año”.

Es que, si bien de enero a agosto las ventas en la provincia venían ganándole a la inflación, a partir de septiembre ocurrió un desplome. Noviembre fue el mes con mayor disminución, con un 7,11%.

El reporte de Estadística y Censos concluyó que, “en un contexto de aceleración inflacionaria se reflejan cambios en los hábitos de los consumidores” y que la venta de alimentos refleja “el impacto asimétrico que tiene la inflación sobre los sectores de menores ingresos, teniendo en cuenta que las mayores caídas se presentaron en alimentos básicos consumidos por estos sectores en mayor proporción”.

Que la facturación en los supermercados neuquinos fue la que más creció en todo el país durante el 2018 es un dato de la realidad relevado por el Indec en función de una muestra representativa de 101 empresas. La omisión de que, restando la inflación, el incremento real terminó siendo del 1,25% y no del 35,1% es una decisión política.

El gobierno provincial eligió destacar el primer dato y ceder la explicación a la dirección de Estadística y Censos, cuyo informe se publicó en letras bastante más discretas que las de la publicidad oficial. La crisis ya abre fisuras en el slogan de “la mejor provincia”, aunque todavía tiene un margen. No sea cosa que termine como “la que menos peor está”.