Lo llamaron a la puerta y lo mataron de un tiro y una puñalada
NEUQUÉN (AN).- Gustavo “El Chicato” Castillo estaba en el interior de su casa, en la manzana 30 lote 10 del barrio Villa Ceferino, cuando escuchó que lo llamaban a los gritos. Salió, enfrentó a dos jóvenes quienes, aparentemente sin muchas palabras, le descerrajaron dos tiros, uno de ellos se cree que el ingresó por al tetilla derecha, el otro no lo impactó, y le aplicaron una puñalada en un glúteo. A Castillo lo llevaron de inmediato al hospital Horacio Heller, a unas quince cuadras del lugar del hecho y alcanzó a llegar con vida, según las fuentes, pero al poco rato murió. El crimen ocurrió alrededor de las 19,30, en el negocio de verdulería de la víctima, en la calle Castelli cerca del cruce con Mascardi. Junto al verdulero, quien según trascendió registraría antecedentes penales, estaba su ex esposa, quien a pesar de la desvinculación familiar seguía trabajando en el comercio. La mujer la que escuchó cuando lo llamaron y, dijo, alrededor de dos disparos. No vio mucho más porque se fue hacia el interior con una menor, hija suya. Los investigadores recogieron de inmediato varios y certeros datos para desentrañar el caso. Tanto que tendrían elementos firmes para buscar a dos personas y, se descuenta que con eso llegarían a las restantes. Hasta anoche no habían avanzado en detenciones, pero según las fuentes todo es cuestión de horas. Precisamente, para las primeras horas de hoy están previstas a una serie de diligencias en procura de los atacantes. Entre esas medidas figurarían varios allanamientos, algunos en los lugares donde se encontrarían los buscados. En el caso intervino el fiscal Agustín García, de turno en la fecha, quien en el lugar de los hechos ordenó las primeras medidas. Según las primeras averiguaciones habrían sido al menos dos quienes atacaron a Castillo. Un testigo habría precisado que observó que cuando la víctima se paró frente a ellos, uno esgrimió un arma de fuego y el otro levantó su campera en un inequívoco gesto de hacerse de una arma, podía ser de fuego o blanca. En cuanto al móvil del asesinato los investigadores no daban nada por descontado, pero en principio el intento de robo no era el exclusivo. Atento a la forma en que se desencadenaron los hechos, se especula que pudo existir otra motivación para el ataque.
ÚLTIMO MOMENTO
NEUQUÉN (AN).- Gustavo “El Chicato” Castillo estaba en el interior de su casa, en la manzana 30 lote 10 del barrio Villa Ceferino, cuando escuchó que lo llamaban a los gritos. Salió, enfrentó a dos jóvenes quienes, aparentemente sin muchas palabras, le descerrajaron dos tiros, uno de ellos se cree que el ingresó por al tetilla derecha, el otro no lo impactó, y le aplicaron una puñalada en un glúteo. A Castillo lo llevaron de inmediato al hospital Horacio Heller, a unas quince cuadras del lugar del hecho y alcanzó a llegar con vida, según las fuentes, pero al poco rato murió. El crimen ocurrió alrededor de las 19,30, en el negocio de verdulería de la víctima, en la calle Castelli cerca del cruce con Mascardi. Junto al verdulero, quien según trascendió registraría antecedentes penales, estaba su ex esposa, quien a pesar de la desvinculación familiar seguía trabajando en el comercio. La mujer la que escuchó cuando lo llamaron y, dijo, alrededor de dos disparos. No vio mucho más porque se fue hacia el interior con una menor, hija suya. Los investigadores recogieron de inmediato varios y certeros datos para desentrañar el caso. Tanto que tendrían elementos firmes para buscar a dos personas y, se descuenta que con eso llegarían a las restantes. Hasta anoche no habían avanzado en detenciones, pero según las fuentes todo es cuestión de horas. Precisamente, para las primeras horas de hoy están previstas a una serie de diligencias en procura de los atacantes. Entre esas medidas figurarían varios allanamientos, algunos en los lugares donde se encontrarían los buscados. En el caso intervino el fiscal Agustín García, de turno en la fecha, quien en el lugar de los hechos ordenó las primeras medidas. Según las primeras averiguaciones habrían sido al menos dos quienes atacaron a Castillo. Un testigo habría precisado que observó que cuando la víctima se paró frente a ellos, uno esgrimió un arma de fuego y el otro levantó su campera en un inequívoco gesto de hacerse de una arma, podía ser de fuego o blanca. En cuanto al móvil del asesinato los investigadores no daban nada por descontado, pero en principio el intento de robo no era el exclusivo. Atento a la forma en que se desencadenaron los hechos, se especula que pudo existir otra motivación para el ataque.
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