Boca levantó y le alcanzó

<b>Fue su mejor partido, pero le costó ganarle a Atlético Rafaela (2-1) en La Bombonera. </b>

Boca sufrió más por sus puntos débiles que por oposición del adversario, pero finalmente encontró el camino para un ajustado 2-1 sobre Atlético de Rafaela en La Bombonera.

La producción del equipo de Carlos Bianchi no fue sólida ni pareja, pero algunas correcciones logradas en el segundo tiempo, más la facilidad de un Atlético Rafaela demasiado especulativo, lo condujeron a una victoria final que no se discute.

Desde el comienzo el juego estuvo signado por las dudas del fondo de Boca y así fue que las dos primeras llegadas le correspondieron a Rafaela. A los 3 minutos, hubo un tiro libre desde la izquierda servido por Juan Eluchans, que bajó Alexis Niz, pero Rodrigo Erramusspe, frente al arco, le entregó la pelota a Agustín Orion.

Tres minutos más tarde, en un contraataque, Leonardo Depetris se escapó hacia el área por izquierda y su remate a primer palo lo desvió Orion.

Boca empezó a tener algunas posibilidades con los encuentros de Juan Román Riquelme y Juan Sánchez Miño. El gol llegó por un error incomprensible por parte de Rafaela cuando a los 26 Conde sacó de su arco, Adrián Bastía se la devolvió por arriba y el guardavalla tuvo que recurrir a un manotazo para evitar el gol. Correspondía expulsión, pero el árbitro Germán Delfino sólo amonestó al golero. El indirecto se ejecutó tres minutos más tarde y, tras un toque de Sánchez Miño, Riquelme con remate alto puso el 1-0.

Rafaela acusó el impacto, Boca pareció tranquilizarse, pero a los 40, después de una mala salida de Leandro Marín, Depetris se escapó por izquierda, tocó hacia adentro y Lucas Albertengo, tras dominar el balón, con zurdazo cruzado estableció el empate.

Cambiar y ganar

En el comienzo del segundo tiempo, Rafaela salió a jugar muy atrás y Boca, que comenzó confuso y enredado, encontró más consistencia y mejor circulación con el ingreso de Cristian Erbes y el paso de Pablo Ledesma a la posición de volante central, en tanto que una aparición más frecuente del Burrito Martínez le dio más vigor en ataque y una compañía más adecuada a Riquelme.

El gol que se preveía de acuerdo con el desarrollo llegó en el minuto 22 con una acción asociada y muy bien elaborada. Martínez jugó con Riquelme y fue a buscar la devolución, tocó al área para Blandi, que la rebotó, dejó pasar el Burrito y Emanuel Insúa, con potente zurdazo, colocó el 2-1.

Boca no perdió más el control del juego estuvo cerca del tercero a los 36, con un zurdazo alto de Sánchez Miño, y, a los 44, con desborde de Joel Acosta que no alcanzó Emmanuel Gigliotti. Boca ganó por segunda vez consecutiva. ¿Su efecto inmediato? El estado de ánimo y el liderazgo.


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