Sin colchón: de la regulación ubicua al libre mercado total

Energía

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El mercado petrolero argentino debe ser uno de los más regulados. Hay cientos de normativas que dirigen su andar, algunas de las cuales jamás se cumplieron y otras que incluso se contradicen entre sí. Toda una burocracia kafkiana se erige sobre el gas y el petróleo, a tal punto que las empresas tienen departamentos enteros para poder adaptar las rígidas costumbres corporativas a los requerimientos estatales.
El gobierno de Mauricio Macri llegó para quitar trabas. El complejo tránsito hacia el pregonado libre mercado se siente especialmente en este sector donde no se aplica colchón: se aspira a pasar sin anestesia de la regulación ubicua a la liberalización total.
En el medio, se genera un opacidad que levanta sospechas sobre varias acciones del gobierno. ¿Por qué aumentó tanto la importación de gasoil, beneficiando más a las petroleras privadas que a la estatal YPF? ¿Por qué se toleró que algunas petroleras privadas no cumplieran con el cupo asignado de GLP?
El gobierno argumentará que hay razones de mercado. Pero lo cierto es que ambas operatorias, por opción u omisión de los funcionarios, tuvieron el aval del Ministerio de Energía.

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