Santa Paula y los nuevos tiempos

Santa Paula, con vasta experiencia y una creíble imagen en la formación de planteles de primera calidad, apuesta a la renovación y el cambio. Se instaló en Luis Beltrán y desde allí aportará reproductores para la muestra. Esta cabaña y la familia Garciarena son sinónimos de numerosos logros. Crecieron con mucho esfuerzo originalmente en Estela, partido de Puán (Buenos Aires). El éxito y la calidad de los rodeos avalan los 46 grandes campeones que obtuvo la cabaña, entre ellos Palermo. “De siete exposiciones al año, antes ganábamos cuatro o cinco. La última fue en octubre pasado en la muestra de Villa Bordeu, en Bahía Blanca”, explica Juan Manuel Garciarena. La clave que mueve a esta familia de origen vasco se exhibe en un tremendo cartel que colocó en el ingreso a la cabaña en el 2010. “En el año del Bicentenario abrazamos los colores patrios, reafirmamos nuestra libertad y enarbolamos la bandera de la producción”, enfatiza. Un primer paso sobre la nueva y enorme tranquera que le abre la región patagónica, según el referente de esta raza, es afincarse con puros registrados. La idea, apuntó, es colocar embriones para acrecentar el pedigrí al sur del río Colorado. El proyecto implica ofrecer potencial genético con 150 toros de elite y “avanzar hacia el sur-sur”. La experiencia patagónica se remite a explotar un predio de 180 hectáreas en la isla del Valle Medio, donde hay vacas de cría y toros que luego son engordados a corral. En cuanto a las expectativas, el cabañero señala que la región ofrece oportunidades con el cierre de la barrera sanitaria. “Llevará tiempo pero notaremos la diferencia en un par de años vendiendo más de lo necesario”, concluye. Para esta primera edición, Santa Paula desembarca con todo. En uno de los stands emplazó una “combi” que se encuentra habilitada para funcionar como un centro móvil de inseminación artificial y con un inusitado despliegue de profesionales de la veterinaria. (Agencia Viedma)