El invierno en el que volvió a nevar en la Región Sur

Hacía por lo menos una década que no pasaba. Algunos vecinos quedaron aislados pero sin casos graves. Las perspectivas para los campos son buenas. Balance de una estación atípica.

La Región Sur rionegrina vive una temporada otoño-invierno como hacía muchos años no se registraba. A pesar de las complicaciones que generaron, las abundantes lluvias de mayo y las nevadas de julio dejan un saldo muy positivo para la zona. Sobre todo para el sector ganadero que esperaba con ansias el regreso de las nevadas para que puedan recuperarse las fuentes de agua y los pastizales, y así tener garantizadas las provisiones alimenticias en épocas de parición y crianza de los corderos y chivitos que se aproximan.

El temporal generó complicaciones en los distintos pueblos y sobre todo en las principales rutas y caminos vecinales de la región, que quedaron intransitables en varios tramos. Esta situación obligo a suspender los servicios del transporte de pasajeros y restringir el tránsito pesado durante varios días. También anegó numerosos parajes. Actualmente queda poca nieve y lentamente la región recupera su vida normal.

Tanta nieve no se registraba desde hace casi dos décadas, según recuerdan los pobladores. Al igual que con las lluvias de mayo, que en promedio alcanzaron los 130 milímetros, el registro de nieve fue dispar en la zona. Si bien el temporal cubrió el sector que va desde el centro hacia la Cordillera, entre Jacobacci y Pilcaniyeu la acumulación fue superior al resto. En este contexto, en las zonas más elevadas sobre el nivel del mar la nieve superó el metro de altura, mientras que en las bajas promedió entre 20 y 30 centímetros. Sin embargo la aridez del suelo hace que a diez días de haber dejado de nevar, la geografía solo muestra hoy manchones blancos en pocas partes. Pero tanta humedad genera muchas expectativas de cara al futuro.

“Hoy estamos padeciendo un problema que intentamos sortear con lo que tenemos y de la mejor manera posible, pero pensando en el futuro esto es una bendición”, dijo el intendente de Pilcaniyeu, Néstor Ayuelef. “Hacía por lo menos 15 años que en la zona de Pilcaniyeu no nevaba tanto. Prácticamente en los últimos inviernos en el pueblo no teníamos nieve, solo lluvias y en la zonas más altas la nieve acumulaba entre 10 o 15 centímetros. No más. Estas últimas nevadas han acumulado entre 60 y 80 centímetros, e inclusive en algunas partes la nieve volada ha formado bardones que superan el metro veinte”, agregó Ayulef.

El jefe comunal aseguró que la situación en el área de influencia de su municipio está controlada y sin mayores necesidades. En este sentido sostuvo que en la zona rural de Pilcaniyeu hay dispersos unos 80 pequeños productores que, en su mayoría, son beneficiarios de jubilaciones o pensiones, ingresos que les permiten vivir bien. “En cuanto a la alimentación y elementos para calefaccionarse para la gente del campo no hemos tenido demandas. Sí en lo que se refiere al forraje para los animales. La gran cantidad de nieve ha impedido que puedan alimentarse durante muchos días y eso se va a repercutir en el estado corporal de las ovejas y chivas. Nadie se imaginaba que iba a nevar tanto y a los productores los sorprendió sin pasto, sin avena, sin maíz, etcétera”, sostuvo.

Ante el temporal, rápidamente el municipio de Pilcaniyeu compró 500 fardos de pasto que se sumaron a unas 200 garrafas de gas y a 5.000 litros de kerosene del Plan Calor, elementos que distribuyen a los pobladores de su zona de influencia, en el marco de un programa de asistencia que lleva adelante en forma conjunta con personal de Bomberos Voluntarios y del hospital local.

La zona de influencia de Comallo fue otra de las que sufrió los embates de la nieve. Más de un metro se acumuló en las zonas más altas. La mayoría de los parajes rurales quedaron aislados y los pobladores incomunicados durante muchos días. Pero, como en el resto de la zona, no se registraron emergencias, situación que generó tranquilidad en gobernantes y pobladores.

“Por suerte no tuvimos que afrontar emergencias como salir a buscar a una persona enferma, o a una parturienta. Eso hizo que a pesar de la difícil situación, la podamos afrontar con más calma y mayor planificación”, señaló el intendente de Comallo, Raúl Hermosilla. Añadió que “hubo una buena sincronización con todos los que participaron –y aún hoy siguen– en este operativo. Haciendo memoria, no teníamos tanta nieve en nuestra zona desde 1984. En el 95 nevó bastante, pero no como ahora. Después, de ahí en adelante, prácticamente no tuvimos nieve.

Si bien no se esperaba esta contingencia, el Municipio de Comallo tenía un banco de forraje con 600 fardos de pasto y granos y 200 garrafas de gas y leña del Plan Calor, y pudo asistir a los pobladores con la ayuda de Defensa Civil y de un camión 4 x 4 de Sistema Federal de Manejo del Fuego. Hermosilla detalló que hasta ahora auxiliaron a 97 familias y se continúa con las recorridas por la zona rural aunque con muchas dificultades. Aunque el 85% de la nieve ya se fue, “los caminos vecinales y las rutas están a la miseria. No se puede andar y eso nos está dificultando el ingreso a algunos lugares”, agregó.

Para seguir asistiendo a los productores, el gobierno de la provincia destinó para la zona más de 1.500 fardos de pasto, cerca de 1.300 bolsas de maíz y avena y 56.000 kilos de alimento balanceado.

Con el correr de los días el sol y el viento han derretido casi por completo la nieve. La zona vuelve la normalidad. Pero los caminos vecinales quedaron destruidos y también las rutas provinciales y la Nacional 23 cuyo estado es crítico en el tramo de ripio.

Eliseo Pérez: “Lo mejor que nos pudo pasar”

Oscar Armegol: “Una buena experiencia”

A pesar de las intensas nevadas y el aislamiento de los parajes, este año no hubo que afrontar emergencias. Las recorridas que se hicieron en la zona fueron para asistir a los pobladores con alimentos, forraje, leña, gas y medicamentos, y para trasladar gente del campo a los centros poblados. “Todos los días se hacían uno o dos viajes a parajes ubicados a 70, 100 kilómetros, lugares a los que se hizo muy difícil ingresar”, señaló el segundo jefe del cuartel del Bomberos Voluntarios de Jacobacci, Oscar Armengol.

El servidor tuvo una activa participación en el Comité de Emergencia Municipal de Jacobacci, espacio en el que se coordinó el operativo de salidas a la zona rural. También trabajó personal del municipio local, de Gendarmería, Defensa Civil, Prefectura, Salud y bomberos voluntarios de Sierra Colorada. “La mayoría de las salidas fueron para ver cómo estaba la gente por no teníamos comunicaciones. Hubo uno o dos casos de personas que necesitaban medicamentos o ser asistidas por problemas de salud, pero nada grave”, dijo Armengol. “Fue una buena experiencia y con un resultado positivo”, concluyó.

“Esto es lo mejor que nos pudo pasar, una bendición”, señala Eliseo Pérez, productor de la zona de Futaruín. Y rememora: “La última vez que tuvimos algo de nieve en el campo fue en agosto del 2006, pero sólo unos 40 centímetros. Ahora en los mallines se acumularon más de 50 y en las zonas altas tapó el alambrado, es decir casi 1,2 metros”. Pérez tiene su campo a 72 kilómetros al sur de Jacobacci. Luego de las nevadas hizo cuatro intentos de llegar en vehículo hasta el casco pero fue imposible, así que dejó la camioneta en la ruta y recorrió los últimos 13 kilómetros a caballo. Le demandó más de 3 horas.

Hasta antes del 2011 tenía 380 ovejas, y después de la sequía y la ceniza la quedaron 80. A partir de los programas de repoblamiento que puso en marcha el Estado, su majada llega ahora a 150.

Las lluvias del 2014 le permitieron recuperar la mayoría de las 13 aguadas que tiene en el campo. Pérez dijo que este año habrá agua y pasto suficiente para los animales, aunque muchos habrán muerto por la nevada y otros estarán flacos. “Vamos a tener que darles suplementos para que entren con buen estado a la parición”, planifica.

Datos

2006: nevadas abundantes
llevaron a evacuar familias completas. Fue la última vez antes de este año.
2007: el año empezó seco y siguió así hasta el invierno. Al menos dos olas de frío con temperaturas de -32° en Molingue, -23° en Maquinchao y -20° en Onelli.
2008: ese invierno estuvo marcado por la erupción y abundante caída de cenizas del volcán Chaitén ocurrida en mayo.
2009: la sequía sigue castigando a la región.
Una nevada en julio llega hasta Río Colorado después de 27 años y otra en agosto sobre la Región Sur no alcanza a aliviar la falta de humedad. La suma de fenómenos de los últimos años causó la muerte de
unas 700.000 ovejas
en total.
2010: ya en junio, antes de comenzar el invierno, el frío llevó la mínima a -14,5° en Maquinchao tras una nevada. Otro extenso temporal a
fin de agosto cortó rutas
desde Bariloche hacia el
este. Cuatro micros con pasajeros quedaron bloqueados en la
Ruta 23.
2011: el 4 de junio explotó el volcán Puyehue. El desastre por la ceniza se extendió por meses.
2012: tras años de sequía, empieza con buenas lluvias aunque no uniformes para la Región Sur. Al avanzar el invierno no caen nevadas intensas, con lo cual lo ganado en humedad en los primeros meses, se pierde. A fin de julio, el frío castiga Jacobacci
con -18°.
2013: justo al inicio del invierno, Clemente Onelli
sufrió la temperatura más baja, con -15°, mientras que Comallo llegó a los -12° luego de lluvias y nevadas.
Entre julio y agosto temporales con más viento que humedad aún ponían en suspensión la ceniza volcánica.
2014: por fin un año húmedo hizo que laguna Carrilaufquen de Jacobacci recupere su espejo.
2015: la buena racha, en cuanto a precipitaciones, del año anterior, no se repitió.

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