El antes y el después de vivir al lado de una quema de residuos petroleros

La subsecretaría de Ambiente de la Provincia y la Compañía de Saneamiento y Recuperación de Materiales SA (Comarsa) acordaron el traslado de la actividad de la empresa hacia su planta ubicada a 9 kilómetros de la localidad de Añelo, con prohibición de ingresar nuevos residuos y de aplicar tratamientos térmicos en la planta que posee en el Parque Industrial Oeste de Neuquén.

Para los vecinos del lugar que la empresa Comarsa deje de quemar significó un alivio y esperan el traslado y procesamiento definitivo de los residuos . En diálogo con “Río Negro” comentaron cómo es vivir con los residuos petroleros.

Florentino Anabalon, un vecino que está hace más de 20 años en Colonia Rural Nueva Esperanza, contó que en un momento tuvo un plantel de 800 pollos parrilleros. Hace cinco años se murieron 150 pollos y Florentino lo atribuyó a la emisión de los gases de la empresa. Desde ahí dejo de hacerlo. “Si se te mueren 100 ya se te complica, y a quien se le puede reclamar”, manifestó.

En su vivienda todavía quedan los elementos que usaba para la producción. Se pueden ver los galpones, con comederos y bebederos.

Dijo que a su esposa, Guillermina, el humo que se producía la empresa cada vez que quemaba los residuos petroleros le afectó las vías respiratorias.

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Su hermano, Leonor Anabalon , que vive al lado de su vivienda también se dedicaba a la producción avícola y por la misma razón la abandonó: “Me dedicaba a criar ponedoras, pollos parrilleros, y cerdos. Los pollos bebés cuando salía humo a los 5 ó 6 días se morían”, indicó.

“Que la saquen pronto de acá porque ha afectado mucho a los niños. Conozco vecinos que les afectó. Es una cosa que no se puede respirar. Tenías que estar encerrado cuando quemaban”, afirmó Rubén Alegría, que tiene su casa a menos de 500 metros de la planta de tratamiento. “Supuestamente hace dos años se tenía que haber ido. Pero todavía sigue”, expresó.

A 300 metros

Walter Jara es desde hace diez años vecino de la empresa. Unos 300 metros separan su hogar de Comarsa. Vive con su señora y seis hijos. El más chico tiene dos años y la más grande 19 años.

Aseguró que el olor que sale es muy fuerte. “Cuando viene el olor ese tenés que tener todo cerrado. En verano era terrible. Tengo mi cuñado en cuenca XV y también llegaba el olor. Y lo más grueso que se quemaba era de noche”, sostuvo.

Natalia Riquelme, vive en calle Casimiro Gómez , en el barrio Cuenca XV. “Nos afecta mucho en el verano con el tema de los olores”, manifestó.

Otro de los sitios donde llega es Toma Norte.

La voz de los barrios

Vecinos de la planta

Cifras de la actividad

Subsecretario de Ambiente, Juan de Dios Lucchelli

p- ¿Qué se acordó entre la provincia y la empresa?

R- Tiene que ver con la remediación para poder tratar los residuos ahí. La empresa no se va por el decreto 2263 que sacó el ejecutivo en el 2015. Sino por un acuerdo que hace con la provincia en tendiendo que se tienen que ir por la situación social que ha generado este desarrollo no controlado por el municipio y que llevó a personas a que vivan cerca de la planta.

Hace unos años se habilitaron plantas de tratamientos de residuos en parques industriales, con la normativa de ese momento. El Ejecutivo Provincial establece en 2015 los 8 kilómetros de las ciudades, pero es para plantas futuras. No es retroactivo.

P- ¿Qué método se utilizará para la remediación?

R- Si bien hay un derecho adquirido, no podemos permitir que siguen quemando, si sabemos que hay reclamos sociales.

Se tomo la determinación de suspender directamente el horno, y de acuerdo a la propuesta de la empresa se habilita otra metodología, que es la biorremediación, que tarda más tiempo, pero que no tiene emisiones y es mas convivible.

Desde que estamos se vencieron dos fechas, que fue junio y julio, que tenía que ver con el no ingreso de los residuos. Y no se acató por eso tuvimos que multarla .