5 paraísos cercanos a Río
Playas paradisíacas, una ciudad museo, una isla, el glamour de la Rua das Pedras y una reserva natural son algunas de las propuestas para seducir.
BRASIL
En esta nota te recomendamos cinco destinos imperdibles a menos de cuatro horas de la capital carioca.
JUAN JOSÉ LARRONDO
juanjoselarrondo@gmail.com
1. ILHA GRANDE
La fabulosa Ilha Grande es una excelente opción para quienes deseen compensar la agitación de Río con unos días de descanso en una isla donde abundan hermosas playas de arenas blancas y aguas transparentes rodeadas de montañas y bosques vírgenes.
Fue una guarida de piratas, una colonia de leprosos y, por último, una cárcel de máxima seguridad. Ya no queda nada de esos días, pero la desagradable reputación que tenía la isla mantuvo alejado a los grandes promotores turísticos y hoy el lugar es un excelente destino para los que gustan de la naturaleza en su máxima expresión. Los autos no están permitidos en sus arenosas calles. Numerosos senderos se abren paso entre la selva y surcan la isla en todas las direcciones. Los caminantes se cruzan, se saludan, y continúan su paseo atravesando arroyos y pequeñas cascadas hasta que a lo lejos se escucha el romper de las olas. Llega el esperado momento donde la selva se abre y permite observar una playa que el viajero siente conocida, pero sólo por haberla visitado en sus sueños.
Vila do Abraão es el principal punto habitado del lugar y donde se concentran la mayoría de las posadas y restaurantes. Es un pintoresco pueblo ubicado junto a la playa y cubierto de palmeras. Con su diminuta iglesia blanca, su plaza central y sus callecitas de tierra, es encantador.
Lo imperdible: la bahía Lopes Mendes es la más extensa de las 107 playas de Ilha Grande y una de las más lindas de todo Brasil. Llegar implica un paseo espectacular a través de un sendero de seis kilómetros, que parte de Vila do Abraão y se recorre en tres horas. El arribo al lugar recompensa el esfuerzo: una bahía sin casas ni tiendas, en la que sólo se escucha el ruido del mar. Sus aguas color turquesa presentan olas alucinantes para hacer surf y frente a estas se extienden más de 3 kilómetros de arena blanca como la sal.
Cómo llegar: para ir a Ilha Grande desde Río hay que dirigirse en primer término a Angra dos Reis y desde allí abordar un ferry que llega a Vila do Abraão. La empresa Costa Verde (www.costaverdetransportes.com.br) cubre el trayecto de Río a Angra varias veces por día. El viaje dura tres horas y cuesta u$s 20.
2. PARATY
Está situada entre salientes penínsulas y playas escondidas, con un fondo de montañas selváticas, que se sumergen en una mágica bahía salpicada de pequeñas islas. Es una de las joyas históricas más atractivas y conservadas de Brasil. Esta antigua aldea portuguesa fundada en el siglo XIV se ubica a 250 km de Río y por sus características arquitectónicas únicas es Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.
El casco histórico posee elegantes edificios blancos adornados con ribetes de todos los colores, deliciosas calles empedradas ideales para pasear y ventanas con celosías. Todo se mezcla con la belleza natural que envuelve a la ciudad.
Lo imperdible: decenas de playas cristalinas se hallan a unos minutos de Paraty en barco o en autobús. Disfrutar la tranquilidad de la ciudad temprano por la mañana y al anochecer, mientras el resto del día se puede descansar sobre arenas blancas y nadar en un mar tibio es un plan que pocos lugares del mundo pueden ofrecer. Vermelha, Lulas y Saco da Velha son las mejores playas que se encuentran a una hora en barco del casco histórico.
Cómo llegar: la empresa Costa Verde une Río y Paraty con salidas cada hora y media entre las 4 y las 21. El viaje dura cuatro horas y cuesta u$s 29.
3. BUZIOS
La hermosa Buzios se halla a 166 kilómetros de Río, en una península que emerge del mar y es recortada por 17 playas. Sobre la parte norte el agua es más cálida, calma, casi sin olas, con una muy buena visibilidad bajo la superficie. João Fernandes, Azeda y Azedinha, son playas encantadoras, que invitan al relax, a nadar y a practicar buceo y snorkel de gran calidad. Al otro lado de la ciudad, en la parte sur, se encuentran playas hermosas, más amplias y limpias, menos protegidas por los morros, con aguas más frías, mayor oleaje y más ventosas, donde se destacan Geribá y Playa Brava.
Buzios es uno de los centros turísticos de costa más animados del Brasil, plagado de boutiques, excelentes restaurantes, chalés, bares y posadas muy elegantes. El toque mediterráneo que introdujeron los portugueses no se perdió.
Sus estrechas calles empedradas, las hermosas vistas que regala desde sus morros y su pintoresco puerto aumentan su atractivo y contribuyen a su imagen de ser como el Saint Tropez de Brasil.
Lo imperdible: la costanera Orla Bardot y su continuación, la glamorosa Rua das Pedras, marcan el pulso nocturno de la ciudad, con modernos pubs y discos de nivel internacional que miran al mar, un paseo marítimo encantador, con barquitos de pescadores de mil colores como escenografía, una oferta gastronómica tentadora, donde se destacan pescados y mariscos, y diversos negocios que ofrecen desde ropa de marcas muy conocidas hasta artesanías y servicios turísticos.
Cómo llegar: la empresa Viação 1001 tiene autobuses que hacen el trayecto entre Río y Buzios ocho veces al día en tres horas y ronda los u$s 25. Otra opción es un transfer regular (se comparte con otros pasajeros) desde el lugar de alojamiento en Río directo a la posada u hotel de Buzios (dos horas y media) por u$s 50 por persona (www.mistertours.com.br)
4. ARRAIAL DO CABO
Se ubica a 150 km de Río y se lo conoce como el Caribe brasileño por la alta calidad de sus playas. La Praia de la Ilha do Farol es una de las mejores del país y, quizá, la que posee las características más similares a las que se pueden disfrutar en Cuba o Punta Cana. Su arena es blanca como nieve y fina como talco. La mata atlántica custodia los altos médanos. El verde de la vegetación produce el contraste exacto con la arena tan clara. El agua transparente, impensable en cualquier otro lugar del país que no sea Fernando de Noronha, invita al interminable disfrute del mar, un paraíso para los amantes del relax.
Lo imperdible: los mismos bancos de arena que encandilan al reflejar el sol son los que se encuentran bajo el agua, convirtiendo el mar en una gran pecera. En un día despejado se puede ver hasta 15 metros bajo la superficie, lo que hace que Arraial do Cabo sea uno de los mejores lugares de Brasil para bucear y practicar snorkel.
Cómo llegar: la empresa Viação 1001 cubre el trayecto entre Río y Arraial Do Cabo cada dos horas entre las 6:40 y las 18:40. El viaje dura tres horas y cuesta u$s 23.
5. PARQUE NACIONAL ITATIAIA
Es el parque nacional más antiguo de Brasil y uno de los más hermosos y de relieve más escarpado. Su exuberante y oscuro follaje alberga más de cuatrocientas especies de aves nativas y también monos y perezosos. Además, contiene lagos, ríos, cataratas, praderas alpinas y bosques. Una excelente opción para escapar del sol y la arena y disfrutar de la máxima expresión de la naturaleza.
Lo imperdible: el sendero que llega a la caída de Itaporaní, donde el río hace espuma y salpica al filtrarse por una grieta del valle, repleta de rocas. Las familias pueden disfrutar nadando en las piletas que se forman entre las caídas de agua mientras cientos de pájaros musicalizan la tarde.
Cómo llegar: a mitad del recorrido de la autopista que une Río de Janeiro con São Paulo, se abre un caminito.
Unos pocos kilómetros al norte está la entrada al parque. En bus, desde Río hay servicios regulares a la ciudad de Resende, pegada a la Aldea de Itatiaia. El servicio entre Itatiaia y Resende se efectúa cada 20 minutos.
(Blog A volar!)
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