Una espera de 21 años que llega a su fin

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PLAZA HUINCUL (ACC).– “Todo positivo. Según nos dicen mañana (por hoy) sale por unanimidad y luego pasa al Ejecutivo donde en noventa días más estaría el pago. Así que parece que ahora sí”, dijo ayer Humberto López, un exypefiano de la agrupación “13 de Diciembre”. La expectativa de los trabajadores de YPF despedidos en los noventa es grande e incluso las consultas no cesaban en la sede de la organización en la ciudad. Es que hoy la Cámara de Diputados dará sanción definitiva a una ley para “reparar a los trabajador que habían quedado afuera de la Propiedad Participada” cuando en los años 90 se privatizó YPF. El reconocimiento a los exypefianos -o sus herederos- incluye una indemnización económica por el equivalente a 956 acciones con un piso de 311 pesos cada una. López es uno de los dirigentes que, junto al ya desaparecido Miguel Montt, siguió durante todos estos años -en la mayoría de las oportunidades en soledad- las gestiones y los viajes a Buenos Aires para participar de las sesiones en el Congreso o las reuniones antes de que se inicien lo trabajos en comisiones donde estaba previsto tratar el tema. En diálogo con “Río Negro” el exoperario de la petrolera estatal señaló que en esta ocasión no pudo viajar por cuestiones médicas. Sin embargo, aclaró que viajaron dos extrabajadores de la zona. López fue enfático y dijo que la expectativa “es positiva, según nos dicen mañana (por hoy) saldrá por unanimidad”. La espera, una más, no será como las anteriores, esta vez esperarán que finalmente se cumpla aquello por lo que llevan veinte años de espera. A principios de abril, diputados kirchneristas y opositores de las comisiones de Energía y Combustible y de Presupuesto y Hacienda aceptaron las modificaciones introducidas por el Senado en la sesión del 11 de marzo, de modo de allanar el camino al proyecto de ley. En la zona fueron muchos exagentes que entablaron juicios para que mediante la vía legal, se alcanzara el reconocimiento, lo que tampoco prosperó. Cuando se produjo el proceso de privatización en 1991, de 4.000 trabajadores que la petrolera estatal tenía en la zona, sólo quedaron 400 en relación con la nueva gestión privada. Si bien, alrededor de un millar intentó reconvertirse en emprendimientos ligados a la actividad hidrocarburífera, sólo algunas pocas de esas empresas lograron mantenerse y llegar hasta la actualidad.

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