Los uruguayos y el consumo de vino
Si miramos cuidadosamente el “mapa etílico” del mundo, advertiremos que Portugal es el país cuya población más vino bebe. Hablamos de unos 51,5 litros de consumo anual per cápita. Le siguen: Italia, con 47,6 litros; Suiza, con 42,6; Francia, con 38,7; y –pegadita– la lejana Australia, con unos 37,7 litros. Ése es, según queda visto, el grupo que lidera las estadísticas en materia de consumo de vino en el planeta. Por su parte, nuestro vecino y apreciado Uruguay –que ostenta, desde hace años, el liderazgo mundial en el consumo de whisky (con 2,4 litros anuales de promedio per cápita), superando a Francia (con 2,2 litros), a los Estados Unidos (con 1,9 litros) y a la India (con 1,7 litros)– es hoy el segundo país de América Latina en materia de consumo vino. Hablamos de unos 27,5 litros de vino por año y per cápita para los orientales. Lo que los pone nada menos que en el doceavo puesto en el privilegiado ranking mundial. Nivel, el oriental, superado en nuestra región solamente por la Argentina, que (sorprendentemente ubicada detrás de la ascendente Australia) promedia unos 35,3 litros de vino por año y per cápita, resultando así ser el sexto consumidor de vino del globo. Cabe destacar que la trasandina Chile, desde hace rato un gran productor y exportador de vinos, aparece con un consumo de apenas unos 16,6 litros por año y per cápita, ubicado entonces en el 20º lugar del ranking mundial. Sólo estos tres países latinoamericanos se encuentran entre los primeros veinte países consumidores de vino del mundo, grupo éste en el que los europeos dominan notoriamente. Desde hace rato. Los uruguayos, cabe acotar, están produciendo cada vez más y mejores vinos. Familiarmente, en general. Y aumentando en paralelo su consumo del vino doméstico. Lo que tiene sentido desde que, además, comen unos 60 kilos de carne vacuna por persona y por año. Nivel, otra vez, superado solamente por Argentina en nuestra región. En lo que va del año en curso, ese consumo ha crecido un 4,5% más que el año pasado. Aunque lo cierto es que hace ya quince años en Uruguay se bebían unos 33 litros de vino (fundamentalmente importado) por año y per cápita. Hoy los vinos domésticos uruguayos que se beben en el pequeño país hermano conforman el 66% del consumo total anual oriental de vino, lo que muestra el fuerte crecimiento del sector local, que ha generado la consiguiente disminución del componente de vinos importados. Uruguay llegó –en el pasado– a importar unos nueve millones de litros de vino por año. Pero hoy sólo importa unos 2,8 millones, lo que es la obvia contracara del aumento progresivo del consumo de vino local. No obstante, los medios de comunicación orientales ponen todo lo antedicho en su verdadera dimensión al anunciar que la bodega chilena Concha y Toro produce, ella sola, más vino que todo el Uruguay considerado en su conjunto. Dicho sea de paso, una reciente encuesta publicada por el semanario “Búsqueda” afirma que a nada menos que ocho de cada diez orientales les gusta el fútbol y que el 46% de ellos son hinchas del aurinegro Peñarol, mientras que el 35% dice apoyar, en cambio, al club tricolor, esto es a Nacional. Fútbol, carne y vino. Tres placeres que se comparten extendidamente en el país vecino y que pertenecen a un nivel de vida que muchos seguramente envidian. (*) Analista del Grupo Agenda Internacional
GUSTAVO CHOPITEA (*)
Si miramos cuidadosamente el “mapa etílico” del mundo, advertiremos que Portugal es el país cuya población más vino bebe. Hablamos de unos 51,5 litros de consumo anual per cápita. Le siguen: Italia, con 47,6 litros; Suiza, con 42,6; Francia, con 38,7; y –pegadita– la lejana Australia, con unos 37,7 litros. Ése es, según queda visto, el grupo que lidera las estadísticas en materia de consumo de vino en el planeta. Por su parte, nuestro vecino y apreciado Uruguay –que ostenta, desde hace años, el liderazgo mundial en el consumo de whisky (con 2,4 litros anuales de promedio per cápita), superando a Francia (con 2,2 litros), a los Estados Unidos (con 1,9 litros) y a la India (con 1,7 litros)– es hoy el segundo país de América Latina en materia de consumo vino. Hablamos de unos 27,5 litros de vino por año y per cápita para los orientales. Lo que los pone nada menos que en el doceavo puesto en el privilegiado ranking mundial. Nivel, el oriental, superado en nuestra región solamente por la Argentina, que (sorprendentemente ubicada detrás de la ascendente Australia) promedia unos 35,3 litros de vino por año y per cápita, resultando así ser el sexto consumidor de vino del globo. Cabe destacar que la trasandina Chile, desde hace rato un gran productor y exportador de vinos, aparece con un consumo de apenas unos 16,6 litros por año y per cápita, ubicado entonces en el 20º lugar del ranking mundial. Sólo estos tres países latinoamericanos se encuentran entre los primeros veinte países consumidores de vino del mundo, grupo éste en el que los europeos dominan notoriamente. Desde hace rato. Los uruguayos, cabe acotar, están produciendo cada vez más y mejores vinos. Familiarmente, en general. Y aumentando en paralelo su consumo del vino doméstico. Lo que tiene sentido desde que, además, comen unos 60 kilos de carne vacuna por persona y por año. Nivel, otra vez, superado solamente por Argentina en nuestra región. En lo que va del año en curso, ese consumo ha crecido un 4,5% más que el año pasado. Aunque lo cierto es que hace ya quince años en Uruguay se bebían unos 33 litros de vino (fundamentalmente importado) por año y per cápita. Hoy los vinos domésticos uruguayos que se beben en el pequeño país hermano conforman el 66% del consumo total anual oriental de vino, lo que muestra el fuerte crecimiento del sector local, que ha generado la consiguiente disminución del componente de vinos importados. Uruguay llegó –en el pasado– a importar unos nueve millones de litros de vino por año. Pero hoy sólo importa unos 2,8 millones, lo que es la obvia contracara del aumento progresivo del consumo de vino local. No obstante, los medios de comunicación orientales ponen todo lo antedicho en su verdadera dimensión al anunciar que la bodega chilena Concha y Toro produce, ella sola, más vino que todo el Uruguay considerado en su conjunto. Dicho sea de paso, una reciente encuesta publicada por el semanario “Búsqueda” afirma que a nada menos que ocho de cada diez orientales les gusta el fútbol y que el 46% de ellos son hinchas del aurinegro Peñarol, mientras que el 35% dice apoyar, en cambio, al club tricolor, esto es a Nacional. Fútbol, carne y vino. Tres placeres que se comparten extendidamente en el país vecino y que pertenecen a un nivel de vida que muchos seguramente envidian. (*) Analista del Grupo Agenda Internacional
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