La Edad Media y las escritoras
Datos
- Hago una concesión, acuerdo con los humanistas al llamar desde un particular punto de vista “edad oscura” a la Edad Media, pero la llamo por razones muy diferentes de estos, entre ellas es posible que el rótulo sea pertinente cuando hablamos de la mujer en este periodo. Claro, si Agustín de Hipona, que es uno de los grandes intelectuales del mundo medieval y representante de la institución más poderosa de este mundo sostiene: “Las mujeres no deben ser iluminadas ni educadas en forma alguna. De hecho, deberían ser segregadas, ya que son causa de insidiosas e involuntarias erecciones en los santos varones”. Estas ideas cruzaban por la mente no sólo de sacerdotes y monjes sino de otros estamentos de la sociedad medieval con mayor o menor adhesión.
- Lentamente y a medida que avanza la Edad Media esta virulencia se va atenuando, incluso en la misma iglesia con el nuevo lugar que se le da en el dogma a María, la madre de Jesús. La devoción mariana (alrededor del siglo IX) convierte a la mujer en abnegada servidora del varón, en la “santa” de la casa puertas adentro. También la literatura caballeresca erige un ideal de dama (en la clase noble) que va a ser la depositaria del amor del trovador o del caballero y tendrá virtudes inigualables; pero todo esto, claro está, es meramente literario o un juego cortesano, la realidad social de la mujer era bien diferente de este modelo. Cuanto más lejos de la cultura y del saber escrito estuviera la mujer más virtuosa la consideraban.
- Pero siempre hay excepciones. La historia ha conservado algunos nombres que atravesaron la férrea malla de machismo medieval. Una de ellas es Dhuoda de Gascuña, duquesa en la corte de Carlomagno, escribió en latín, para su hijo Guillermo, el primer manual pedagógico del Medioevo, el “Liber Manualis”, del que te dejo unas líneas. “Tu Dhuoda te ayudará siempre, hijo, y si te faltare algún día, lo que sucederá, tendrás este pequeño libro de moral, como imagen en un espejo, para que puedas verme siempre al leer con los ojos de la mente y del cuerpo”.
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