Sueños suspendidos
la semana en bariloche
Daniel Marzal dmarzal@rionegro.com.ar
La ilusión colectiva que puso en marcha el proyecto habitacional más ambicioso de Bariloche entró en terreno cenagoso desde que las semanas comenzaron a pasar -y también los meses- sin que aparezca por ningún lado el prometido financiamiento para la construcción de las viviendas. Según la promesa original, la millonaria inversión iba a ser afrontada con recursos de Pellegrini SA (un fondo de inversión del banco Nación), cuyos responsables comunicaron días atrás que el trámite quedó paralizado en la etapa de factibilidad porque “no se presentó la documentación requerida”. El llamado proyecto de “producción popular de hábitat” Valle Azul, constituido por varias cooperativas y administrado por la mutual Germán Abdala, procura dar solución habitacional a más de 600 familias, que ya han efectuado aportes por más de 5.000 pesos en promedio. Se trata de un movimiento de asumida identificación kirchnerista, que participó activamente en la última campaña del intendente Omar Goye y logró una concejalía con la lista colectora Partido Vecinalista para el Cambio. La incertidumbre que rodea hoy al experimento Valle Azul comenzó a generar fuerte malestar entre los propios asociados, que atestaron de consultas y reclamos al Instituto Municipal de la Tierra y la Vivienda. Su titular Gustavo Gennuso no ocultó su disgusto con los promotores del emprendimiento por haber informado por nota a los socios que podían optar por pasarse al IMTV para continuar desde allí “con el trámite de su lote o vivienda”. Para ello la mutual Abdala estaría dispuesta a restituir al Instituto la propiedad de los lotes requeridos por los asociados que renuncien. Hoy la tierra asignada al plan habitacional (en total 45,7 hectáreas), está escriturada a nombre de la mutual, que las consiguió en generosa cesión sin haber pagado todavía al municipio los 6.050.000 pesos convenidos. Gennuso también hizo notar que los cooperativas no han explicado hasta ahora cómo y cuándo recuperarán su dinero los asociados hastiados del manoseo que rehúsen continuar. Para enturbiar más las cosas, el Ejecutivo municipal está lejos de ofrecer un mensaje unificado. Esta misma semana, con una cordial visita a la fábrica de premoldeados de Valle Azul, el propio Goye hizo manifestación pública de tolerancia y comprensión hacia los incumplimientos que Gennuso había fustigado. Desde el inicio de su gestión el discurso del intendente sobre el complejo caso siempre estuvo plagado de ambigüedades, incluso en el discurso que baja a sus colaboradores directos. Si algo queda claro es que semejante bola de nieve pudo crecer sustentada en la incorregible debilidad del Estado como gestor directo y máximo responsable de aplicar las políticas de vivienda. A pesar de su discurso nacional y popular, es evidente que el crecimiento de las cooperativas como factor determinante para que miles de vecinos puedan acceder al techo propio es una herencia más de los años 90. Las contradicciones a la vista aparecen luego de que el Estado haya cedido la titularidad de decenas de hectáreas que eran un bien público sin recibir nada a cambio. Hoy no tiene la tierra y tampoco el dinero, cuando este último estaba destinado a multiplicar las respuestas a la enorme demanda habitacional de la ciudad. El Tribunal de Contralor también puso la mira en la cuestión porque el patrimonio municipal está en juego, aunque las cooperativas se han molestado porque sostienen que el organismo carece de atribuciones. Bien leída la secuencia de hechos, la defraudación de las expectativas era perfectamente uno de los probables desenlaces cuando existe un Estado municipal débil y acomplejado que delega en entidades privadas de carácter social el cumplimiento de derechos básicos de los vecinos. A su vez, la pretendida participación y horizontalidad de estas organizaciones contrasta con la queja repetida por la falta de rendición de cuentas del dinero que manejan. Antes que nada, unos y otros (léase Estado y actores sociales) deberían tener en cuenta que el déficit habitacional y la especulación inmobiliaria no son simples diagnósticos urbanísticos, sino que detrás de ese datos hay personas, hay miles de familias que sufren y no pueden esperar. A pesar de los errores ya cometidos, el municipio está a tiempo de pararse otra vez en el rol de garante del proyecto Valle Azul. Pero sólo luego de desterrar las desprolijidades y silencios que pueden hacer de ese compromiso una opción de alto costo.
la semana en bariloche
Registrate gratis
Disfrutá de nuestros contenidos y entretenimiento
Suscribite por $2600 ¿Ya estás suscripto? Ingresá ahora
Comentarios