La historia del vagón que se transformó en centro cultural

El antiguo furgón ferroviario fue emplazado en el barrio 30 de Marzo. Allí, mientras los chicos juegan, se les enseña sobre arte y conciencia ambiental.

“Todo me sirve, nada se pierde, yo lo transformo”, dice en “Magia”, el inmortal Gustavo Cerati; y como en la canción, en “El vagón iluminado”, los niños transforman sus realidades. A un palito de madera que soportó un helado de agua aunque lo rescatan de la basura, les aplican su arte y vuelve al mundo transformado, tanto como ellos, porque representa un aporte fundamental en su formación y proyección.

Este antiguo furgón ferroviario fue emplazado por la comuna capitalina en un playón deportivo del barrio 30 de Marzo, donde las carencias están elevadas a la enésima potencia. Forma parte de los espacios que la Secretaría de Desarrollo Humano lleva adelante con propuestas lúdicas para niños y adolescentes.

En este caso, se busca la inclusión generando múltiples actividades y procesos creativos para una pequeña comunidad, y la premisa es la convivencia, el diálogo, el juego. Se intenta que haya intercambio y estímulos de nuevas formas de producir en la comunidad.

Existe una tendencia positiva respecto de que para los niños, jugar es la actividad más importante. Así, desarrollan destrezas, estimulan su imaginación y creatividad, expresan sentimientos o construyen su lenguaje. Y como de imaginación se trata, a los chicos que suben al furgón se les entrega un antiguo boleto de “Primera Clase” numerado como el que se empleaba en el servicio Plaza Constitución-Viedma.

“La dinámica de la actividad se la fueron dando los profesores. Nosotros llegamos, los chicos están jugando en el playón deportivo contiguo, queda subir, y allí se planifica qué se puede hacer a demanda espontánea de quienes están, y hay veces que la tarea se termina en el día”, cuenta Cintya Lupia, la subsecretaría de Cultura que consiguió junto con el saliente secretario de Desarrollo Humano, Ariel Sarricouet, que Tren Patagónico les cediera en comodato el coche de madera.

Estas labores culturales reúnen un segundo propósito: capacitarse para la autogestión de la basura -que desborda en el barrio- y con ese cambio de concepto se les inculca que traten de respetar el medio ambiente. Para ello, rescatan botellas y tapas de plástico, maderas, corchos o alambres que luego utilizan como materia prima.

Los artistas Rafael Crivaro y Ezequiel Garín, aportan lo suyo en este sentido. Fabrican con ellos “jardines colgantes” con botellas plásticas. Como Garín, a su vez es ingeniero agrónomo, imparte instrucciones para que los chicos puedan desarrollar su propia huerta comunitaria con semillas que aporta la comuna.

“A veces, le damos a la rutina un sentido de viaje imaginario, se miran algunos videos donde hay misterios y fantasía. Por ejemplo, cuando se jugó el Mundial de Fútbol en Rusia le mostramos a los chicos cómo era ese país. Esto nos sirvió para fabricar muñecos con la figura de una mamushka (ícono de la cultura rusa)”, destacó el artista Víctor Hugo Davis, más conocido en la ciudad como experto en filete porteño.

“Los resultados nos superan al ver cómo manejan las herramientas, los clavos, los cajones peruanos cuando hacemos música a sabiendas de que trabajamos con chicos en un lugar donde sabemos que tienen ciertas necesidades”, pone de manifiesto.

La enseñanza del arte es uno de los principales objetivos que se trabajan.

El 719, una reliquia histórica fabricado en 1885

No hubo que darle muchas vueltas para bautizar a ese espacio. La subsecretaría de Cultura, de frente al vagón, miró hacia el cielo, y vio que por encima del coche había un reflector que lo inundaba con su luz: de ahí surgió: El vagón iluminado. Pero este lugar también se transformó.

En sus primeros años de vida transitó las vías del país llevando pasajeros de un siglo atrás, luego fueron viviendas y hoy ese lugar puede promover a nuevos seres iluminados, que puedan adquirir virtudes especiales acercándolos al conocimiento o abriéndole oportunidades en la vida que aún no tienen. La fabricación de esta unidad totalmente de madera proveniente de tablones de pino prus por parte de la empresa Gloster Wagon C. Limited Buider, de Glougester, Inglaterra, data de entre 1885 al 1890; según la recopilación que pudo realizar Carlos Fernández, inspector comercial de Tren Patagónico y amante de la historia ferroviaria.

Fue adquirido por el ex Ferrocarril Andino, una empresa armada por el Estado Argentino y particular que se inauguró en 1867 y cerró en 1906.

Este ramal funcionó desde Córdoba a Mendoza-San Juan. Una vez que la empresa dejó de operar, fueron enviados a otros ramales del país, y al ex Ferrocarril Roca llegaron tres. Uno se encuentra en Jacobacci en funcionamiento como auxilio del guinche a vapor, un segundo quedó destruido en un incendio en San Antonio Oeste, y el 719 pudo ser rescatado y reconstituido cuando fue cedido al municipio viedmense en comodato para el Área de Cultura, y emplazado en ese paseo público barrial.

Los vagones pertenecieron al ex Ferrocarril Andino, una empresa armada por el Estado Argentino y particular que se inauguró en 1867

Los chicos obtienen su boleto para subir al vagón y una vez allí desarrollan destrezas, estimulan su imaginación y creatividad.

Diez años de carencias

Barrio 30 de marzo

A fuerza de necesidades y ganarle la batalla al Municipio en la puja social por acceso a la tierra, muchas familias que vivían hacinadas en los contiguos barrios Lavalle y Mi Bandera lograron darle institucionalidad al 30 de Marzo.

Si bien en su primera década, la comuna por medio del Plan Habitat llegó con conexiones de gas, cloacas y conexiones domiciliarias, cada vez que pasa un vendaval de lluvia o apenas unas gotas, las calles son un fangal y hay deserción en los compromisos públicos de los más pequeños por no poder salir de sus viviendas. Cuando una casilla, con letrina precaria se incendia, hay desesperación en el barrio. Y en casi todos los inviernos se realizan campañas solidarias para los vecinos ante la falta de leña, recursos y de trabajo.

A veces, le damos a la rutina un sentido de viaje imaginario. Por ejemplo, cuando se jugó el Mundial de Fútbol en Rusia le mostramos a los chicos cómo era ese país”.

Víctor Hugo Davis, artista.

Datos

Los vagones pertenecieron al ex Ferrocarril Andino, una empresa armada por el Estado Argentino y particular que se inauguró en 1867
Los chicos obtienen su boleto para subir al vagón y una vez allí desarrollan destrezas, estimulan su imaginación y creatividad.

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