El Chaco paraguayo se convierte en un rincón petrolero
Paraguay y los paraguayos lo necesitaban. Ha sido ciertamente una inyección oportuna de optimismo, particularmente después de que el país fuera ilegalmente suspendido de Unasur y Mercosur para hacer lugar a Venezuela, por pedido de Chávez. Digo ilegalmente porque ha sido efectivamente así. Lo que, además, fue expresamente reconocido por el peculiar presidente de Uruguay, cuando pretendiendo justificar lo sucedido la embarró feo al decir que ello se justifica porque “lo político tiene prioridad por sobre lo jurídico”, lo que es lo mismo que afirmar que el Estado de derecho, en rigor, lo tiene sin cuidado. Serio. Me refiero al anuncio del actual presidente de Paraguay –el médico Federico Franco– referido al descubrimiento de petróleo en el Chaco paraguayo. En la misma región en la que, desde hace años, se han asentado los menonitas, dedicados exitosamente a tareas de naturaleza esencialmente agrícola. El descubrimiento lo anunció una empresa británica con un nombre curiosamente apropiado a las circunstancias: President Energy. Si la empresa está en lo cierto, Paraguay dejará de importar crudo. Y podría hasta transformarse rápidamente en exportador. En apenas unos tres a cinco años. Hablamos de unos 150 millones de barriles de petróleo. Ésa es la dimensión de lo que la misma empresa ha extraído –en el pasado cuarto de siglo– del lado argentino del río Paraguay. De cero a esto para Paraguay las cosas son muy diferentes. Por el momento, tan sólo dos pozos de exploración fueron perforados. Esto debe ser complementado ahora por bastante más labor exploratoria, pero luce bien. La sísmica 3-D comenzará en marzo próximo. A ella seguirán seis pozos exploratorios adicionales, con una inversión cercana a los 100 millones de dólares. President Energy tiene dos blocs y los opera: el llamado “Pirity” y el llamado “Demattei”. En ambos la empresa británica tiene una participación mayoritaria, del 59% en el primero de los nombrados y del 60% en el segundo de ellos. De pronto Argentina, que ha perdido su perfil exportador, por propia incapacidad, podría llegar a ser un cliente de Paraguay y comprarle no sólo energía eléctrica sino petróleo crudo. Para Paraguay, país de economía de mercado que crece a un ritmo anual del 8,5%, mientras la Argentina no llega al 2%, que apenas consume unos 27.000 barriles diarios de crudo, una buenísima noticia. (*) Exembajador de la República Argentina ante las Naciones Unidas
EMILIO J. CÁRDENAS (*)
Paraguay y los paraguayos lo necesitaban. Ha sido ciertamente una inyección oportuna de optimismo, particularmente después de que el país fuera ilegalmente suspendido de Unasur y Mercosur para hacer lugar a Venezuela, por pedido de Chávez. Digo ilegalmente porque ha sido efectivamente así. Lo que, además, fue expresamente reconocido por el peculiar presidente de Uruguay, cuando pretendiendo justificar lo sucedido la embarró feo al decir que ello se justifica porque “lo político tiene prioridad por sobre lo jurídico”, lo que es lo mismo que afirmar que el Estado de derecho, en rigor, lo tiene sin cuidado. Serio. Me refiero al anuncio del actual presidente de Paraguay –el médico Federico Franco– referido al descubrimiento de petróleo en el Chaco paraguayo. En la misma región en la que, desde hace años, se han asentado los menonitas, dedicados exitosamente a tareas de naturaleza esencialmente agrícola. El descubrimiento lo anunció una empresa británica con un nombre curiosamente apropiado a las circunstancias: President Energy. Si la empresa está en lo cierto, Paraguay dejará de importar crudo. Y podría hasta transformarse rápidamente en exportador. En apenas unos tres a cinco años. Hablamos de unos 150 millones de barriles de petróleo. Ésa es la dimensión de lo que la misma empresa ha extraído –en el pasado cuarto de siglo– del lado argentino del río Paraguay. De cero a esto para Paraguay las cosas son muy diferentes. Por el momento, tan sólo dos pozos de exploración fueron perforados. Esto debe ser complementado ahora por bastante más labor exploratoria, pero luce bien. La sísmica 3-D comenzará en marzo próximo. A ella seguirán seis pozos exploratorios adicionales, con una inversión cercana a los 100 millones de dólares. President Energy tiene dos blocs y los opera: el llamado “Pirity” y el llamado “Demattei”. En ambos la empresa británica tiene una participación mayoritaria, del 59% en el primero de los nombrados y del 60% en el segundo de ellos. De pronto Argentina, que ha perdido su perfil exportador, por propia incapacidad, podría llegar a ser un cliente de Paraguay y comprarle no sólo energía eléctrica sino petróleo crudo. Para Paraguay, país de economía de mercado que crece a un ritmo anual del 8,5%, mientras la Argentina no llega al 2%, que apenas consume unos 27.000 barriles diarios de crudo, una buenísima noticia. (*) Exembajador de la República Argentina ante las Naciones Unidas
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