Tres platos, tres
SAN MARTIN DE LOS ANDES.- La semana se ha cocinado a fuego lento. En un caldero negro de hollín. Y en el fondo decantó jugos que mejor ni probar. Ya será más que una aventura animarse al estofado. Aquí van los platos:
* Llamaremos al primero «vuelta de taba». Hace algún tiempo, en esta Argentina donde los meses parecen años y los años siglos, mucha de la gente que grita hoy su desesperada indigencia era contenida por las artimañas de «la política».
Eran convidados del choripán y la chapa, a cambio de ser el ejército del número y la boleta electoral. Los políticos cuidaban con esmero a aquella «clientela».
Les era suficiente con prometer algún bienestar, regalar algo para la olla y, en todo caso, ofrecer una teta del Estado de la que mamar más o menos a diario.
Pero ya no. Quizá porque el hambre es insoportable, o están mejor organizados, o por pura y repentina conciencia de clase, ahora aquellos quieren más y lo quieren ya.
Y ocupan municipios, queman cubiertas y exigen lo prometido. Lo raro es que los políticos no se les acercan como antes. Más bien se les alejan.
Ni uno solo acompañó a las columnas que dieron la vuelta a la manzana del BPN de San Martín, por 80 pesos. Algunos dicen que es por prudencia, para evitar males mayores. También podría ser por miedo, simple y visceral.
* «Psicosis» es el segundo plato. Conforme avanza la conflictividad social, crecen aquí ciertos miedos obsesivos. Que los cortes de ruta por venir, que el desborde tan temido, que los saqueos…
Urgente es prevenir cuando se trata de vidas y bienes; eso es inobjetable.
Pero hay agoreros que sólo baten parches para confundir a los confundidos, que no es poca cosa. Y lanzan advertencias de conspiraciones en las sombras.
Es cierto que hay dirigentes de ATE-CTA metidos entre los desocupados que han puesto patas para arriba al municipio. Y más: esos mismos dirigentes son los que fungen de negociadores junto a la comisión de desempleados.
No es menos cierto que son los mismos de siempre en San Martín, acertados o no. No es menos cierto que al paso del temporal, seguirán aquí por pura vecindad.
Por ahora la ciudad no se ha visto copada por «elementos extraños», aunque pudiera ocurrir, claro. Así es que si van a denunciar conspiraciones, mejor que lo hagan con nombre y apellido.
Porque al cabo, en estos pueblos cordilleranos nos conocemos todos ¿o no?
* Tercer plato: «mal de ausencia». La semana ha sido intensa. Jornadas enteras de exhibir firmeza y ceder con la misma facilidad. En soledad política.
En estas horas, el intendente Sergio Schroh está sintiendo la ausencia de su partido en el propio patio. El grueso de la seccional Lácar del MPN le resulta esquivo, y eso le achica las espaldas y le resta brazos e ideas.
Sólo el presidente del Concejo, Ramón Asmar, le ayuda poniendo el pecho a los conflictos, con más que los funcionarios que naturalmente deben hacerlo cualquiera sea su color. Otros, como algún edil del bloque emepenista, han puesto lo suyo por vocación de bomberos y no por mandato partidario.
El punto es si Schroh está quedando huérfano de contención política por sordera personal, o por la interna de todos los días. Se vera.
Fernando Bravo
rionegro@smandes.com.ar
SAN MARTIN DE LOS ANDES.- La semana se ha cocinado a fuego lento. En un caldero negro de hollín. Y en el fondo decantó jugos que mejor ni probar. Ya será más que una aventura animarse al estofado. Aquí van los platos:
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