Rey del mamporro
Sopapos, hostiazos, mandobles, trompadas, cachetadas, castañazos, coscorrones… Cualquiera de esas palabras alcanza para definir al gordo inmenso de Bud Spencer, fiel compañero de aventuras del flaco rubio Terence Hill en las películas cómicas de vaqueros.
Las veíamos de pibes los hoy cuarencincuentones, en las matinés del cine del club Deportivo Beltrán. Bud era nuestro ídolo. Tras el sonido opaco del mamporro que le aplicaba a quien alterara su espíritu, llegaba el estruendo de nuestras risas.
Bud, que en su vida real fue el napolitano Carlo Pedersoli, murió hace unos días, a los 86 años. Con él se fue una parte de nuestra infancia.
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