Motos, el problema más grave de tránsito en las ciudades

En la multiplicación de un medio de movilidad que es inestable, poco visible, vulnerable y de tan alta siniestralidad que tiene diez veces más posibilidades de sufrir siniestros viales que otros vehículos, el abogado especializado en accidentología vial, Horacio Botta Bernaus, pone el foco. “El problema más grave de tránsito lo tenemos en la ciudad, y está atado a la irrupción de un nuevo actor: la moto”, enfatizó el especialista que es de Córdoba y estuvo en Roca días atrás.

Durante su estadía en la ciudad, Botta Bernaus dialogó con “Río Negro” sobre los principales problemas que enfrenta la seguridad vial en el país en la actualidad. “No es que haya subido tanto la cantidad de siniestros, lo que ha subido es que hay más usuarios vulnerables”, remarcó el abogado que en sus 31 años de trabajo en pos de la seguridad vial intervino en más de 24.000 accidentes con víctimas.

“Hay ciudades en las que entre el 50 y 70% de los muertos (en siniestros viales) son motociclistas”, señaló y remarcó que en el último tiempo los conductores de motos dejaron de ubicarse sólo como víctimas, ya que hay antecedentes de hechos viales en que desde éstos rodados se han arrollado peatones.

Para el especialista los números “no tienen que ver con la capacidad del conductor sino con las características de riesgo de éste vehículo”. Y en la fórmula de la seguridad vial dice que la falta de una educación eficiente juega un rol importante.

Ponerse el casco no alcanza

“El principal problema en los motociclistas no es el uso de casco como se cree, sino el llevarlo desprendido. Le hacemos usar casco pero no lo abrochan”, indicó.

Para Botta Bernaus el camino para bajar el índice de siniestralidad es “trabajar en políticas de convencimiento no en políticas de apriete. Terminemos con la idea de que con más policías y radares van a mejorar las cosas, acá hay que apostar a la información. (…) Los municipios responden a cualquier cosa menos a esto”.

“Para convencerlo hace falta información, no hace falta la sanción”, insistió.

Reconoció que la moto “da respuesta a un problema social que es la movilidad, el transporte caro y deficiente. Es un medio que le resuelve la movilidad a grandes sectores”. Por ello es que puntualizó en que se debe abordar la problemática para “buscar una respuesta inteligente. El ver qué hacemos no es secuestrar y multar”.

“Seguridad vial es todo lo que podemos hacer para que no ocurra un accidente. Educación vial es como enseño todo eso que tenemos que hacer para que no ocurra un accidente”, explicó.

“Estamos más preocupados en agravar las penas de los accidentes de tránsito que en prevenirlos”, finalizó.

“Terminemos con la idea de que más policías y radares van a mejorar las cosas, acá hay que apostar a la información”

enfatizó el especialista en accidentología.

Consejos para la seguridad vial

Los motociclistas usar correctamente el casco. No olvidar abrocharlo.

Dismunir el riesgo y evitar viajes innecesarios. “Hace poco me tocó trabajar en una empresa de Córdoba. Había 30 motos frente a una ruta, personal cuatro veces por dia yendo y viniendo dos veces, 120 viajes. Tuvieron dos muertes. Pusieron un transporte, saqué el riesgo”, ejemplificó.

Simplificar cursos de educación vial: decir lo importante en pocas palabras. Y que los que enseñen sean educadores.

“Es un espanto cruzar Neuquén por la multitrocha”

“Pregunto: ¿hace falta que me paren en todas las esquinas?”, dijo el especialista Botta Bernaus haciendo referencia a la cantidad de semáforos que se encuentran en la Ruta Nacional 22 en el tramo que atraviesa Neuquén. El especialista llegó al aeropuerto y viajó en taxi más de una hora para llegar a Roca al cierre de la semana pasada. “Es un espanto cruzar Neuquén por la multitrocha”, opinó.

“¿Pusimos todos esos semáforos, bajaron las muertes? ¿La fase de los semáforos se programaron en función de la cantidad de vehículos? Si llego y estoy 30 o 45 segundos y no pasa ningún auto, es probable que lo que me está diciendo ese semáforo no tenga sentido”, enfatizó.

El especialista remarcó que es clave pedir explicaciones a quienes elaboran los proyectos viales.

“Deben hacer mínimo cinco años que veo que la ruta no avanza, no terminamos un tramo. Hay un costo económico que es fenomenal, un viaje de diez minutos que dure una hora es contaminación, afectación ecológica, tiempo, combustible. Si no teníamos plata para algo tan grande hagamos algo más simple, como una buena semaforización, un sistema de rotondas, hay soluciones intermedias. Si esta ideal lleva diez años, dejo de ser ideal”, consideró Botta Bernaus.

Respecto al diseño de la ruta prefirió no opinar en particular. Sólo refirió a que las rutas elevadas suelen convertirse en “una pared que termina separando y no uniendo”.