Padilla, el distinto que viene a calzarse la ‘10’ albinegra
Llegó, entrena a full y sueña con una buena temporada en Cipolletti.
argentino a
Laura Frank
Justo contra Gimnasia de Concepción debutará el enganche en Cipolletti.
CIPOLLETTI (AC).- Tiene el rostro cansado. Sonríe con diplomacia, aunque sabe que está en medio de una práctica y hay que hacer las cosas rápido. Resuelve como en la cancha, con sencillez y prestancia. Dice Matías Padilla, el flamante refuerzo de Cipolletti: “Me gustó la idea de sumarme a este plantel porque lo veo competitivo y con ansias de hacer cosas importantes. Hay que terminar bien la pretemporada y ganar el primer partido. Eso es clave”. Justamente el primer partido, el que marcará el reinicio del Argentino A, será contra su exequipo, Gimnasia de Concepción del Uruguay, en la Visera de Cemento. Desde ya, un choque especial, porque es el club que lo vio nacer futbolísticamente y además porque su salida fue tirante, con conflicto. “Los dirigentes no me dejaban ir, pero como el pase es mío, me decidí por Cipolletti. Lo había hablado con Rogger (Morales) varias veces, y no lo dudé. En Entre Ríos tendrán que entender…”, dice este enganche que en el Lobo era ídolo y figura. Padilla no viene de relleno, desde ya. Si bien recién comienza la pretemporada, en el cuerpo técnico albinegro nadie duda que llega para calzarse una camiseta titular. Es más, la idea es cambiar el sistema táctico y jugar con él de enlace. “Soy un ‘10’ clásico, me gusta mucho habilitar a los delanteros y tengo verticalidad, más no te puedo decir”, sonríe en la cancha del predio municipal donde el equipo entrenó bajo las órdenes de Marcelo Chiacchiarini y Germán Painecura. Cuenta que en el plantel lo recibieron “bárbaro” y entiende que Cipolletti “tiene jugadores para pelear arriba, clasificar y buscar un ascenso”. Cumplirá el lunes 30 años y vino solo de Concepción del Uruguay. A Gimnasia volvió nada menos que tres veces en su carrera. Allí debutó a los 18 años en la B Nacional, pasó a Temperley, luego a Atlético Uruguay, compró su pase Boca Unidos de Corrientes, volvió al Lobo, luego Guaraní Antonio Franco y de nuevo a Gimnasia. Todos los que lo vieron jugar, entrerrianos y cipoleños, concuerdan en algo: “es un jugador diferente”. –¿Pensás que sos un jugador diferente? –le preguntó “Río Negro”. –No sé, me lo han dicho muchos, pero no me la creo. ¿Por qué no llegué a jugar en otro nivel? Porque no tuvo las chances, creo. Por eso para mí es muy importante este paso por Cipolletti. Ojalá pueda hacer algo grande acá.
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