“La morgue”: conocé el próximo estreno de cine
“La morgue”: conocé el próximo estreno de cine
Tommy Tilden (Brian Cox) es un médico forense con mucha experiencia que, junto a su hijo Austin (Emile Hirsch), administra una morgue y crematorio familiar en Virginia. Cuando el sheriff local trae un caso de emergencia –un cadáver femenino sin identificar, al que llaman Jane Doe (Olwen Katherine Kelly), hallado en el sótano de una casa donde se produjo un homicidio múltiple– parece un simple caso más.
A medida que la autopsia avanza, estos profesionales experimentados quedan tambaleando, ya que cada paso del procedimiento presenta revelaciones aterradoras. Perfectamente preservada en su exterior, el interior de Jane Doe ha sido terriblemente abusado, carbonizado y desmembrado, aparentemente víctima de una misteriosa y espeluznante tortura ritualista. A medida que Tommy y Austin comienzan a reconstruir estos horribles descubrimientos, una fuerza antinatural se apodera del crematorio. Mientras que afuera una violenta tormenta hace estragos sobre la tierra, parece que el terror real se yace en el interior…
Esto es lo que nos ofrece “La morgue” (The Autopsy of Jane Doe, 2016), una película de terror que viene cosechando muy buenas críticas y gran aceptación por parte del público fanático del género. Sin ir más lejos, se llevó el Premio Especial del Jurado en el Festival de Sitges, un certamen especializado en este tipo de películas.
¿Cómo surgió la idea de este largometraje? Los socios y guionistas Ian Goldberg y Richard Naing se reunieron en un restaurante indio de la ciudad de Los Ángeles con el productor Eric Garcia y le tiraron un par de ideas: médicos forenses, padre e hijo, reciben un cuerpo en la morgue, comienzan la autopsia, descubren oscuros secretos y empiezan a suceder cosas extrañas.
Pero estas ideas hacía rato que venían dando vueltas en la cabeza de estos amigos: “Recuerdo que cuando fue nuestro primer contacto con esta idea, todavía estaba muy verde”, dice Naing. “Lo único que teníamos en claro es que queríamos hacer una película completamente opuesta a los proyectos que habíamos escrito anteriormente. Queríamos mantenernos dentro del horror, hacer algo que genuinamente aterrador, que no fuera una comedia irónica, y queríamos que estuviera muy contenida”.
Naing y Goldberg se inspiraron particularmente en dos filmes –superclaustrofóbicos– del director Roman Polanski: “El cuchillo bajo el agua” (Nóz w wodzie, 1962) y “Repulsión” (Repulsion, 1965).
Comenzaron a moldear la idea, los personajes, la ambientación, los detalles de la historia, y así la vendieron.
Dice Garcia: “No se trataba de una casa embrujada y tampoco había un exorcismo. El elemento de la autopsia generó un paso al misterio de manera increíble. Siempre la comparamos con Sherlock Holmes. El cuerpo conforma el conjunto de pistas y ellos son los detectives”.
Por supuesto que en una trama que cuenta cómo dos forenses van realizando una autopsia y los pasos que van siguiendo, los escritores tenían que tener un sustento en la realidad: “La investigación que se está llevando a cabo es lógica y científica, incluso cuando se desatan eventos sobrenaturales extraños”, comenta Goldberg.
Se reunieron entonces con Craig Harvey, el médico forense a cargo de la morgue del condado de Los Ángeles, quien les brindó una visita guiada. “Dicha visita nos proporcionó un montón de detalles que fueron incorporados al guión”, continúa Goldberg, “como los espejos convexos en los pasillos o los exterminadores de insectos eléctricos para atrapar las moscas que salen de los cuerpos… que es algo que vimos allí”.
Mientras el guión evolucionaba en el tiempo, Garcia y Berger comenzaron a establecer la producción. Se asociaron con la productora inglesa 42, que sugirió que el largometraje se hiciera en el Reino Unido para lograr hacerla de la manera justa, con el presupuesto apropiado e incorporar grandes actores.
“Queríamos darle un toque europeo”, dice Eric Garcia. “Para nosotros, sabíamos que, para ser una película de horror, era distinta y especial; y queríamos hacerla de un modo un poco diferente. Queríamos incorporarle algún elemento europeo, que no se sintiera como una típica película de terror estadounidense”.
¿Quién mejor que un director europeo para solidificar esa idea? Es así que eligieron como realizador al noruego André Øvredal, conocido por la película “Trollhunter” (Trolljegeren, 2010). Cuando leyó el guión, quedó inmediatamente atrapado por la historia, cuyo estilo era bien diferente a lo que había hecho.
“Lo leí en cuarenta y cinco minutos, que representó mi tiempo récord en leer un guión. Es una historia sobre la relación padre-hijo”, dice, “acerca de cuestiones no resueltas entre ellos que finalmente salen a la superficie, en una situación sumamente intensa, que los empuja a lidiar con esos asuntos que con los que no han lidiado anteriormente. Definitivamente, ese es el centro de la película”.
Elegido el hombre detrás de cámaras, era el tiempo del elenco. Y si había un papel sumamente difícil, era el de la mismísima Jane Doe, interpretada por la actriz Olwen Katherine Kelly. “Interpretar a Jane Doe fue mucho más desafiante de lo que había previsto al principio”, comenta. “Uno se pregunta cuán difícil puede ser estar ahí acostada”. Es que, además, el papel requería mucho más que simplemente eso: la paciencia, la resistencia y la quietud.
Como parte de su preparación tuvo que asistir a clases de meditación de yoga –la mejor manera de practicar cómo quedarse lo más quieto posible–: “Normalmente tomo clases de yoga de flujo más rápido, así que me resultó muy difícil estar tan quieta al principio, pero terminé disfrutándolo. Un poco antes de filmar, practicaba la respiración superficial, ya que me habían dicho que éste era el truco para interpretar a un muerto, sin embargo muy a menudo, las prótesis y/o la posición de mi cuerpo me indicaban cómo tenía que respirar”.
Además de eso, durante el transcurso de la autopsia Kelly tuvo que lidiar con el uso de varias prótesis, ya que al cuerpo de Jane Doe lo van abriendo gradualmente. “Al principio, las prótesis eran muy espeluznantes, no podía mirarme a mí misma en un espejo a medio abrir o goteando sangre”, dice. “Pero al final casi me había olvidado que incluso las tenía puestas. Sólo tomaba conciencia cuando estaba conversando con alguien fuera del set y notaba que me miraba con un vago gesto de asco o fascinación mórbida en su rostro”.
El largometraje fue una muy buena experiencia, tanto para actores, productores, guionistas y director. El filme fue llevado por distintos festivales y por todos los lugares en donde se presentó se resaltó su estilo visual, la excelente puesta en escena y, principalmente, el horror que transmite. Junto con el resto del equipo, los resultados dejaron a Brian Cox impresionado por lo que vio. Y quién mejor que un actor con tantos años de trabajo y experiencia para definir a “La morgue”: “André entiende la aspereza psicológica y la maldad del guión. Realmente tiene una idea de eso. Tengo la sensación de que va a ser bastante aterrador para el público. ¡A mí me asustó mucho!”.
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