El mantenimiento de calles es casi una “misión imposible”
Grietas, fallas, hundimiento y hasta verdaderos cráteres son un registro cotidiano en las calles de Bariloche.
El mantenimiento de calles es casi una “misión imposible”
El mal tiempo invernal, como ocurre cada año, dejó a las calles en pésimo estado tanto en el centro como en los barrios y el municipio no da abasto con el bacheo y las tareas de emparejado.
El azote afectó por igual a las calzadas de tierra, las de asfalto y aun las empedradas, como la nueva calle Mitre, que tiene graves fallas de construcción y está sin terminar.
El subsecretario de Servicios del municipio, Eduardo Garza, dijo que los recursos son insuficientes y el ejido es muy extenso. En el caso de las calles pavimentadas refirió que la vida útil “está totalmente vencida” y la mejor prueba es el “craquelado” que presentan las carpetas de asfalto.
Dijo que las calles en esta época “se rompen a un ritmo más grande del que se pueden reparar” y admitió que las demandas y críticas las contribuyentes de los contribuyentes “son constantes” y no se pueden resolver en su totalidad.
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Para las calles de tierra el municipio cuenta con siete motoniveladoras, cuando lo ideal sería contar con doce, dijo Garza. Explicó que cada delegación tiene la suya, pero en el Alto arrastran mayores dificultades porque la máquina asignada a esa zona debe ser compartida con Catedral.
En la Mitre hay varios sectores en los que se levantan los adoquines. El sitio más crítico es la esquina de Mitre y Villegas, donde hay dos grandes pozos con piedras sueltas que son imposibles de eludir. Ayer el municipio restringió el tránsito e inició tareas para repararlo.
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Italo, un taxista con parada en esa esquina, reconoció que “ya no se puede pasar”. Dijo que una reparación “así no más” que realizó tiempo atrás el municipio duró poco “porque el tránsito es muchísimo”.
En la vereda de enfrente trabaja Cristian (promotor de chocolates Frantom), quien también dijo que los pozos “son un desastre” y que representan un peligro para los peatones. “El domingo saltó una piedra suelta y casi le pega a una chica en la cabeza”, aseguró.
Otro hundimiento en la primera cuadra de Mitre también dificulta el paso. Silvana, de la chocolatería Bambi, dijo que el pozo “se formó hace poco” y subrayó la mala calidad de la obra.
Garza refirió que cuando llueve o nieva deben esperar varios días para trabajar en las calles, porque no se puede trabajar hasta que el piso “se oree”. Cuando el pronóstico les anticipa tiempo seco, tratan de aprovechar todas las jornadas, aunque sea sábado o domingo, lo cual demanda pagar horas extra al personal.
En relación con la calle Mitre, admitió que existen hundimientos que complican el tránsito, pero se trata de una obra que le corresponde a la provincia. “Sabemos que quedó mal, con fallas, pero es una obra que tiene que terminar la provincia. En donde se levantó el adoquín la solución sería hormigonar, pero la provincia no nos permitiría”, argumentó.
Las motoniveladoras están dedicadas cien por ciento a las calles de tierra más poceadas y cuando el clima es favorable pueden realizar hasta cinco kilómetros por día. Pero siempre es insuficiente porque la delegación Lago Moreno (por ejemplo) tiene una extensión tal que sólo el ingreso a Colonia Suiza o el de Península San Pedro demandan una jornada completa de trabajo.
“Las demandas son constantes -dijo Garza-. Aun si avanzáramos al triple de ritmo no daría abasto. Son muchos factores que confluyen para que no podamos hacer mucho más de lo que hacemos”.
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