El día que el río casi se llevó a Fotheringham

Una anécdota y un momumento intentan dar cuenta de la llegada del general Roca <br />a territorio neuquino.

¿Habrá pisado tierra neuquina el general Julio Argentino Roca? La respuesta puede ir desde el cuestionamiento a la división del territorio que en 1879 no existía hasta la anécdota que se focalizó en el río Neuquén el 11 de junio de ese año.

La pirámide, de por lo menos una decena de metros, que se yergue a pocos metros del puente ferroviario entre Neuquén y Cipolletti se inauguró el 3 de febrero de 1947, según la recopilación que hizo Ricardo Koon en “Acontecimientos y Protagonistas de la Historia del Neuquén”. Se desconoce a su constructor más allá de que está hecha de cemento y ladrillo y que, hace por lo menos una década, tenía placas que hacían referencia a quien homenajeaba.

El sitio es cercano al fortín 1ª División y se supone que fue el lugar donde, después de visitar la confluencia del Limay con el Neuquén –situada a un par de kilómetros al sur–, llegó el Ejército en el colofón de la Campaña del Desierto. Por la geografía era el lugar donde el río se hacía estrecho y, pese a los diez grados bajo cero, al menos tres militares se retaron a cruzarlo a nado.

Koon ubica el cruce a las 12 horas, cuando llegan desde Choele Choel. La estrechez del río era usada para vadearlo con alguna precaria embarcación. “El general Roca manifestó deseos de conocer el paso, ofreciéndose para hacerlo el teniente (Ignacio Hamilton) Fotheringham, el sargento Fábregas y un soldado, quienes autorizados se lanzaron al vado y fueron sacados de sus cabalgaduras por la fuerte correntada”, rescató.

Agregó que Fotheringham fue llevado 400 metros aguas abajo y los soldados consiguieron salir frente al cerrito en cuya cima hoy se levanta el monumento recordatorio de la gesta expedicionaria.

La historiadora Elsa Bezerra rescató un texto del teniente coronel Manuel Olascoaga, quien estuvo en ese lugar y fue años más tarde el primer gobernador del territorio. Describe con detalles la geografía con mención de la barranca norte del río y la presencia de leña y pasto. Menciona también el color rojo de la arcilla de las barrancas desprovista de vegetación,el que atribuye a la presencia de óxido de hierro o descomposiciones de “azogue” o mercurio.

Olascoaga cuenta en su diario el recorrido desde la confluencia hasta el lugar donde aparece un sitio en forma de promontorio, que luego fue bautizado con el nombre de Sierra Roca. De allí que se especule con que el general pudo haber pisado tierra de lo que, posteriormente, fue declarado como territorio neuquino.

La historiadora también hace mención al libro “La vida de un soldado”de Fotheringham y, al referirse a las mismas circunstancias, expresa:“No era muy tentador el baño en esas aguas turbulentas que torrentosas se lanzaban por tan ancho lecho y un frío de diez o más grados bajo cero”.

Datos

La gran duda que la historia no resolvió es si realmente el general Roca cruzó el poderoso río Neuquén.

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