Cecilia Ponce, la pastelera que se destaca en Roca

Es una de las pasteleras más consagradas de la clientela exigente de la región. Sus diseños logran transformar a tortas y postres clásicos en sorprendentes y novedosos. Ama los alfajores, es feliz con el chocolate y no se harta del dulce de leche.

Cecilia Ponce, la pastelera que se destaca en Roca

Es una de las pasteleras más consagradas de la clientela exigente de la región. Sus diseños logran transformar a tortas y postres clásicos en sorprendentes y novedosos. Ama los alfajores, es feliz con el chocolate y no se harta del dulce de leche.

Cecilia Ponce, la pastelera que se destaca en Roca

Es una de las pasteleras más consagradas de la clientela exigente de la región. Sus diseños logran transformar a tortas y postres clásicos en sorprendentes y novedosos. Ama los alfajores, es feliz con el chocolate y no se harta del dulce de leche.

– Tantas texturas, tantos colores, tantos sabores… ¿cómo te decidís por el diseño de una torta, por ejemplo? ¿Qué implica diseñar para una pastelera?

– En la mayoría de los casos son los clientes quienes me guían para diseñar una torta. Si bien tengo mis recetas y preparaciones clásicas, al momento de hacerme un pedido les pido que me digan que es lo que más les gusta y en base a eso les hago la torta, claro que siempre manteniendo mi estilo. ¡Diseñar una torta ó un postre es algo tan emocionante! A veces de los errores salen las mejores creaciones.

– Entonces, ¿cómo definirías tu trabajo?

– Mi trabajo es todo. Trabajo en gastronomía hace más de quince años. Pasé por tantos lugares desde restaurantes hasta hoteles 5 estrellas donde siempre fueron una escuela más que un trabajo. ¡Amo la pastelería, me encanta cocinar y enseñar! Ver a mis alumnas de Buenos Aires como han crecido y todo lo que lograron me llena de orgullo; no solo por haberles enseñado mis recetas sino por haberles enseñado lo maravilloso de esta profesión. Es muy esclavo, sí, esto es muy demandante. Pero cuando todo sale bien, cuando cumpliste con todo, cuando los clientes se quedan contentos, la satisfacción que sentís es tan grande que no hay trabajo duro que lo empañe.

– ¿Cómo plantás tu diferencia con respecto al resto de la oferta de tus colegas?

– Lo clásico siempre está, a todos nos gustan las tortas o postres clásicos desde un flan hasta una chocotorta. Pero si a esas preparaciones les volcás ingredientes que te gusten lográs opciones modernas que a la gente le encantan. Por ejemplo: si a la chocotorta clásica le ponés nutella, crema de chocolate y café, la cosa cambia. Es simplemente agregar a esa receta que nos gusta otros ingredientes que también nos gusten.

– ¿Vas probando a medida que vas elaborando? ¿No te empalagás?

– Siempre prueblo: me encanta lo dulce. Todos esos recortes de brownie, mousses en el fondo del bowls, ese “poquito” de dulce de leche que quedo en la manga… todo eso lo como. Todos me hacen la misma pregunta ´¿estas cansada de comer dulce no?´. No, nunca me canso. Amo los alfajores.

– Tras cumplir con un pedido, ¿estás pendiente de la cara del cliente cuando vea tu producto terminado? ¿Cómo es ese momento? ¿Te da nervios?

– Nunca me relajo hasta que me dicen que todo salio bien. Igual soy de preguntar, de mandarles un mensajito para que me cuenten porque si algo salió mal me gusta que me lo digan para poder mejorar. Las críticas constructivas hay que tomarlas y aplicarlas porque nos ayudan a crecer y mejorar. Pero siempre estoy a la expectativa del resultado en cada entrega.

– ¿Desde cuándo te dedicás a la pastelería?

– Hace más de quince años que trabajo en gastronomía, trece como pastelera porque en mis comienzos fui cocinera. No era mi objetivo ser pastelera pero en restaurante donde trabajaba, en Las Cañitas, un día el chico de las entradas y postres no fue; entonces me pusieron a mi en esa plaza. En ese entonces era muy machista la cocina, yo era la única mujer en todo el restaurante. Me pusieron a hacer “ lo más fácil”, según ellos. Un día iban las chicas de Bandana, mira si es viejo lo que te cuento, y tenia que hacerle una torta a cada una para una entrevista que iban a realizar en el restaurante. Me moría de nervios, no sabía qué hacer, no era lo mío… hasta que agarré mis apuntes de la carrera y comencé a realizar esas recetas. Me sentí tan cómoda haciendo eso que algo en mi se despertó.

A todos les encantaron las tortas así que eso me dio más confianza. Al poco tiempo renuncié a ese lugar y me fui a trabajar a una fábrica de tortas donde solo decoraba. Alrededor de sesenta tortas por día decoraba pero era solo eso y yo quería aprender más. Entonces cuando creí que estaba lista renuncié y me busqué un trabajo donde haga todo, desde masas, rellenos, decoración, todo. Siempre como ayudante claro, es donde más aprendés porque te dan lo más pesado o feo para hacer pero es lo mejor. Es donde aprendés realmente y te das cuenta si estás preparado o no para esta profesión.

Y así fui buscando trabajos donde los desafíos sean cada vez más complejos y donde yo pudiera aprender lo máximo. Por eso digo que mis trabajos siempre fueron una escuela más que un trabajo. Estos últimos cuatro años estuve dando clases además de cocinar para eventos. Hace un año que volví a Roca y espero seguir creciendo en esta profesión que nunca deja de sorprenderme.

– ¿Un referente en pastelería que te guíe, te inspire?

– Pierre Hermé.

– Tu postre preferido.

– Amo el tiramisu, un clásico que me encanta.

– Tu torta preferida.

– Mmm muchas. Una buena torta de chocolate y frutos rojos me llena el alma. Soy feliz cuando como chocolate!

– ¿Un postre o una torta fácil que podemos hacer en casa?

– ¡Hay varias recetas! Si quieren puedo compartir alguna cuando gusten pero los brownies son muy fáciles de hacer y van con todo. Para torta, como postre con helado para la hora del té, solos o con dulce de leche. Apto todo momento y evento.

– El pedido más insólito que te hayan hecho en pastelería.

– Son los pornos… jajaja… me ha tocado hacer pastelería erótica para despedidas de soltera, me río mucho haciendo ese tipo de pedidos.

Para conocerla un poco más

“Nací en Roca el 21 de Mayo de 1982. Tengo 35 años y cuando terminé mis estudios secundarios me fui a estudiar a Buenos Aires donde viví 16 años. Allá me formé como pastelera.

“Trabajé en varios lugares pero los más importantes fueron el Hotel Faena y Muma’s Cupcakes. Después de trabajar en ellos fue un antes y un después en mi vida personal y profesional. Tengo amigos y colegas de cada trabajo donde estuve. En cierta forma eran como mi familia. Pasaba más tiempo con ellos que con mis amigos y familiares tanto en las fiestas de fin de año como cumpleaños. Es que la gastronomía no diferencia feriados, cumpleaños, domingos, navidades. Este año voy a festejar mi cumpleaños en Roca que hace millones de años que no lo paso con mi familia.

“Estos últimos cuatro años en Buenos Aires dicté clases particulares formando chicas que querían dejar su trabajo habitual o simplemente les atraía la pastelería y querían aprender. Muchas de ellas hoy son profesionales, colegas y han credido tanto que me llena de orgullo haber participado en sus inicios.

“Soy mamá de Franco que tiene dos años y medio y fue lo mejor que hice jaja!! Junto con Sebastian (“El Ruso”, nadie lo conoce por su nombre). Ambos volvimos a nuestra ciudad para darle una mejor calidad de vida a nuestro hijo y estar más cerca de nuestra familia y amigos de toda la vida.

“Espero lograr todos mis sueños y algun día tener mi propia pastelería”.

PARA SEGUIRLA

Instagram: CeciponcePastelera.

Facebook: Cecilia Ponce Pastelera / Clases de Cupcakes & Muffins.

Mail: Ceci_pons@ hotmail.com


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