Herreros de la luz: la oportunidad de cambiar vidas
Un taller donde jóvenes de 14 a 28 años pueden aprender un oficio, el de soldador. Lo que falta aún es un espacio físico para poder seguir con la tarea.
“No me alcanzaría la vida para cambiar estructuras, pero me alcanzan quince minutos para cambiar a una persona”, pensó David Varano en un momento complicado de su vida. Se había quedado sin trabajo. Durante 17 años trabajó como diseñador gráfico y de web. Pero se aferró a su intuición, que es su mejor amiga desde hace años. Hoy, David está convencido de que no se equivocó.
Comenzó a explorar posibilidades y surgió una inquietud. Proyectó diseñar una realidad distinta para chicos que necesitaban una oportunidad. “Ideas sin acción es ilusión”, fue otra de las consignas. Y la idea se transformó en un proyecto, que después se convirtió en Herreros de la Luz.
Es un espacio taller que tiene como objetivo “darle a los chicos herramientas para que sean los constructores de sus propias vidas”.
Apeló a sus conocimientos de carpintería y como sabe soldar advirtió la potencialidad de esos oficios. Además, intuyó que había que apostar a la creatividad de la mano de reciclar elementos para darle vida a esos oficios.
Comenzó a recorrer el barrio 270 Viviendas y encontró un obrador abandonado de la empresa que construyó las casas. Diseñó un volante sencillo que repartió en los almacenes del barrio, donde convocaba a la reunión informativa. Era la presentación oficial del taller de soldadura y herrería.
Era un jueves de diciembre de 2014. Asistió un grupo numeroso de vecinos a la convocatoria. Pero sólo tres chicos concurrieron, con bastante escepticismo.
David explicó que muchas veces ese pedazo de hierro tirado en la calle que una persona puede levantar que está solo, sucio, que la gente paso a su lado y no lo ve, si se junta con otro se puede convertir en una escultura.
Una semana después, doce chicos asistieron al taller. Todo era muy sencillo. Una placa de fenólico era la mesa y David puso un montón de trozos de hierro de descarte, caños y otros desechos. “¿Qué ven?”, les preguntó a los chicos. “Cinco chicos dijeron una tumbera, No me asombró porque era lo que habían visto en su vida”, rememoró.
Comenzó a mover las piezas y volvió a hacer la misma pregunta. Un chico respondió que observó un pájaro, otro vio un oso. “Cambió la perspectiva, la visión de los chicos”, destacó.
Desde entonces pasaron hasta ahora más de 70 chicos, de entre 14 y 28 años, pasaron por el taller, donde aprendieron un oficio de soldador. “Lograron que la basura que pisaron toda la vida en sus barrios la transformaron en esculturas que generan ingresos para la economía familiar”, destacó.
David aseguró que hasta el momento fueron 5 mil horas de taller y otras 6 mil caminando los barrios convocando a las familias. Pero afirmó que los mejores operadores sociales son los chicos que traen a sus pares al taller. Cada jornada de trabajo es de 6 horas. Son espacios donde no existe el celular.
Los primeros años, David se hizo cargo de la compra de los electrodos, de los discos de corte, del colectivo y de conseguir algo para compartir con los mates. La relevancia del taller es que trabajan con insumo costo cero, porque son desechos.
Hoy, el espacio tiene reconocimiento de la Legislatura provincial a partir de una iniciativa de la legisladora Mariana Domínguez y en marzo pasado el Senado de la Nación declaró de interés social el taller por su aporte social, cultural, educativo y comunitario. Además, firmaron un convenio con la Universidad de Río Negro, que garantiza la continuidad del taller. Y tienen apoyo de la AEHG, que nuclea a los hoteleros de Bariloche.
El próximo paso es lograr un lote municipal en un predio próximo al basurero local. Varano dijo que la idea es firmar un comodato por 20 años con el municipio para un taller de capacitación. Los materiales saldrán del vertedero. A cambio, las esculturas se destinarán a espacios públicos que indique la municipalidad. Por eso, el desafío es recaudar los fondos para construir ese taller.
Hay otro proyecto en carpeta. Varano dijo que en junio chicos del taller Herreros de la Luz viajarán a Buenos Aires para capacitar a chicos de Villa Tranquila, en Avellaneda.
“Toda la vida tuve empleos, pero mi verdadero trabajo nunca lo había hecho que es ayudar al otro”.
comenta David Varano.
El próximo paso es lograr un lote municipal en un predio próximo al basurero local. Los materiales saldrán precisamente del vertedero.
Datos
- “Toda la vida tuve empleos, pero mi verdadero trabajo nunca lo había hecho que es ayudar al otro”.
- El próximo paso es lograr un lote municipal en un predio próximo al basurero local. Los materiales saldrán precisamente del vertedero.
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