EN FOCO: Uno de los últimos criminales de guerra nazi
Fue uno de los oficiales que organizó la matanza en unas cavernas a las afueras de Roma de 335 civiles, entre ellos 75 judíos, ejecutados con un tiro en la nuca el 24 de marzo de 1944, en represalia por un ataque de la resistencia contra una unidad de las SS.
EL MUNDO
Por Kelly Velásquez desde Roma
El exoficial de las SS Erich Priebke, condenado en 1998 a cadena perpetua en Italia por la masacre de las Fosas Ardeatinas de Roma en 1944 y uno de los últimos criminales nazis en vida, murió este viernes a los 100 años en su residencia de la capital italiana, donde permanecía en arresto domiciliario.
Priebke quien cumplió un siglo de vida el pasado 29 de julio, fue uno de los oficiales que organizó la matanza en unas cavernas a las afueras de Roma de 335 civiles, entre ellos 75 judíos, ejecutados con un tiro en la nuca el 24 de marzo de 1944, en represalia por un ataque de la resistencia contra una unidad de las SS.
Detenido en Argentina en 1994 tras haber vivido tranquilamente en ese país más de 40 años, extraditado y juzgado en Italia, donde cumplió reclusión domiciliaria por razones de salud, Priebke, jamás pidió disculpas, ni manifestó arrepentimiento alguno.
“No lo lloraremos. Murió un asesino que mató a más personas que un asesino en serie. Alguien que no se arrepintió y que vivió una vida larga, en parte feliz”, lamentó Francesco Polcaro, presidente de la Asociación Nacional Partisanos Italianos (ANPI).
El ex capitán nazi gozó del apoyo de varios movimientos pro-nazis de Italia y Europa, que le garantizaron asistencia legal y médica hasta el final de su vida.
“Soportó con dignidad años de persecución, convirtiéndose en ejemplo de coraje y coherencia”, comentó por su parte su abogado y apoderado,Paolo Giachini, tras anunciar su muerte.
Según contó al diario Il Corriere della Sera uno de sus amigos, Mario Merlino -conocido como el “profesor negro” por su militancia fascista- el excapitán alemán se había convertido en los últimos años al cristianismo, leía textos sagrados y solía recogerse a meditar tras haber perdido casi completamente la memoria.
Hace 10 años, una fiesta organizada por sus 90 años en una finca, así como la salida pública a un restaurante suscitaron protestas en Italia.
Su presencia en un restaurante romano en 2011 acompañado por amigos, fotografiada por la popular revista Oggi, causó indignación, en particular de la comunidad judía, que pidió que se revise su caso.
Priebke fue autorizado en 1999 a dejar su domicilio “durante el tiempo estrictamente necesario para la satisfacción de necesidades indispensables”, como las visitas médicas.
Los familiares de las víctimas de la mayor masacre cometida por las tropas nazis en Italia esperaron por años que pidiera disculpas por el papel que jugó como responsable de la operación.
Durante el proceso celebrado en Roma, Priebke, que compareció en varias audiencias, aseguró que se limitó a “cumplir órdenes”.
Sebastiano di Lascio, abogado de la asociación de familiares de víctimas de la masacre, tildó de “chocante” la negativa del exoficial nazi a pedir disculpas.
El hecho de que Priebke lograra vivir hasta los 100 años, mientras sus víctimas, algunas de las cuales tenían 17 o 18 años nunca lograron envejecer, era inaceptable para los sobrevivientes y familiares.
La masacre de las Fosas Ardeatinas, en marzo de 1944, fue ordenada en venganza por una bomba que hicieron estallar los partisanos en las calles de Roma, que mató a 33 soldados alemanes.
Se cree que fue el propio Adolf Hitler quien ordenó que se mataran 10 personas por cada alemán muerto.
Las víctimas fueron reunidas en el barrio judío y otras, sobre todo detenidos políticos, fueron trasladadas desde las cárceles a una red de cavernas en las afueras de la ciudad, donde fueron ejecutados.
La masacre duró horas y Erich Priebke era uno de los oficiales que organizaba la matanza. (AFP)
EL MUNDO
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