Vanesa y Nancy, la historia de amor sobre ruedas que recorre el país
Casadas hace tres años, de paso por Roca contaron sus experiencias en la ruta.
Fotos: Hebe Rajneri
Una se bajó Hamlet en el ebook, escucha tango, blues y lleva a Janis Joplin, ícono roquero de los 60, tatuada en la espalda. La otra prefiere el folclore, canta todos los hits de Despacito a los cumbieros, lee a Murakami y pedalea con un rosario bendecido por el papa.
Una es el orden. La otra cree que todo se acomoda en el camino. Una se rapó para no perder 40 minutos por día con el pelo. A la otra le encanta ese rito. Una es menuda, de ojos vivaces y 14 tatuajes sobre la piel. La otra arrancó el viaje con 120 kilos, ya perdió casi 10 y hace piruetas sobre la bici con la soltura instintiva de quien estudió el profesorado de educación física. Una disfruta de un buen cabernet sauvignon. La otra no sale de jugos o agua. Una es vegetariana. La otra lo intentó por amor, pero sucumbió a las dos semanas.
Una quería descubrir qué había en el camino. La otra también. Y en eso andan Vanesa y Nancy. Con todas sus diferencias. Y con un acuerdo base que ya querrían muchas parejas: compañerismo, respeto, charlas sí, insultos no. “Ni siquiera un tonta”. Llevan una frase grabada en la alianza: “Nunca me falles”.
A la aventura
El miércoles 3 de enero salieron a la ruta, desde Trenque Lauquen. Esa tarde oscureció de golpe y un temporal las sorprendió 10 km antes de donde habían planificado dormir. Armaron la carpa rápido a la vera de la Ruta 33 y aún recuerdan cómo se iluminaba por dentro con cada rayo. A la mañana continuaron viaje. Después de atravesar los incendios de La Pampa, hacer dedo en Casa de Piedra con Nancy descompuesta, recorrer el Alto Valle, subir hacia el centro de Neuquén, sufrir el viento en contra cerca de Zapala y enfilar hacia Pehuenia, ya están por cruzar a Chile por Icalma y encarar la Carretera Austral.
Vanesa quería llevar la bandera de la diversidad, Nancy temía que se transformara en algo parecido a una marcha del orgullo gay sobre ruedas. Tras la negociación, al final puso una banderita chiquita sobre la rueda trasera y si alguien se acerca y pregunta contestan que sí, que son pareja. Y si les preguntan más, cuentan que se conocieron al coincidir en un grupo de ciclistas de Buenos Aires, que el romance comenzó hace seis años, que se casaron hace tres, que hace dos comenzaron a planificar el viaje, que el gran momento inspirador fue una charla de Sol y Javi, dos capos que ya cruzaron 30 pasos cordilleranos en bici. Que al salir Vanesa la tomó de los hombros y la miró a los ojos.
–Es el momento. Tenemos que hacerlo –le dijo. Nancy quería, pero su peso la hacía dudar. Esperó a Sol y Javi y les planteó su incertidumbre.
–¿Querés hacerlo? –le preguntaron ellos.
-–Sí…
–¿Creés que podés?
-Sí…
–Entonces hacelo.
Fue el impulso que necesitaban. Luego Vanesa se quedó sin trabajo y esa fue otra señal. Nancy dejó su empleo en un colegio de José C. Paz, a 40 km de Buenos Aires. Aprontaron las bicis. Y salieron. Nacía una travesía que bautizaron Fuerza Pedal.
Ángeles en el camino
Ahora, después de más de 1.000 kilómetros rodados, ya aprendieron un par de cosas en la ruta. La más importante: que la Argentina está llena de gente maravillosa. Como Axel, que paró aquel mediodía de 40 grados en una ruta pampeana con humareda en el horizonte y les convidó jugos y hielo. O Daniel, que las subió a su camioneta para traerlas desde Casa de Piedra a Roca aquella noche que Nancy se descompuso. O la familia de María en Carhué, que las invitó a almorzar, como tantas otras. Pero también comprobaron que hay quienes no pueden con sus prejuicios. Como aquella mujer que miró a Nancy de arriba abajo y escupió la pregunta.
–¿Con ese cuerpo pedaleás? ¿Y cómo hacen, vienen con un vehículo de apoyo?
No fue la primera ni la única, pero esa vez ellas se quedaron sin respuesta inmediata. Después del trago amargo, Nancy posteó en Fuerza Pedal: “Lo único que impide hacer algo es creer que no podés. La mente es el motor de tu impulso y tu perseverancia la fuerza que te impulsa kilómetro a kilómetro. Poco a poco, sin compararse con nada ni nadie y al ritmo que tu alma y tu cuerpo digan”.
Una noche de verano
Aquel 27 de diciembre de 2011 Vanesa invitó a Nancy a su departamento en Parque Patricios, el barrio del inolvidable Ringo Bonavena en la Capital Federal. No hubo cena, porque de los nervios se olvidó, pero sí una charla larga y franca, unos mates, unas galletitas, el primer beso. Desde entonces están juntas. Y eso que Nancy se hacía la difícil. Al menos así lo recuerda Vanesa, que no sabía que su futura mujer quería pero dudaba: ¿y si salía mal?, ¿se arruinaría esa amistad que habían construido?, ¿no se verían más en el grupo de ciclistas? Un día Vanesa le regaló un kit de pesca y en la caja escondió las alianzas. Nancy dijo sí, quiero: se casaron el 6 de marzo de 2015.
En la fiesta, Nancy le dedicó “Palomita”, una canción de su grupo de folclore preferido, Cenizas del Alba. El estribillo dice así: “Si vieras como yo te veo entenderías esta canción”. Vanesa lloró. El menú fue negociado: salió vegetariano. Y la fiesta fue en la casa que levantaron en José C. Paz, al noroeste del Gran Buenos Aires. El papá de Vanesa, que le dice hija a su nuera, empezó con las paredes. Nancy lo observó, aprendió y la terminó. Por entonces comenzaban a soñar con el viaje en bici.
Pronto cruzarán a Chile y a la altura de El Calafate volverán a la Argentina rumbo a Ushuaia, Desde ahí remontarán la 40 hasta La Quiaca. ¿Después? Aún no lo saben, tal vez Colombia. Sobran los destinos cuando hay fuerza para pedalear y ganas de darse la mano y salir a darle la vuelta al mundo.
Cinco consejos para viajar en bici
1. Tener el sueño. Tomar la decisión. Planificar, echarlo a andar.
2. Lleven herramientas. Aunque sea un kit para reparación. Una taza, una cuchara, un termo. Agua y Gatorade en las alforjas.
3. Ropa en calidad. Y no en cantidad. Para el frío (las extremidades lo sufren más) y para el calor.
4. Libros y canciones. La lectura abre mentes. La música inspira.
5. Comunicate. Saber escuchar: hay mucho para aprender en cada lugar. Ir con la mente y el corazón abiertos.
Velocidad
“No es una marcha del orgullo gay en bicicleta. Pero si alguien se acerca y nos pregunta, no tenemos por qué ocultar nada…”.
Vanesa, 41 años. Lleva una banderita de la diversidad sobre la rueda trasera.
“Si me gritan algo por mi cuerpo en la ruta, yo sigo pedaleando. El prejuicio es de ellos, el problema también. Avanzo a mi ritmo…”.
Nancy, 35 años. Invita a los obesos a subirse a la bici, a no tener vergüenza.
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Nancy comenzó este viaje con 120 kilos. Algunos gritos y preguntas le demostraron que aún hay prejuicios con la obesidad.
Qué ven cuando la ven
Abrazos, bendiciones, bocinazos
Conductores que se detienen a ofrecerles agua, familias que les abren sus casas, mayoría de buena onda. “Un país lleno de gente maravillosa”.
gentileza fuerza pedal
hebe rajneri
Datos
- 20 km/h
- El promedio, hacen entre 40 y 60 km por día, siempre que no se cansen o no encuentren algo que les guste para parar.
- “No es una marcha del orgullo gay en bicicleta. Pero si alguien se acerca y nos pregunta, no tenemos por qué ocultar nada…”.
- “Si me gritan algo por mi cuerpo en la ruta, yo sigo pedaleando. El prejuicio es de ellos, el problema también. Avanzo a mi ritmo…”.
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