“Cómo emerger del proceso inflacionario”
Los argentinos demoraremos varias décadas en advertir que la lucha intestina entre partidos políticos, clases sociales, instituciones públicas y personas en general carece de sustento y razones para generarse, ya que debemos considerar que existen otros aconteceres paralelos que nos provocan enfrentamientos permanentes. Debemos concientizarnos de que nuestros esfuerzos deben unificarse detrás de una causa de lucha compartida. Mi enemigo, posiblemente ubicado del otro lado de la grieta, no es mi compatriota que circunstancialmente se ubica frente a mí, sino que existen hechos en común que nos generan escozor, como la disputa que mantenemos contra ese aterrador proceso económico denominado inflación. Ésta no se inició en la última década: proviene de los albores de nuestra patria. Este pernicioso fenómeno universal, que acomete vertiginosamente sin distinguir entre gobiernos ni jerarquías, ha derrumbado economías nacionales y generado a su vez la caída de gobiernos constitucionales. Es más, derrotó al primer gobierno democrático del Dr. Alfonsín y éste debió abandonar la presidencia antes de cumplir el período de seis años establecido por la anterior Constitución nacional. Actualmente los gremios se encuentran abocados a las negociaciones con las patronales, acordando subas previstas para el 2015, y la proyección de aumentos para los haberes mensuales oscila entre un 30 y un 35%. Pero, lamentablemente, ese anhelado incremento obtenido se verá rápidamente condicionado por la succión ejercida por el proceso inflacionario que afecta la economía nacional. No resultará novedoso que al finalizar el próximo año –con la totalidad de los aumentos otorgados al trabajador– la inflación alcance niveles superiores por más de cinco puntos a los sueldos, prolongando aún más la brecha entre los alicaídos salarios y la inflación anual. Ante este sombrío panorama, ¿qué medidas deberían adoptar las autoridades nacionales? • Primero, otorgarle mayor valor a nuestra devaluada moneda. En ese contexto, el peso no vale lo que debería, lo cual arroja consecuencias perjudiciales. • Segundo, la Casa de la Moneda tendría que suspender la emisión del billete nacional para no generar mayor inflación. • Tercero, habría que otorgar importantes aumentos salariales a la clase trabajadora, para que se pueda maximizar el consumo e inyectar importantes erogaciones al mercado interno y producir con ello ganancias extraordinarias a los comercios mediante mayores ventas y de este modo efectuar el cumplimiento regular de sus exigencias tributarias. • Cuarto: lograr la igualdad entre los habitantes emparejando el nivel de vida de los argentinos. El gobierno nacional se ha propuesto la inclusión social, pero falta el aporte del conjunto para entender que en un país rico no puede existir gente empobrecida. • Quinto: se debe propender al logro de un desarrollo económico sustentable, lo cual permitirá igualar la erogación de los gastos y de los recursos obtenidos. La receta parece simple, pero resulta sumamente compleja a la hora de su implementación. Miguel Ángel Knecht Docente. Exconcejal municipal (PJ) Viedma
Miguel Ángel Knecht Docente. Exconcejal municipal (PJ) Viedma
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