Un recuerdo inolvidable, a 66 años del voto femenino
Norma Nancy Del Río tenía 21 años cuando se puso en práctica la ley 13.010 que reconoce los derechos políticos de las mujeres. La norma, impulsada por Eva Perón, se sancionó en 1947 y se aplicó en 1951. “Esperamos los resultados en casa”, recordó.
El 11 de noviembre de 1951 votaron por primera vez en Argentina 3.816.654 mujeres. Una de ellas fue Norma Nancy Del Río, una obrera textil de Lomas de Zamora, que llevaba en el bolsillo la boleta con la fórmula Perón-Quijano.
“Fuimos como a las 10 de la mañana, a las 11, y había bastante gente. Fui con mi cuñada y una amiga”, recuerda Norma que hoy tiene 88 años y desde 1965 vive en Neuquén.
Por entonces era zurcidora en una fábrica de Lomas, ubicada sobre avenida Alsina. “Yo empecé en la fábrica Piccaluga, en La Boca, y eran telas que en ese momento se estaban haciendo para los uniformes de aviación. La falla que producía el telar había que arreglarla. Se aprendía ahí. En la fábrica Piccaluga había una escuelita: seis meses se tardaba en subir arriba como media oficial. Yo tardé tres”, cuenta orgullosa.
Pertenecía a la Asociación Obrera Textil. “El secretario de la fábrica era el señor Andrés Framini”, apunta, histórico dirigente peronista, que llegó a ser electo gobernador de Buenos Aires. “El delegado nuestro se subía a las tinajas para teñir, una tinajas así grandotas, y de ahí, arengaba”, asegura.
“Se trabajaba de a dos, en sillas chiquitas, con un banquito en el medio, la pieza de 1.5, buscándole la falla que ya venía marcada, con una lámpara sobre la pieza, esas de chapas. Teníamos una capataza más brava que la miércole”, explica. Y agrega: “Cuando empecé a trabajar no existían las vacaciones, ni el medio aguinaldo; entonces hubo una lucha sindical porque dos por tres nos sacaban a la calle, por la calle Montes de Oca y Suárez, íbamos con la policía atrás. Se luchaba para que nos dieran las mejoras”.
Desde fines del siglo XIX y principio del XX Cecilia Grierson, Julieta Lanteri, Alicia Moreau de Justo peleaban por el sufragio femenino en el país. La ley Sáenz Peña aprobada en 1912 estableció el voto secreto, obligatorio y masculino. Recién el 9 de septiembre de 1947 fue sancionada la ley 13.010 que en su primer artículo señalaba: “Las mujeres argentinas tendrán los mismos derechos políticos y estarán sujetas a las mismas obligaciones que les acuerdan o imponen las leyes a los varones argentinos”.
Catorce días después, el 23 de septiembre, Eva Duarte de Perón su principal impulsora, dijo ante una multitud en Plaza de Mayo: “Aquí está, hermanas mías, resumida en la letra apretada de pocos artículos una larga historia de lucha, tropiezos y esperanzas. ¡Por eso hay en ella crispaciones de indignación, sombras de ocasos amenazadores, pero también, alegre despertar de auroras triunfales!”.
“Esperamos los resultados en mi casa, éramos todos peronistas. Nos enteramos por la radio y salimos a festejar a la plaza de Lomas”, afirma Norma, que no olvida los tangos de Juan D’Arienzo por El Mundo.
Era afiliada de base. En Piccaluga tenía un delantal bordó y andaba con el escudo en la solapa del uniforme. “Uno a trabajar iba de pinta en aquel entonces, de taco, siempre bien arreglada”, sonríe. No aspiraba convertirse en capataza: “Me hubiera gustado estar como ayudante de delegada, eso sí me gustaba”.
Los que estaban en contra era la gente mayor, los compañeros que eran más grandes. Las chicas de la fábrica éramos de 18 para arriba. Bueno, yo en ese momento tenía 21”
rememoró Nora Del Río
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