El espacio que invita a viajar en el tiempo

Allen es una ciudad con mucha historia sin embargo su museo se formó hace 12 años. Ubicado sobre una de las antiguas estaciones del ferrocarril en la calle Eva Perón, el lugar invita a realizar un viaje en el tiempo y recordar cómo era el pueblo hace unos 100 años.

Antes de ingresar se ven los cañones y armamento que fue usado en la Campaña del Desierto.

Una vez dentro en una de las esquinas está el traje de su fundador Patricio Piñeiro Sorondo, que usaba en los actos protocolares. Estilo dos botones, color negro, un clásico de ese tiempo.

“El museo vino a llenar un espacio vacío que era el cuidado de los bienes históricos tangibles e intangibles de Allen”, contó Lorenzo Brevi, presidente de la comisión del museo municipal.

Brevi señaló que hubo muchos actos de consolidación de un museo pero que no habían llegado a buen término. El 3 de agosto de 2005, se juntó con un grupo de vecinos en la municipalidad para formar una comisión y llevar a cabo el proyecto. En ese tiempo estaba el intendente Carlos Sánchez.

El jefe comunal les cedió la estación del ferrocarril y luego de hacer las restauraciones y todos los acondicionamientos quedó inaugurado el 24 de mayo de ese año, un día antes del aniversario local.

Brevi contó que hay unos 3.000 objetos y más de 3.000 fotos de la ciudad.

“Trajimos en el 2007 los restos de Patricio Piñeiro Sorondo, fundador de Allen y de su esposa Catalina Brickman y su hijo. Después de unos 80 años pudimos cumplir con su deseo y traer sus restos al cementerio que él mismo hizo construir”, contó.

La estación donde está el museo, nació antes que el pueblo que se fundó en 1910.

“Tenemos un pergamino de 1916 que se encontró en el basurero municipal dedicado al doctor José Velasco que fue el primer médico de Allen. En ese documento está la firma de todos los fundadores del pueblo”, detalló.

El lugar está abierto casi todo el año y en período escolar es visitado al menos por 500 estudiantes.

A los chicos les llama la atención las máquinas antiguas y los radios de la época. “Una vez vino un nene y le dijo a su compañero, mirá que buena es está computadora, imprime en el acto”, recordó Brevi entre risas.

Las personas mayores se ven identificadas con los objetos deportivos. En los ‘30 Allen ya era una sociedad deportiva. Unos jugaban a las bochas, otros al fútbol, también andaban en bicicleta. Hay pelotas, trofeos y camisetas.

El museo abre jueves, viernes y sábado de 16 a 18 . “Depende del esfuerzo de quienes integran la comisión organizadora. No tiene fondos de la provincia y de vez en cuando se recibe alguna ayuda del municipio. Sin embargo el museo no depende de la municipalidad”, remarcó Brevi.

El lugar está abierto jueves, viernes y sábados de casi todo el año y en período escolar es visitado al menos por unos 500 estudiantes.

UN punto de encuentro: Allen