Dos décadas de “prohibido bañarse”

La contaminación del río Negro a la altura de la Isla Jordán, en Cipolletti, es histórica. A fines de 1996, durante la gestión del exintendente Julio Arriaga, el espacio fue clausurado como balneario por la altísima presencia de escherichia coli producto del vertido de los efluentes cloacales sin tratar.

Si bien no todos los años la calidad del agua fue la misma ya que en algunos períodos los análisis determinaron que era apta para uso recreativo, la ciudad perdió la costa del río y se fue acostumbrando a no contar con un balneario habilitado. Tanto que, al menos hasta ayer, no estaba prevista ninguna movilización en defensa del río como sí ocurrirá en otras ciudades el sábado.

Tuvieron que pasar 10 años, después del alerta inicial, para que finalmente se inaugurara la planta de tratamiento de líquidos cloacales en la zona este. Sin embargo, desde el principio fue insuficiente: a fines de 2006, con las piletas de oxidación en marcha, se anunció que era “inminente” su ampliación. En ese momento, los funcionarios provinciales del Departamento Provincial de Aguas (DPA) y de Aguas Rionegrinas y municipales explicaron que la capacidad de la planta sólo permitía tratar el 60% de los líquidos cloacales, situación que en la actualidad (por el crecimiento de la ciudad) se redujo al 40%. El resto se arroja crudo a un brazo del río Neuquén, a pocos metros de la Confluencia con el Limay. La planta nunca se amplió.

Los informes históricos de la Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas sobre el control bacteriológico de los balnearios, en la margen norte del río Negro en la Isla Jordán, establecen que la situación se fue deteriorando sensiblemente a partir del año 2009. Hasta ese momento, salvo algunos períodos, los niveles de escherichia coli detectados oscilaban según la temporada en qué se tomaran las muestras.

Desde el 2.002 hasta fines del 2008, el río fue considerado apto para actividades recreativas en contacto con el agua, con excepción de la temporada 2005-2006 cuando los valores se dispararon y alcanzaron, siempre en la margen norte del río, los 319 NMP/100ml.

A partir del 2009, la contaminación comenzó a incrementarse hasta llegar a cifras altísimas como las del inicio del año pasado que registraron 540 NMP/ml, siempre según los datos de la AIC.

Los balnearios se consideran aptos cuando la medida geométrica (se establece a través de una fórmula) de al menos cinco muestras extraídas en un período no mayor a 30 días, no supera las 200 escherichia coli por cada 100 mililitros de muestra. Las tomas de agua se extraen generalmente entre la primera semana de noviembre y la primera de diciembre.

La bacteria escherichia coli es considerada el mejor indicador de contaminación de origen fecal humana y de otros animales de sangre caliente.