Cooperativas de mujeres: en diez años pasaron al olvido

Se plantearon como objetivo ser albañiles y hacer sus propias casas en Río Colorado. El plan quedó a medio camino porque faltan algunas viviendas y pasó por innumerables paralizaciones.

Pasaron más de 10 años desde que se puso en marcha el proyecto que despertó interés a nivel nacional. Eso fue la conformación de 10 cooperativas de trabajo, integradas por 160 mujeres que se desempeñarían por primera vez como albañiles, construyendo sus propias viviendas. Muchas de ellas fueron y son sostén de familias.

Todo comenzó con mucha algarabía, pero la realidad hoy es muy diferente. Las cooperativas se encuentran casi disueltas, sin poder continuar con el propósito trazado desde un inicio y con sus integrantes dedicadas a otros oficios que les permitan subsistir.

Del diseño original aún restan levantar 10 casas, que ya tienen dueños. Además, no se concretó la quinta etapa que incluía 30 viviendas más.

La realización del proyecto sufrió innumerables paralizaciones por la falta de fondos, por cambios de gobiernos locales, por desórdenes en la administraciones, etc. A pesar del esfuerzo de las mujeres siempre terminaban levantado “armas” de protesta para poder seguir trabajando para cumplir el sueño de tener sus propias viviendas.

Durante la recorrida por las distintas organizaciones manifestaron su desilusión con los distintos gobiernos. La sensación que tienen las mujeres es que los gobiernos jamás creyeron en los proyectos y en lo que podrían generar. “Nosotras, las mujeres, trabajábamos a la par de los hombres y parece que nos les gusta. Todos los gobiernos hicieron de todo para que nos dividiéramos y poder voltear el sueño de una familia que es tener su propia casa hecha con tus propias manos”, señaló una de las jefas de grupo.

Los últimos momentos donde las cooperativas estuvieron realizando tareas fueron a fines de 2016 cuando realizaron una obra de mejoramiento de veredas en algunos sectores de la ciudad, donde la mano de obra fue realizada sólo por algunas de las mujeres albañiles que son integrantes de un par de las cooperativas, aunque la gran mayoría no las aceptaron porque sintieron que era como “una limosna para callarte la boca”.

Hoy la realidad marca que las organizaciones están prácticamente disueltas, sólo un puñado de ellas continúan trabajando en la albañilería, mientras que la gran mayoría están haciendo tareas totalmente distintas para subsistir económicamente.

Aún hay diez mujeres jefas de hogar que esperan la concreción de la 5 etapa que las cooperativas firmaron en la gestión de Carlos Pilotti y nunca se concretó.

Incluso los terrenos destinados para las casas se utilizaron para otros planes de viviendas administrados por la provincia.

En 2013 se firmó un acuerdo entre el IPPV y el ex intendente Carlos Pilotti, para posibilitar la transferencia del primer desembolso para “iniciar en lo inmediato la construcción de las 40 viviendas en terrenos sociales donde se asumía el compromiso de la ejecución de la obra a través de la contratación de cooperativas de trabajo. Pero eso nunca ocurrió.

Las casas se iban a repartir 50% para la administración municipal y el 50% para las cooperativas.

LAS DIEZ COOPERATIVAS:

Planificación Femenina, Madres Luchadoras, Mujeres al Futuro, Esperanza de Mujeres, Fuerza de Mujeres, Mujeres Unidas por un Techo, Mujeres Unidas, Mujeres Trabajadoras en Lucha, Mujeres Construyendo un Sueño y Malguen Ahimara.

Levantaron las casas ubicadas en los barrios; El Rosario, Buena Parada, Villa Mitre, Barrio Unión y Colonia Juliá y Echarren.

10 equipos, para 160 viviendas

En 2005 se habían conformado 10 Cooperativas de Trabajo, y cada grupo estaba integrado por 16 mujeres que tenían como misión levantar sus propias casas en los distintos barrios.

El plan original contemplaba que las 160 casas se construirían en un plazo de dos años, pero a más de 10 años aún no se concluyeron.

Se acordó que las trabajadoras recibirían una remuneración económica según el ritmo de obra, con aportes que llegaban desde Nación.

El 50 % de los fondos provenían de Nación, eran para abonarles los sueldos a las mujeres y el resto para la compra de los materiales de construcción, herramientas y equipos para cada cooperativa.

Además, incluía el pago de honorarios a representantes técnicos, profesionales, monotributo social de las mujeres y seguros de vida.


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