Barrios cerrados crecen en Roca
De la Ruta 22 en dirección al río, un nuevo corredor urbano se extiende en Roca en torno al Paseo del Bicentenario y sus barrios cerrados. Materiales, tendencias constructivas y parámetros urbanísticos de una zona que crece con una estética de líneas simples, despojada de ornamentos.
Desde el Municipio roquense se informa que son 640 lotes los que conforman las “urbanizaciones especiales” referidas en el Plan Director, ubicadas en la avenida Viterbori desde la Ruta 22 hasta el río y que se enmarcan dentro de la característica de barrio cerrado.
Conociendo este dato es posible señalar que estamos frente a un corredor, y lo subrayamos con las afirmaciones del presidente del Colegio de Arquitectos Regional 1 de Neuquén Diego López de Murillas.
“Es el aprovechamiento de un área unida por alguna conectividad y organizado en esa línea se impulsa un desarrollo o se le dan características particulares a fin que se establezcan viviendas, edificios u otros programas, que mediante estrategias urbanas respondan a una planificación integral”.
López de Murillas dice que en las ciudades hay vías que tienen más jerarquía que otras, calles troncales con diferentes características, algunas más anchas que permiten edificios en altura logrando mayor densidad en esa área. “Existen corredores que desarrollan grandes edificios institucionales, tal como la calle Leloir en Neuquén donde se encuentra la Legislatura, la Ciudad Judicial, el Concejo Deliberante. Otros desarrollos de este estilo tienen que ver con lo urbano y permiten el desenvolvimiento de espacios públicos que suben el valor urbano de esos bordes, como el caso del Canalito en General Roca”, comenta.
El arquitecto insiste en que la jerarquía de esos corredores, sus reglas singulares y específicas dependen de una planificación general de cada ciudad. La conectividad física, siguiendo una lógica de costura, de unión, que se organiza linealmente a través de un camino, una ruta, una calle; en el caso roquense es la avenida Viterbori, es necesaria e imprescindible y es esto lo que le da el carácter de corredor.
Fue Flavio Bertolino quien se animó a iniciar este camino en 1999 cuando compró una parte de una chacra del otro lado de la Ruta 22 y que hace 15 años dio origen a Viejo Polo, un barrio cerrado con 11 hectáreas y media y 80 lotes de aproximadamente 880 m².
“El concepto que guió este desarrollo fue vivir como lo hacíamos en los orígenes en nuestra ciudad, con tranquilidad, seguridad, sumándole el entorno natural de la chacra y contemplando en el proyecto los espacios verdes, que los terrenos no den a los costados ni al perímetro. Lograr así que haya aire entre las viviendas, sus patios, los parques del barrio y el exterior”, explica Bertolino.
A partir de este emprendimiento se han registrado hasta la actualidad casi 10 loteos más. Pero para su existencia fue necesario que se empezara a desterrar la idea de que vivir “del otro lado de la Ruta 22” es una incomodidad. La realización del Paseo del Bicentenario contribuyó, además de que hizo el acceso a esos barrios más cómodo y más estético.
las casas
Ahora bien, entendido cómo se originó y conformó el corredor Viterbori, nos ocupamos de sus viviendas y la tendencia en materia de construcción.
Para esto recurrimos a arquitectos locales y dueños de los hogares de los barrios Pino Azul, Gran Parc, La Campiña, La Pedrera y Viejo Polo, quienes nos ayudaron a vislumbrar esas características.
Los loteos contemplados por el Plan Director están hermanados por iguales parámetros urbanísticos, es decir: retiros de frente, laterales y de fondo, como así también la altura total. No deja de ser importante la regulación de uso de suelo, que es para vivienda unifamiliar, impidiendo subdividir en unidad funcional, como informa el arquitecto Alejandro Ciucci.
Y agrega que “esta rigidez urbanística ayuda a que la naturaleza invada lo construido, se observan en común galerías que funcionan de garaje y de nexo entre la vivienda y el patio, que contiene en muchos casos la piscina y una arquitectura paisajista de mucho valor”.
En relación al diseño de las viviendas, el arquitecto Maximiliano La Sala enuncia que hay una tendencia predominante que consiste en hacer una arquitectura moderno-racionalista, con una estética de líneas rectas, simples, despojada de ornamentos, con volúmenes claros, de fácil reconocimiento y un uso limitado de materiales. Desaparece el uso de los elementos decorativos y reducen la arquitectura a algo parecido a lo esencial.
La Sala continúa: “Desde el punto de vista funcional hay una tendencia a desarrollar espacios grandes, conectados o integrados y con usos flexibles. Tal el caso de los espacios sociales que suelen ser un único y gran lugar sin prácticamente compartimentaciones”. Y Ciucci concuerda diciendo que muchas veces son los lotes que empujan al cliente a decidir sobre una casa en horizontal.
Respecto a las puertas de ingreso, comenta Ciucci que suelen ser dobles y generosas en altura, de esta manera se jerarquiza el ingreso al hogar.
En cuanto a los materiales, como terminación exterior la tendencia es revocar un grueso fratachado y la terminación es una pintura elástica cuya textura varía en fina, media o gruesa según el producto.
Esta elección se afianzó debido al comportamiento hídrico y térmico. En el interior también se utiliza en combinación con piedras o yeso en algunos casos, confirma Ciucci.
Y sigue: “Algunos volúmenes importantes se revisten con piedras o símil piedra, y en otros casos se utiliza chapas onduladas de color”.
En cuanto a los pisos, la mejor terminación y producto es el porcelanato, también los flotantes de madera o el alisado de cemento “es una variable estética importante, siempre y cuando esté bien realizado”, explícita Ciucci.
En los sectores húmedos, en especial en los baños, hay mucho equipamiento de primer nivel en jacuzzi, saunas secos y húmedos, hidromasajes. La grifería es un elemento de uso y de decoración, igual que los artefactos sanitarios.
La Sala hace una aclaración en torno al trabajo de albañilería: “Fue perdiendo conocimientos técnicos y calidad en su ejecución, debido a que quedó un bache entre los viejos albañiles inmigrantes, de gran experiencia y oficio con respecto a la generación siguiente, que raramente desarrollaron escuela. Pero esta deficiencia es compensada con el desarrollo de nuevas tecnologías que dan la posibilidad de hacer construcciones racionalizadas con materiales industrializados fáciles de usar y que dan terminaciones de calidad. Por ejemplo, el uso de placas de roca de yeso para hacer paredes, cielorrasos, incluso paredes y terminaciones exteriores con placas cementicias. Estos materiales se llevan muy bien con la moda actual ”.
Afirma La Sala que “la mayoría de los clientes emplea aberturas de aluminio por su relación eficiencia-costo-mantenimiento aunque también comienzan a hacerse masivas las de pvc de un rendimiento excelente. En cambio la madera ha perdido terreno por el incremento de su costo y por el cuidado constante que necesita”.
El arquitecto agrega que “como se multiplicaron las superficies planas de volúmenes simples, propios de la tendencia minimalista, también se incrementó el tamaño de las aberturas generales de las casas. Es muy común ver grandes superficies vidriadas que permiten estar en el interior disfrutando con la nitidez del HD los espacios exteriores verdes y casi sintiendo que se está afuera”. Y concluye diciendo que por añadidura las viviendas son bastantes más luminosas por esta misma causa, cuestión que ha dado lugar a la multiplicación de las cortinas black-out para poder controlar los volúmenes de luz.
el caso paradigmático
Para seguir este recorrido creemos necesario incluir alguna de estas residencias que tienen en su propuesta varios de los elementos antes mencionados.
Así es el caso de esta obra del arquitecto Maximiliano La Sala que está diseñada para una familia con hijos en un lote irregular típico de uno de estos barrios. Se proyecta en dos plantas que se desarrollan y se encastran como dos piezas distintas, teniendo como único punto de conexión proyectual una caja de vidrio donde está la escalera, un bloque doble altura que se encuentra en el frente con una importante presencia.
En la planta baja se desenvuelven los espacios compartidos todos encadenados y abiertos completamente al exterior con grandes superficies de vidrio, junto a parte de los lugares privados. La planta alta en cambio se estructura exclusivamente alrededor del dormitorio principal, con un generoso lugar para el vestidor y el baño.
Esta planta fue desarrollada como un volumen independiente fuera de los límites inferiores, que apoyó y encastró sobre la planta baja acentuando la diferencia entre las dos partes de forma intencional.
Su dueña aclara que eligió comprar un terreno aquí porque era lo más parecido a una chacra en relación a lo verde y a los grandes espacios, y que siempre consideró la avenida Viterbori por su fácil acceso al centro de la ciudad.
arq.
vivienda del arquitecto Alejandro Ciucci
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