Expertos en penales

Cientos de chicos de distintas edades se congregan los sábados para medir su habilidad como pateadores y atajadores de penales, en cruces que tienen bastante de competencia y mucho más de integración y espíritu recreativo.

Los encuentros fueron ideados hace más de 15 años por Rogelio Seiler, quien con el tiempo (y la creciente convocatoria de los minitorneos) decidió conformar la Asociación Penalódromo Bariloche.

Las instalaciones originales fueron dos arcos reglamentarios y un alambrado para retener los pelotazos en la playa Centenario, a pocos metros de la desembocadura del arroyo Ñireco. Luego las replicó a pocas cuadras de allí, en el velódromo municipal.

Hoy la asociación reclama un predio al municipio contiguo a la playa para avanzar con el sueño de la sede propia. Seiler dijo que el intendente Gustavo Gennuso le prometió al asumir que avanzarían con el comodato, pero hasta hoy no cumplió.

“Este es un trabajo que hacemos a puro esfuerzo propio, con los papás de los chicos -señaló Seiler-. Conseguimos los premios, los auspicios y generamos vínculos con muchas organizaciones que nos permiten seguir”.

Su frustración actual tiene que ver con la falta de respuestas del municipio. “Gennuso me dejó en banda con el comodato para la sede”, se quejó.

La idea de la asociación es construir al lado de la casita del cuidador de la playa, que fue levantada por la gestión del exintendente Alberto Icare.

En el último campeonato de penales estuvieron el concejal Carlos Sánchez y el subsecretario de Deportes, Carlos Arrative. Los miembros de la asociación lo tomaron como una señal de apoyo, pero por ahora las concreciones no llegan. “Hay muchas cosas para hacer, pero gastamos casi todo el tiempo en enviar notas y negociar con el intendente -aseguró el referente barrial-. Tratamos de no desanimarnos. No es que queremos todo para nosotros. Si hay un proyecto superador en ese lugar damos un paso al costado, pero esto que proponemos es muy bueno para los chicos”.

Otra de las iniciativas de la Asociación Penalódromo es construir una bicisenda entre el velódromo y la playa Centenario, con la posibilidad organizar a futuro pruebas deportivas combinadas.

Seiler recordó que desde sus orígenes la iniciativa estuvo vinculada con lo ambiental y que llevan plantados muchos árboles con los mismos chicos que participan de los campeonatos de penales.

Los comienzos fueron en dos arcos reglamentarios ubicados en la playa del Ñireco y después se trasladó la actividad al velódromo municipal.

La falta de respuesta del gobierno no desalienta el pedido.

Gentileza

Los campeonatos de penales en la ventosa playa del Ñireco comenzaron en 2001 y se realizan los sábados a la mañana, en invierno una vez por mes, y en verano con frecuencia semanal.

Participan chicos y chicas a partir de los 10 años, divididos por categorías. “Pero si viene un abuelo también lo hacemos patear -aclaró Seiler-. También juegan los chicos especiales”.

Las reglas son sencillas, cada competidor debe atajar y patear alternadamente y suma puntos. Una de las exigencias es patear con las dos piernas. Hay rondas eliminatorias hasta que se determina un ganador. Existe un estímulo adicional para el que hace un gol al ángulo, con sorteos de premios extra entre quienes demuestran esa habilidad.

En la última fecha disputada en el penalódromo de Playa Centenario los ganadores fueron Lucas Carballo (categoría 10 y 11 años), Matías Pérez (12 y 13 años) y Lautaro Carballo (categoría elite).

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