Una vida intensa entre las aulas contada en un libro

CENTENARIO (ACE).- La docente jubilada Judith Muñoz presentó su libro «Desde el Aula», una publicación en la que recopiló parte de su experiencia docente durante más de 33 años de presencia en las aulas y fuera de ellas.

«No es una síntesis, no son anécdotas ni un resumen de mis años de docencia, porque no se podría», aclaró Judith; una mujer que prefiere la denominación educadora, porque «es lo que fui siempre, de lunes a lunes y siempre…es la experiencia que me da la riqueza de vida».

Dos de sus amigas y críticas educadoras colaboraron y prologaron su libro. Mirtha Gladys Rodríguez, lo calificó como una «recapitulación de su experiencia docente (…) desde lo más simple y doméstico hasta lo más técnico y académico». También destacó que «teorías, métodos, técnicas, procedimientos y otros recursos» se observaban al servicio «de ese momento supremo que es cuando el docente está frente a sus alumnos».

Judith vive en Centenario desde 1980. Llegó desde San Luis, donde luego de obtener su título de maestra y ejercer la docencia desde los 18 años, se recibió de Asistente Social en la Escuela Superior de Servicio Social Pio XII de la Universidad Católica de Cuyo y luego se licenció en Trabajo Social en la Universidad Nacional de San Luis.

Ya en Neuquén, obtuvo su título de Educadora de Adultos de la Dirección de Educación del Adulto de Neuquén.

La autora explicó que escribir un libro siempre fue un objetivo. Es así que atesoró material desde sus primeros pasos en los grados hasta que se jubiló.

Militante gremial y activa partícipe de los movimientos católicos ya sea como catequista, ya sea en la pastoral social como en la pastoral carcelaria, Judith destacó que las páginas de su libro no tienen un orden cronológico, sino que seleccionó el trabajo en orden a los contenidos.

Planteó que sus creencias religiosas influyeron a la hora de ver a la tarea docente como «de promoción humana, como parte de la educación integral del hombre».

Tuvo alumnos pequeños y «de los que tenían la edad de mi madre», dio clases en escuelas de ciudad y también en las del campo e inclusive en escuelas periféricas con realidades tan disímiles como difíciles.

Postula entonces que «a pesar de todas las cosas, en cada encuentro con los chicos (ya sea en el aula o fuera de ella), debe haber aprendizaje».

Pero su libro no es un recetario de ejercicios de la tarea docente.

Para la profesora Rita Mazer, Judith Muñoz plantea un proceso «con la disidencia, la confrontación y la lucha contra el dogmatismo, con la imaginación creadora vinculada al amor por los niños».

Describió que en el texto «se desgranan reflexiones sobre los directivos que parcelan los patios levantando barreras infranqueables entre los maestros y sobre la vigilancia cariñosa y solícita, pero sobre todo sobre el enseñar. Habla de la vida de la escuela, con sus luces y sus sombras, sus grandezas y pequeñeces».

Finalmente Mazer lo recomienda para los maestros «que están marcados por el ideal de educar para la libertad, no a los que se ganan la vida trabajando como maestros solamente».

En el texto hay experiencias que la marcaron a fuego, como por ejemplo, «cuando con mucha vergüenza y dolor tuve que colocar a los chicos cada uno en su baldoza (en la formación en el patio) y reacomodar los bancos en el aula a la forma tradicional, porque desde la dirección (en épocas de dictadura) se había ordenado dejar de lado el trabajo de grupo, porque querían disciplina sin lugar a la discusión en la actividad educativa».

La maestra postuló entonces que pese a los condicionamientos «nunca perdí el respeto por los educandos, a su necesidad de comunicarse, donde el aprendizaje es parte de lo que ellos saben: es importante conocer sus intereses para ejercer una enseñanza eficaz, sin aburrimiento en los chicos….».

«Desde el Aula» fue solventado por fondos propios y hasta que se distribuya en librerías, se venderá en la casa de su autora, en Centenario.