El incremento de la producción fuerza a ampliar los ductos de transporte

A la calidad excepcional y de primer nivel internacional que posee la roca generadora de Vaca Muerta se sumó en sus orígenes la ventaja adicional se encontrarse justo debajo de una zona petrolera ya desarrollada con oleoductos, gasoductos y plantas de tratamiento construidos.

Pero el explosivo incremento en la producción de gas y petróleo que se registró, en especial en los últimos meses de este año, aceleró la cercanía de los cuellos de botella que desde hace un tiempo se anticipaban que podrían ocurrir y pone a las nuevas construcciones de líneas de transporte en una posición clave para la industria.

Si bien hay puntos compartidos entre el gas y el petróleo, la situación de cada uno de los hidrocarburos es particular. En el caso del crudo las líneas de Oleoductos del Valle (Oldelval) tienen aún capacidad ociosa, dado que en realidad fue a partir del segundo semestre de este año que la tendencia declinante de su transporte se revirtió tras 20 años de contracción.

Esto llevó a que el sistema que une Neuquén con Puerto Rosales supere la barrera de los 20.000 metros cúbicos diarios transportados, con una capacidad máxima de entre 25.000 y 26.000 metros cúbicos. Desde la firma se anunció meses atrás un plan para duplicar la capacidad de su red para permitir en 2024 transportar cerca de 50.000 metros cúbicos diarios.

En ese escenario es que la norteamericana ExxonMobil realizó una de las jugadas más fuertes del año al comprarle a Pampa Energía casi la totalidad de sus acciones en Oldelval. La firma ya había dejado trascender su interés en la red conocida como Vaca Muerta Oeste, un ducto con capacidad de 10.000 metros cúbicos que permitiría llegar a una zona en donde la infraestructura es tan escasa que hoy el crudo es transportado en camiones, y en donde ExxonMobil posee varios de sus bloques con mejores perspectivas. La obra se suma al oleoducto Loma Campana – Lago Pellegrini realizado entre YPF y Tecpetrol, para transportar la producción de la zona caliente de Vaca Muerta.

En el segmento del gas, la reforma de las normativas de transporte impulsan la alianza entre TGS y TGN para la construcción del gasoducto Neuquén – San Nicolás, una obra clave para ampliar en consumo interno del fluido y en la que podría accederse a financiamiento norteamericano.

Pero además de esta red , TGS ya se embarcó en la construcción de un gasoducto valuado en 250 millones de dólares para conectar los 92 kilómetros que van desde La Calera a Parva Negra, con capacidad para 37 millones de metros cúbicos diarios.

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