La alegría para los pequeños en Neuquén llegó en una combi azul
El vehículo es un cine móvil que lleva más de 400 títulos. Unos 2.000 chicos disfrutaron de películas este mes.
NEUQUEN (AN).- A veces la confunden con la Policía o la Gendarmería, pero la combi azul modelo «97 es -en realidad- un cine móvil que carga más de 400 títulos de películas nacionales, y que ya anduvo 94.000 kilómetros en la provincia de Neuquén.
Por estos días, la combi ancló en los barrios neuquinos, en escuelas de vacaciones, bibliotecas, y comedores infantiles. En total, en los últimos 30 días más de 2.000 chiquitos disfrutaron la magia del cine que comandan Rubén Izquierdo, Eduardo Iaconis, Nino López y Andrés Fuentes.
Ayer, el vehículo estacionó frente a la biblioteca Eliel Aragón en el límite entre las bardas y el barrio Mudón, y muy cerca de Cordón Colón, La Estrella, Villa Ceferino y del Progreso. Y hasta allí para las dos funciones llegaron peinados y despeinados, un centenar de pibes, para reírse con las aventuras de Dibu (la II) y de Pantriste Corazón.
«Vengo al taller de expresión artística de la biblioteca y me dijeron que invite a todos los que yo quisiera; y vinieron él, ése, aquél, y ella», explicó Alberto (de 11 años) un chico de flequillo y hablar seguro que vive en Cordón Colón. Con su amigo Nico (de 9) aprovecharon el recreo entre película y película para hacer desaparecer una bolsita de pochoclos que no alcanzó a enfriarse.
«Lo que te dan los pibes no se puede creer, mirar las caritas que ponen cuando están mirando una película es un espectáculo increíble… te hacer sentir muy bien porque sentís que les estás dando algo», afirma Rubén Izquierdo, uno de los cuatro hombres que se mueve en la combi.
Ayer a la tarde, con el frío apretando y el cielo nubladísimo, seis cables negros -tirados de la combi hasta la sala de usos múltiples de la biblioteca- le dieron vida a una pantalla de seis metros por cuatro que concentró todas las miradas.
El cine móvil, una iniciativa parida hace seis años por el entonces presidente del Instituto Nacional del Cine, Julio Maharbiz, fue una experiencia con distinta repercusión que, básicamente, consistió en la entrega de un móvil y un proyector para cada provincia argentina. La iniciativa del polémico presentador tuvo continuidad y sigue siendo apoyada por el INCAA. En cada provincia, el área de Cultura es sin embargo la que coordina las actividades.
Las primeras salidas fueron todas al interior, y se estima que unas 30.000 personas (con gran mayoría de chicos) estuvieron frente a la sábana blanca.
Desde que Peggy Acuña asumió la dirección de Cultura el cine móvil anda también por los barrios de esta ciudad. Y los domingos aterriza en los comedores infantiles, donde a la par de la proyección de películas a los chicos se les da un tazón de chocolate y un par de facturas.
«El domingo estuvimos en (el barrio) Confluencia, por lo menos fueron 300 chicos», agregó Izquierdo.
En estas vacaciones, el móvil azul se moverá entre Neuquén y Senillosa, respondiendo a distintas convocatorias. La escuela o institución que pide al cine móvil es la que elige las películas que quieren ver. Susana Aragón y sus chicas (que hicieron caso omiso al receso invernal) optaron por Dibu II y Pantriste.
Fueron dos funciones a pleno, que reunieron a un centenar de chicos que se fueron chochos con la magia de la pantalla grande. Algunos de ellos nunca fueron a un cine de los otros.
Risas y llantos en la memoria
NEUQUEN (AN).- Hay andanzas del cine móvil que Rubén Izquierdo tiene grabadas a fuego en su memoria. Por ejemplo, una proyección a cielo abierto que hicieron a fines del último verano en la plaza Aluminé donde «eran las dos de la mañana» y nadie se quería ir. También recuerda el llanto de un chiquito de cuatro años de Manzano Amargo que no pudo de dejar de llorar con las aventuras de Pantriste Corazón.
«Hemos llegado a lugares donde no se puede creer, sobre todo en el interior; ahí nos hacen sentir como si fuéramos los Reyes Magos», explica el empleado de la dirección de Cultura que está encantado con el trabajo que realiza.
Cómo será el trato que le prodigan lejos de la ciudad que ya no se entusiasma tanto cuando le ofrecen un chivito al asador. «Sin decirnos nada, cuando está por terminar la proyección ya está el chivito listo», agrega Izquierdo.
La única condición que pone la dirección de Cultura es que no se cobre entrada. Los organizadores sí pueden vender pochoclos, choripanes, gaseosas y golosinas, como lo hicieron la bibliotecaria Alejandra, la prosecretaria Ivana, Mariel, Susana y Marianella ayer a la tarde en el barrio Mudón. La biblioteca recibe un promedio de 150 chicos diariamente y tiene un amplio abanico de actividades en sus instalaciones. Tras el éxito de la víspera, la idea es realizar una función nocturna para mayores. Entre otros títulos, la dirección de Cultura acaba de recibir las taquilleras «El Hijo de la Novia» y «Apasionados».
Las películas se pueden proyectar en interiores o en exteriores con una pantalla de seis por ocho metros.
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