Las cenizas complicaron los casos de enfermedades respiratorias
Con la erupción de los volcanes Caulle Puyehue y Calbuco, las cenizas no generaron nuevos casos de asma pero complicaron muchos de los ya existentes. El estudio lo realizó la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional del Comahue.
Las cenizas complicaron los casos de enfermedades respiratorias
La Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional del Comahue realizó una investigación sobre el impacto que originó la ceniza volcánica en la salud de la población, a raíz de la erupción del Cordón Caulle Puyehue en junio del 2011.
“El objetivo fue buscar y comprobar con bases firmes y evidencias científicas el daño que originó la ceniza en los pulmones”, indicaron.
Un grupo de neumónologos, patólogos, bioquímicos y alumnos de la carrera estudiaron los síntomas respiratorios –asociados al asma– que pudieron haber sido ocasionados por la exposición a las cenizas volcánicas, sobre grupos heterogéneos de Cipolletti y Bariloche.
Los especialistas llegaron a la conclusión de que “las cenizas por sí mismas no ocasionaron nuevas enfermedades pero en algunos casos, exacerbaron los síntomas respiratorios como los que se vinculan al asma (tos, falta de aire, silbidos en el pecho, dolor torácico y expectoración)”.
El docente y neumonólogo Ignacio Zabert, que encabezó la investigación, indicó: “Por los datos obtenidos, el impacto principal de las cenizas es a nivel de los pulmones. Hay un incremento de los síntomas respiratorios que podrían vincularse con la inflamación bronquial, pero no ocasionan nuevas enfermedades crónicas”.
A través del trabajo en laboratorio de la facultad, los investigadores advirtieron que los roedores expuestos a las cenizas volcánicas durante un mes presentaban “una inflamación a nivel de los pulmones”.
Según Zabert, cerca del 70 por ciento de los encuestados en Bariloche había tomado una medida de prevención; en el Valle, este número alcanzó el 55%.
Los especialistas midieron la prevalencia de síntomas respiratorios relacionados con el asma en 303 niños y adolescentes (de 3 a 14 años) y detectaron que había duplicado su valor. De modo que un 14% de los examinados presentaba esta prevalencia.
“Las cenizas no causan asma, pero pueden generar síntomas o complicaciones mayores si la persona es asmática”, aclaró Zabert.
En el 2015, erupcionó el volcán Calbuco y el impacto de sus cenizas también fue considerado en la investigación. En este caso, se puso el foco en adultos mayores de 18 años de Cipolletti y Bariloche (dos poblaciones con distintos niveles de exposición a las cenizas que, sin embargo, arrojaron resultados muy similares).
A lo largo de un año, se encuestaron a 2500 personas para medir la percepción que tenían del riesgo de salud de sus pulmones y evaluar síntomas de asma. De nuevo, los investigadores encontraron una alta prevalencia de síntomas respiratorios.
“La prevalencia de síntomas respiratorios durante la exposición de las cenizas fue del 30% en la población encuestada. A medida que pasó el tiempo fueron disminuyendo. Eso significa que podría estar influenciando la exposición aguda a cenizas”, comentó Zabert.
Los investigadores también determinaron que cuanto más grande es la persona, mayor es la probabilidad de presentar inconvenientes respiratorios. En sentido inverso, a medida que disminuye la escolaridad, los síntomas aumentan “tal vez porque dicho factor se vincula con otras variables socioeconómicas influyentes”.
Por último, consideraron el tabaquismo como un agente que acrecienta la posibilidad de sufrir mayores síntomas, aunque no necesariamente todos los fumadores sufren las mismas consecuencias.
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