Un pasaje de ida a la Luna a 13 km del centro de Roca
Hay dos valles al sur del río Negro que atraen a residentes y turistas por su belleza agreste. Al Rojo se llega en auto y es el preferido de las familias. El Amarillo es el escenario ideal para los cultores del trekking y ciclistas que aman entrenar al aire libre.
Las pisadas crujen en el suelo arcilloso del camino que se vuelve angosto al avanzar. El paso entre las paredes rocosas del cañadón se achica y se amplía sin seguir una regla. A un ritmo de caminata moderada, en media hora el suelo se pinta de amarillo e irrumpe una de las bellísimas formaciones geológicas que invitan al Área Protegida Paso Córdoba de Roca.
El Valle de la Luna Amarillo es uno de los sitios que dicen que se puede recorrer hasta el cansancio, pero siempre esconderá algo nuevo. Aconsejan afinar el ojo y el oído para percibir el maravilloso mundo que esconde su interior. En un instante se observa el paso fugaz de un zorro gris, el zumbido de las abejas entre las jarillas que florecieron en el último mes y si no se desvía la vista del suelo, se encuentran caracoles marinos, restos óseos de dinosaurios, madera petrificada, nidos de escarabajos fosilizados y muchas otras curiosidades que integran este patrimonio.
Éste Valle es singular pero no el único. Hay otro de color rojo que es igual de hermoso, ubicado unos kilómetros al oeste del área y al cual se puede acceder en vehículo, por lo cual es el más concurrido. Ambos son ambientes de suelo embrionario, casi desprovistos de vegetación, que el viento y las lluvias escasas modelan a voluntad hace millones de años.
Para pasar un día distinto, hacer caminatas, correr o andar en bici, cientos de personas se acercan a disfrutarlos durante todo el año. Su mística tal vez es lo que convirtió a los trekking nocturnos en el Valle de la Luna Rojo en “actividad estrella” entre las propuestas del área de Turismo.
En primavera se observa una diversidad de 120 aves, entre las permanentes y las migratorias. Por caso, semanas atrás regresaron cantidad de churrinches, que en invierno migran hasta Colombia y vuelven en ésta época para reproducirse. Es uno de los atractivos para quienes disfrutan de avistajes. Maras, cuices, zorros en el día, o lechuzas y cantidad de murciélagos en la noche, más cantidad de insectos y reptiles forman parte del entorno. A pesar del aspecto desértico, la flora es variada. Hay jarilla, alpataco, coirón, jume, uña de gato, zampa, colapiche, molle, cactus, matacebo y otras.
El sector de Paso Córdoba se empezó a utilizar masivamente con la construcción del puente a la altura de la Ruta Provincial 6 a fines del 60. Recién en 1997 se declaró área protegida y desde entonces conservarla es el desafío.
El Rojo es el más accesible
Se encuentra a 18,5 km del centro de Roca. Para ir se debe tomar la Ruta Provincial 6, cruzar el puente del río Negro en Paso Córdoba y seguir hasta la curva en donde están los santuarios. Allí se debe tomar una calle de ripio que lleva hasta el Valle. Hay estacionamiento.
Como se llega en vehículo es el destino de familias enteras que lo eligen para pasar el día. Los fines de semana se llena.
Avistajes y atletas en el Amarillo
Acceso a pie. Desde el sector del río Negro conocido como Náutico, se debe caminar en dirección al este, hasta un gran sauce. A pocos metros, inicia un cañadón que lleva hasta el Valle.
Dificultad baja. Se deben atravesar arenales pero no es un camino escarpado. Se llega en 30 minutos a un ritmo moderado.
Es el más utilizado por grupos de avistajes de aves, trekking y ciclismo.
¿Por qué son de distintos colores?
Senderos
Datos
- Los Valles de la Luna Rojo y Amarillo están compuestos por rocas sedimentarias con distintos grados de oxidación de hierro. Es su principal componente y lo que define su pigmentación, explicó el director de Geología de la UNRN, Juan Ponce.
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