Dudas, problemas y anécdotas de un juicio complejo
Cuáles son los ejes de una megacausa aún plagada de interrogantes.
Valentín Temes Coto, el principal imputado.
BUENOS AIRES (ABA).- En el juicio por el contrabando frustrado de más de tres toneladas de cocaína que en junio de 2010 habrían pasado por la aduana de Villa Regina hubo avances, aunque numerosos puntos siguen en la nebulosa. Los procesados Nelson Hinricksen (empacador allense); el dueño de Frutol, Valentín Temes Coto, y su ex mano derecha Claudio Maidana, continúan detenidos tras ser rechazados (por dos votos a uno de los jueces del Tribunal Oral 3 en lo Penal Económico) sus pedidos de excarcelación.
El proceso presenta detalles curiosos, como reiteradas postergaciones que suelen generar tensión en los pasillos de los tribunales de Comodoro Py. Más allá de hechos aleatorios (como el resbalón del juez suplente o la falla del sistema de audio) que obligaron a suspender audiencias, hay ineficiencias varias. Por ejemplo, el servicio penitenciario suele incurrir en demoras interminables cuando traslada a los imputados a las tres de la madrugada para llegar a la sala cerca del mediodía, regresan a las cárceles cerca de la medianoche y cuando hay juicio al otro día se repite la misma situación. Los jueces accedieron a que pernocten en Gendarmería los días de audiencias consecutivas, pero igual los imputados suelen llegar muy fatigados al tribunal.
Pero hay otras eventualidades. La última audiencia tuvo que suspenderse por un estado febril del representante del Ministerio Público, Eduardo Funes. Si bien hay un fiscal suplente, Emilio Gerberoff (cuya presencia hubiera evitado la prorroga de la audiencia), éste se ausentó desde el comienzo del juicio. Aunque fue recusado por las partes, el tribunal rechazó el planteo. Sin embargo nadie explica el motivo de la ausencia de dicho fiscal, quien actuó en la instrucción junto al juez Jorge Brugo, cuyo desempeño fue muy cuestionado por la defensa.
Otro dato llamativo es que uno de los jueces del tribunal, Karina Rosario Perilli, tuvo activa participación en la instrucción.
Estarían restando más de 200 testigos, lo cual -según estimó un camarista- impediría llegar a los alegatos antes de la feria judicial de julio, como estaba previsto.
En última jornada relevante declararon los llamados “canadienses”: el exportador Jacques Joubert, su dependiente Alfredo Valdez y la contadora Patricia Tascheret Quiroga, quien trabajaba con ambos.
Las defensas de Temes Coto e Hinricksen apuntaron a la actitud sospechosa de Valdez, quien tiempo antes del hallazgo de la droga habría estado removiendo las manzanas en el empaque de Frutol.
Coto trató de demostrar que Joubert no estaba en el negocio de la fruta. La explicación que le dio Joubert a los jueces es que en febrero de 2010 fue al Alto Valle a buscar peras y manzanas para exportar. Como Frutol le ofreció cobrar la mitad en documentos cerró el acuerdo, pero tras el rechazo de varias exportaciones por la mala calidad de la fruta dejó de pagarle a Hinricksen los cheques y en abril (menos de dos meses antes del secuestro de la cocaína) fue su última visita a Allen.
Los declarantes señalaron que el mecanismo de tomar fotos y filmar (en los galpones) lo hacían con todas las empacadoras. Joubert indicó que recibió varias amenazas de Hinricksen por la deuda.
Joubert nació en Sudáfrica, tras vivir 15 años en Paraguay llegó a San Juan para dedicarse a exportar arándanos y uva, y luego pasó por el Alto Valle rionegrino. Estuvo un mes detenido durante la instrucción de la causa y actualmente -según su contadora- la aduana le rechaza toda la producción que intenta vender al exterior.
Claudio Rabinovitch
crabinovitch@rionegro.com.ar
Algunas claves para entender el juicio por el megatráfico de cocaína que apunta al Alto Valle.
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