Por la crisis crecieron las huertas familiares en Neuquén

Desde el Proda aseguran que en los últimos tres meses se sumaron 1.500 interesados. 

En la capital neuquina existen dos huertas protegidas donde los inscriptos aprenden a cultivar y producir sus alimentos.  Foto: Florencia Salto.

En la capital neuquina existen dos huertas protegidas donde los inscriptos aprenden a cultivar y producir sus alimentos. Foto: Florencia Salto.

La recesión económica del país y un creciente interés por la alimentación saludable impulsan a más familias a cultivar. En 2018 9.000 familias participaban de las huertas y en los espacios de producción que lleva adelante el Programa de Desarrollo Agroalimentario (Proda), pero en los últimos tres meses se sumaron unas 1.500 más.

“La demanda siempre es creciente año a año. Pero este año la demanda sostenida de sectores con mas necesidades sigue creciendo y se incorporó un nuevo demandante que son vecinos de sectores que están más urbanizados que tienen de alguna manera menos problemas económicos y que antes eran solo consumidores pero ahora quieren producirlo también”, señaló Ariel Zabert, director del Proda en Neuquén.

Dijo que en los últimos tres meses se sumaron 1.500 familias a los espacios productivos centralmente en San Martín de los Andes y la zona Confluencia.

En números

10.500
familias participan actualmente de los espacios de producción que promociona el Proda en toda la provincia de Neuquén.
2002
El programa Proda, depende del ministerio de Producción, funciona desde 2002. Desde entonces es referencia para emprendimientos familiares.

Opciones para aprender
El referente del Proda señaló que las nuevas familias que se incorporan a alguna actividad productiva no solo son personas que deciden iniciar un trabajo en alguna parcela de la huerta. Otras se sumaron a la producción de hongos comestibles, deshidratados, aromáticas, compostaje de los residuos, subproductos en la sala de agroalimentos, plantines orgánicos, entre otras.

En cuanta a las razones que derivaron en este incremento marcó por un lado la crisis económica hace que “los sectores sociales que están cada vez más comprometidos con lo que están pasando necesitan de alguna manera tener respuesta a su economía familiar y dejar de ir en parte a supermercados y verdulerías del barrio y producir su propio alimento”.

Otro factor lo encontró en la tendencia cada vez más fuerte a una alimentación saludable que se da en el país y a nivel mundial. “Los consumidores se cuestionan cada vez más el origen de lo que se están alimentando, quiénes y dónde lo producen”, comentó.

Además mencionó que ofrecer productos orgánicos se “esta transformando en un servicio turístico” y ya son servicios que se ven en complejos de cabañas de zonas cordilleranas.

Explicó que los que se vuelcan a la producir en la huerta siguen planes de trabajos que acompañan y asesoran los técnicos e ingenieros del Proda: “El programa trabaja con dos estaciones productivas. Una es otoño-invierno y la otra es primavera-verano. Dentro de eso se ofrece un menú de cultivos que el productor puede elegir”.

Desde el Proda reconocen que cada vez más familias de todos los estratos sociales se acercan a consultar por cultivos en casa. En la capital neuquina los espacios no abundan para poder montar una huerta, incluso la proliferación de edificios reduce al mínimo las oportunidades de tener alimentos cosechados en el hogar. Con ese objetivo se diseñó una nueva capacitación que busca optimizar los lugares para desarrollar productos frescos.

La capacitación se enfocó en los conceptos básicos para desarrollar una huerta orgánica y la práctica de cultivos urbanos en espacios reducidos. Contó con más de 100 interesados en la capital neuquina.

Entre los temas desarrollados en la propuesta se destacaron: El compostaje en casa, calendario local de otoño e invierno, sincronario solar lunar biodinámico, botiquín natural para la huerta y los huerteros, creación de biodiversidad, los siete alimentos que aportan energía cultivados en casa (rábano daikon, apio, perejil, kale, repollos, zanahoria y rúcula).

El acento se puso en la posibilidad de desarrollar productos en pequeñas superficies, ya sea en patios, jardines, terrazas, balcones y hasta en macetas.


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