Por ahora no hay pruebas que incriminen a Jones Huala
El referente mapuche argentino está siendo juzgado en Chile por el incendio de una casa. El fiscal dice que habrá condena.
Como ocurrió con las personas juzgadas hace cuatro años, tampoco en el proceso que se le sigue en Chile al referente mapuche Facundo Jones Huala por el incendio de una vivienda parece haber elementos que relacionen al acusado con el hecho.
El fiscal adjunto de Río Bueno, Sergio Fuentes, dijo a la prensa que las pruebas que incriminan al referente mapuche que fue extraditado a Chile en septiembre, son “perfiles genéticos de ADN”.
El 9 de enero de 2013 un grupo de encapuchados ingresó a la estancia Pisu Pisué, en la zona de Río Bueno, ató a los cinco hombres que estaban en el lugar y amenazó a mujeres y niños. Antes de prenderle fuego a la casa, hicieron salir a todos sus ocupantes. Este es un elemento al que apela Pablo Ortega, el defensor de Jones Huala, para asegurar que el delito por el que se lo acusa está mal encuadrado puesto que no se trató de una vivienda habitada.
Luego del hecho, la Policía detuvo a seis personas, incluido Jones Huala, al que atraparon en una vivienda junto a Millaray Huichala, donde había –dice el expediente– armas de fuego y municiones de fabricación casera. Jones Huala no llegó aquel juicio porque huyó a Argentina.
El miércoles una perito química, Andrea Lorenzi, dijo que en una de las botas secuestradas y que forma parte de las pruebas, se encontró material genético de un hombre y una mujer. “Es una huella genética en la que se encuentra la contribución de dos individuos (…) en qué contribución está cada uno no lo sé; tampoco tenemos muestra indubitada para poder haber hecho una comparación”, dijo.
Hace cuatro años, cuando este hecho fue a juicio con los otros acusados como imputados, sólo Huichala recibió una pena en suspenso. Fénix Aquiles Delgado Ahumada, Cristian Ignacio García Quintul, Alexis Bahamondes Garrido y Lautaro Cañulef fueron absueltos.
La declaración de las víctimas
En el inicio de las audiencias, el martes pasado, declaró Alberto Riquelme, que vivía en la casa incendiada. Era el cuidador del fundo Pisu Pisué. Dijo que los que atacaron a él y a su familia tenían el rostro cubierto por una tela tipo seda y por pasamontañas con tres agujeros en el frente. No pudo reconocer a Jones Huala.
El propietario de la estancia, Joaquín Wiber, dijo que en su propiedad se habían registrado dos protestas de grupos mapuches por reclamo de “tierras ancestrales”.
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