El mejor de todos, el Día Mundial sin Dietas
Y no es un chiste. Cada 6 de mayo, desde 1992, se pretende concientizar para erradicar los regímenes alimenticios exageradamente prohibitivos.
El mejor de todos, el Día Mundial sin Dietas
Y no es un chiste. Cada 6 de mayo, desde 1992, se pretende concientizar para erradicar los regímenes alimenticios exageradamente prohibitivos.
Por la Dra. Virginia Busnelli (*)
En casi todas las especialidades médicas, una de las recomendaciones que acompañan muchas de las prescripciones finales de las consultas para los pacientes es que cambien su estilo de vida, que mejoren sus hábitos para lograr adelgazar ya que eso ayudará sin dudas a sanar o disminuir la probabilidad de sufrir alguna complicación de la enfermedad ya existente o de la aparición de algunas nuevas. Entonces la indicación es “tenés que hacer dieta”. Qué absurdo es este mensaje, que nadie absolutamente nadie, logra, incluidos nosotros, los médicos.
Los pacientes deben lograr perder peso, y ahí es cuando caen presos de la comercialización de la obesidad, condenándolos a una cadena perpetua de frustraciones emocionales, físicas y económicas durante años rotando entre las distintas ofertas del mercado con las muchas dietas mágicas ineficientes que solo tienen el fin lucrativo de vender muchos batidos, polvos, viandas, productos cetogénicos, suplementos, libros hechiceros, y ahora hasta se pueden pagar abonos por whatsapp para participar de grupos de motivación permanente al descenso de peso conducido por unos nuevos gurúes llamados coach nutricional, todos recursos que solo llevan al fracaso y al empeoramiento de la enfermedad.
Otros tipos de pacientes que son importantes nombrar son aquellos que sin tener la necesidad de descender de peso buscan imágenes utópicas, los cuerpos deseados de hoy en día que gustan son muy difíciles de lograr, los estandartes de belleza y la perfección física generan en la población un objetivo muchas veces inalcanzable. Con la finalidad de lograrlo, aparecen rígidas tendencias alimentarias con fuertes restricciones, algunas adoptadas como estilo de vida y otras como decíamos recién en mágicas medidas para lograr el efecto buscado.
El auge del vegetarismo, las dietas proteicas, la moda fit, la dieta gluten free, el veganismo, la diabolización de las harinas y distintos tipo de estrategias que aparecen popularmente como recursos considerados para mejorar la salud, convierten a la comida en el centro de sus vidas. Debido a esta obsesión, se embarcan en fuertes restricciones nutricionales y supresiones alimentarias, que no todos logran sostener, simplemente porque es muy difícil postergar el placer que nos da comer rico.
En algunos casos, se logra el mantenimiento de una alimentación saludable, pero en muchos otros, me atrevo a decir que en la gran mayoría, la sumatoria de todo lo que he expuesto hasta aquí genera una alteración de la conducta alimentaria que puede perjudicar a aquellas personas susceptibles de mantener un estilo de vida compensado, generando graves repercusiones en su vida, y la aparición de diversos trastornos de alimentación.
Cuando hay imposibilidad de sostener una “dieta estricta” aparece la frustración, la angustia, el desorden y la pérdida de la autoestima que tanto necesitamos para seguir adelante. Esta pérdida de control embarca a los pacientes en un círculo que pocas veces tiene fin, convirtiéndonos en dietantes crónicos que alternan distintos períodos en los que pareciera que la solución mágica existe y vamos mejorando, seguido de la imposibilidad de mantenerlo, con el consecuente descontrol alimentario que a posteriori desencadena esta situación.
El 6 de mayo, con el símbolo de una cinta de color azul claro se realiza la celebración anual del Día Internacional Sin Dietas generado con la finalidad de llamar la atención y recordar los peligros de algunos regímenes dietéticos exageradamente prohibitivos que son tendencia actual hacia la búsqueda de esa tirana delgadez que solo pocos logran. La finalidad de ésta celebración es promover la aceptación del cuerpo humano y de la diversidad de sus formas.
El concepto surgió en 1992, cuando la feminista británica Mary Evans Young decidió luchar contra la industria de productos dietéticos y alertar al mundo sobre los peligros de la anorexia nerviosa y otros desórdenes alimentarios, llamó la atención de los medios de comunicación locales y en una entrevista “acordó” realizar anualmente ésta celebración con la finalidad de:
Poner en duda la idea de una forma corporal “correcta” (canon de belleza).
Crear conciencia de la discriminación en razón del peso y erradicar la gordofobia.
Declarar un día libre de dietas y obsesiones por el peso corporal.
Resaltar hechos acerca de la industria de los productos de adelgazamiento, llamando la atención de la ineficacia de muchas de las dietas comerciales (sin consultar a un médico).
Recordar a las víctimas de los desórdenes alimenticios muertas o enfermas.
Es importante transmitir que la magia no existe y que la adquisición de una alimentación completa, adecuada, oportuna, justa y la realización de ejercicio físico es la clave.
En el Día Internacional Sin Dieta, debemos promover la vida sana, el establecimiento de nuevos hábitos que sean sostenibles en el tiempo, permitiéndonos ser felices, aceptando y venerando nuestra imagen, cuidando nuestra mente y respetando nuestro cuerpo, mediante las elecciones que hacemos a diario.
Datos
- El auge del vegetarismo, las dietas proteicas, la moda fit, la dieta gluten free, el veganismo, la diabolización de las harinas y distintos tipo de estrategias que aparecen popularmente como recursos considerados para mejorar la salud, convierten a la comida en el centro de sus vidas. Debido a esta obsesión, se embarcan en fuertes restricciones nutricionales y supresiones alimentarias, que no todos logran sostener, simplemente porque es muy difícil postergar el placer que nos da comer rico.
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