bolt sí que sos crack
Usain puso las cosas en su lugar y ganó los 100 metros, ante el “favorito” Gatlin. La diferencia fue de apenas una centésima: 9,79 a 9,80 segundos.
Muchos se animaron a sacarle el cartel de favorito y Usain Bolt se enojó. Llegó a Pekín con algunas dudas, pero ayer las archivó a todas, porque se despachó con una carrera magistral y le ganó la batalla de los 100 metros a Justin Gatlin. ¿La diferencia? Una centésima: 9,79 a 9,80 segundos. Para hacerla completa, con esta conquista el jamaiquino se convirtió en el atleta con más medallas de oro en la historia de los mundiales de atletismo, con nueve. Y la cosecha se puede extender, porque tiene previsto ser de la partida en los 200 y el relevo de 4×100. Dos top se veían las caras y Gatlin se perfilaba como candidato. Una vez más Bolt supo estar a punto en el momento preciso para ganar su tercera corona mundial. El estadounidense Trayvon Bromell logró el bronce con 9,92, en tanto que su compatriota Tyson Gay, el segundo más rápido de la historia, llegó sexto con 10 clavados. El rostro serio, reconcentrado de Usain denotaba preocupación antes de la partida. La sonrisa tantas veces luminosa del jamaicano apenas era una mueca. No las tenía todas consigo. A juzgar por sus marcas del año (Gatlin líder con 9,74, Bolt sexto con 9,87), la final tenía un ganador casi cantado, pero…. Bolt se enfrentaba al reto más complicado de su carrera desde que se erigió en la máxima estrella del atletismo, pero en el pasado ya se había visto en situaciones similares y siempre supo estar a punto en el momento justo. Hace dos años, una sombra de duda viajó con Bolt a los Mundiales de Moscú. Dos meses antes, en Roma, fue derrotado por Gatlin. Por una sola centésima, pero el norteamericano pudo presumir de ser el primero que batía al jamaicano en un año. Sin embargo, nadie inquietó a Bolt en la final mundialista: batió por 8 centésimas a Gatlin, que había tomado la delantera al principio. Otro precedente. En 2012, Bolt se presentó en los Juegos de Londres con dos derrotas, esta vez ante su compatriota Yohan Blake en los campeonatos nacionales, tanto en 100 como en 200, y en la hora suprema revalidó su triplete olímpico de Pekín. Una lesión en la pierna izquierda obligó al hombre más rápido de la historia (9,58 en 100, 19,19 en 200) a renunciar este año a los torneos de París y Lausana y a visitar nuevamente la consulta del alemán Hans-Wilhelm Müller-Wohlfahrt, en Múnich. El doctor confirmó que Bolt tenía “la articulación sacro-ilíaca bloqueada, lo que restringe sus movimientos y crea una presión en la rodilla y el tobillo”. Pero su marca de 9,87 en Londres, el 24 de julio, autorizaba ya a pensar que el crack del atletismo mundial estaba de regreso. Gatlin, campeón olímpico en los Juegos de Atenas 2004, pudo haber dejado su última oportunidad para recuperar el cetro de la velocidad pura. Desde que regresó a las pistas tras su sanción, entre 2006 y 2010, Gatlin ha pasado 59 controles de la Agencia Estadounidense Antidopaje pero en el mundo atlético muchos no le perdonan su pasado y temen que sus marcas actuales, las mejores de su vida, obedezcan a algo más que al trabajo en los entrenamientos. Así y todo, llegó a Pekín como favorito. Sin embargo, le pasó lo peor: encontró a Usain tocado en su amor propio y se tuvo que conformar con la palta.
Muchos se animaron a sacarle el cartel de favorito y Usain Bolt se enojó. Llegó a Pekín con algunas dudas, pero ayer las archivó a todas, porque se despachó con una carrera magistral y le ganó la batalla de los 100 metros a Justin Gatlin. ¿La diferencia? Una centésima: 9,79 a 9,80 segundos. Para hacerla completa, con esta conquista el jamaiquino se convirtió en el atleta con más medallas de oro en la historia de los mundiales de atletismo, con nueve. Y la cosecha se puede extender, porque tiene previsto ser de la partida en los 200 y el relevo de 4x100. Dos top se veían las caras y Gatlin se perfilaba como candidato. Una vez más Bolt supo estar a punto en el momento preciso para ganar su tercera corona mundial. El estadounidense Trayvon Bromell logró el bronce con 9,92, en tanto que su compatriota Tyson Gay, el segundo más rápido de la historia, llegó sexto con 10 clavados. El rostro serio, reconcentrado de Usain denotaba preocupación antes de la partida. La sonrisa tantas veces luminosa del jamaicano apenas era una mueca. No las tenía todas consigo. A juzgar por sus marcas del año (Gatlin líder con 9,74, Bolt sexto con 9,87), la final tenía un ganador casi cantado, pero.... Bolt se enfrentaba al reto más complicado de su carrera desde que se erigió en la máxima estrella del atletismo, pero en el pasado ya se había visto en situaciones similares y siempre supo estar a punto en el momento justo. Hace dos años, una sombra de duda viajó con Bolt a los Mundiales de Moscú. Dos meses antes, en Roma, fue derrotado por Gatlin. Por una sola centésima, pero el norteamericano pudo presumir de ser el primero que batía al jamaicano en un año. Sin embargo, nadie inquietó a Bolt en la final mundialista: batió por 8 centésimas a Gatlin, que había tomado la delantera al principio. Otro precedente. En 2012, Bolt se presentó en los Juegos de Londres con dos derrotas, esta vez ante su compatriota Yohan Blake en los campeonatos nacionales, tanto en 100 como en 200, y en la hora suprema revalidó su triplete olímpico de Pekín. Una lesión en la pierna izquierda obligó al hombre más rápido de la historia (9,58 en 100, 19,19 en 200) a renunciar este año a los torneos de París y Lausana y a visitar nuevamente la consulta del alemán Hans-Wilhelm Müller-Wohlfahrt, en Múnich. El doctor confirmó que Bolt tenía “la articulación sacro-ilíaca bloqueada, lo que restringe sus movimientos y crea una presión en la rodilla y el tobillo”. Pero su marca de 9,87 en Londres, el 24 de julio, autorizaba ya a pensar que el crack del atletismo mundial estaba de regreso. Gatlin, campeón olímpico en los Juegos de Atenas 2004, pudo haber dejado su última oportunidad para recuperar el cetro de la velocidad pura. Desde que regresó a las pistas tras su sanción, entre 2006 y 2010, Gatlin ha pasado 59 controles de la Agencia Estadounidense Antidopaje pero en el mundo atlético muchos no le perdonan su pasado y temen que sus marcas actuales, las mejores de su vida, obedezcan a algo más que al trabajo en los entrenamientos. Así y todo, llegó a Pekín como favorito. Sin embargo, le pasó lo peor: encontró a Usain tocado en su amor propio y se tuvo que conformar con la palta.
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