Una orden de desalojo frenó una toma en un basural

La ocupación de un lote baldío en el Alto de la ciudad se resolvió de forma pacífica. El proceso apenas duró 24 horas, tiempo que demoró la Justicia en resolver una denuncia realizada por un empresario local y una organización social, propietarios de un predio comprendido entre los barrios 400 Viviendas y El Frutillar.

El fiscal Sergio Pichetto fue notificado el domingo y de inmediato dispuso que la Policía custodie el ingreso al terreno, prohibiendo la llegada de materiales de construcción y alimentos para desestimar el asentamiento definitivo de las, en principio, 20 familias que llegaron con sus hijos para desmalezar un improvisado loteo social.

Ayer al mediodía el juez Bernardo Campana llegó hasta el lugar del conflicto para conversar con los ocupantes. Los notificó acerca de la denuncia presentada y la orden de desalojo que los obligaba a retirarse en un plazo de dos horas.

El jefe de gabinete del municipio, Pablo Chamatrópulos, quien se acercó a la toma para disuadir a los ocupantes, celebró la pronta resolución y destacó la labor conjunta entre los organismos del Estado.

El domingo Chamatrópulos dejó en claro que la comuna no negociaría en un “marco de presión”. Reconoció que la demanda habitacional “supera la oferta” y, ante el reclamo de los ocupantes, explicó que la entrega de soluciones se realiza de acuerdo a las “prioridades sociales” y no por “posibilidades de pago”.

A partir del desalojo dijo que las “puertas (del municipio) están abiertas” para reunirse con las familias y conocer en detalle la situación social de cada una.

Sin destino

“Estoy en manos de Dios”, dijo Daniel Pardo, un trabajador gastronómico desempleado que hasta el sábado alquilaba un departamento con su mujer y sus seis hijos. Los demás ocupantes coincidieron en mantener la protesta “desde la calle”, y adelantaron que reunieron a 40 familias interesadas en lograr un espacio propio para asentarse. Muchos se encuentran inscriptos en el registro de demandantes que propone el Instituto de Tierra y Vivienda local.

Según la denuncia, las tierras serán utilizadas para construir un hogar de día.

El registro del Instituto Municipal de Tierra y Vivienda está repleto de inscriptos que esperan por una vivienda. La prioridad es social, no financiera.

“Nos daban dos horas o nos sacaban por la fuerza. Estamos vencidos por el cansancio. Estoy en manos de Dios”.

Daniel Pardo soportó la fría noche en una carpa, a la espera de una solución.