As de espadas bonaerense
Scioli, principal candidato del oficialismo, considera esencial ganar con amplitud en la provincia.
de domingo a domingo
Acostumbrado a vivir al día, de cómo resuelva el gobierno varios temas económicos –el pleito con los fondos buitre fenecida la cláusula RUFO, el control del dólar y el fortalecimiento del consumo interno– dependerá la suerte electoral de quien sea ungido candidato del Frente para la Victoria (FpV), que tiene dos desafiantes de fuste, Mauricio Macri, del Pro, y Sergio Massa, del Frente Renovador (FR). A ocho meses de las PASO se vislumbran licuadas las posibilidades del Frente Amplio Unen (Faunen), donde los radicales bipolares carecen de un líder nacional, y acotadas aunque en crecimiento las perspectivas de la izquierda del Partido Obrero, de Jorge Altamira. Por ello, los tres primeros meses del año signarán el desfiladero por donde transitan los que se preparan para tratar de suceder a Cristina Fernández: claramente, en la posición de privilegio se ubica Daniel Scioli, apoyado por gobernadores y dirigentes que, como el rionegrino Miguel Pichetto, lo consideran el más capacitado para mantener al peronismo en el poder. Así, con sus ondas de amor y paz, evitaría una fractura del modelo kirchnerista próximo a cumplir 12 años con un más que aceptable apoyo popular, pese también a los conflictos y al rechazo de ponderados sectores. Sin una bendición expresa de la Rosada, el mandatario bonaerense le saca hoy varios cuerpos de ventaja a competidores encabezados por el ministro Florencio Randazzo. Cristina, quien demorará hasta junio o julio un pronunciamiento a fin de evitar corridas anticipadas hacia La Plata, estaría por producir otros cambios en el gabinete, que seguirían a la designación de Oscar Parrilli en la sensitiva área de inteligencia, hecho con el propósito de encarar una reorganización institucional de un servicio sospechado y desgastado por operaciones nacidas “en sótanos clandestinos”. Las versiones indican que Julio De Vido podría recalar en Interior, para aceitar el contacto con los intendentes del conurbano y los principales sindicatos. “Porque debe saber –machacó un operador de Scioli a “Río Negro”– que uno de los dilemas principales del aspirante del PJ es conseguir un as de espadas para la provincia. No tendrá ninguna posibilidad si no triunfa en primera vuelta en Buenos Aires contundentemente, ya que los números son negativos en capital federal, Córdoba, Santa Fe y Mendoza”. En este punto, vuelve la ronda de nombres. Randazzo (quien por ahora no desiste en buscar el premio mayor incluso con críticas a Scioli), se acomodaría en el distrito como anillo al dedo, tras su aprobada gestión en la tramitación de los DNI y la demorada renovación ferroviaria. Igualmente, asoman la cabeza Julián Domínguez, el preferido del papa Francisco, y el secretario Sergio Berni, promotor de una filosofía de seguridad más cercana a las demandas generales de la gente común. Un punto débil de Scioli, no explotado por la oposición y callado por los “barones” del Gran Buenos Aires, es el flagelo de la inseguridad, avivado por la “contaminación” de las fuerzas policiales, el auge del narcotráfico y la inacción o impericia judicial. Macri tiene para exhibir lo que hizo con claroscuros en la Metropolitana en la capital federal. Massa habla de meter presos a los delincuentes y trabar la puerta giratoria. Ambos deberían bendecir a hombres en condiciones de extirpar vicios extrañamente consentidos en el cordón que rodea a la ciudad portuaria. El esquema de espiral violenta por el control y el consumo de drogas es más alarmante aún en Santa Fe, donde administran los socialistas seguidores del diputado Hermes Binner. Lo que hará Cristina es un misterio. En La Cámpora, la organización que le responde incondicionalmente, están los que, como Eduardo “Wado” de Pedro, plantean un acercamiento con Scioli, para garantizar la prosecución del proyecto, con el mantenimiento de funcionarios, estructuras parlamentarios e ideas centrales del kirchnerismo. Otros, como Andrés “Cuervo” Larroque, procuran resguardar la pureza a través de un postulante propio. Los que tallan no miden por ahora: Agustín Rossi, Sergio Urribarri y Jorge Taiana. “No se puede inventar un candidato en tres meses y para ser sinceros Randazzo arrancó tarde con los trenes. No tuvo tiempo de instalar grandes terminales en Córdoba, Bariloche, Santa Fe o Mar del Plata”, se sinceró un K permeable a apostar todo para que Scioli obtenga 40 o 42 puntos en la primera vuelta y le saque más de 10 al segundo. Los peronistas analizan que Massa, al correr por fuera del PJ, no creció tras su rutilante aparición en las legislativas del 2013 y conjeturan que Macri terminará haciendo una fórmula conjunta con la Unión Cívica Radical. Tras asegurar que Cristina hará como Lula con Dilma Rousseff, un firme defensor del liderazgo del matrimonio Kirchner, sorprende al confesar que este año en las urnas se enfrentarán dos concepciones, una de centro, encarnada por Scioli, y otra de centroderecha, representada por Macri. Como esa variante deja afuera a Massa, este diario quiso saber si no sería factible un acercamiento entre éste y Macri, como sucedió en las parlamentarias de hace un año y medio. “No lo veo”, contestó. Sin embargo, un connotado exponente del FR consideró que, una vez que se vayan viendo las cartas y despejándose las incógnitas, no sería descabellado para intentar interrumpir el ciclo kirchnerista que el exjefe de Gabinete y exintendente de Tigre vaya por la Gobernación bonaerense y le deje el camino expedito al jefe de gobierno porteño. Hoy eso parece ciencia ficción.
Arnaldo Paganetti arnaldopaganetti@rionegro.com.ar
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