Se trató la desaparición del soldado de Cutral Co
José Delineo Méndez hacía la conscripción en Junín cuando fue detenido, en 1976.
causa “La Escuelita” II
Matías Subat
NEUQUÉN (AN).- La desaparición de José Delineo Méndez “es un tatuaje que uno tiene en el alma y que no se va borrar nunca”, dijo su hermano Octavio ayer, al declarar en el juicio en el que se ventilan los delitos de lesa humanidad en el Alto Valle.
Con la declaración de Octavio Omar Méndez el juicio inició la investigación de los casos de secuestros, torturas y desapariciones en la comarca petrolera, en un operativo militar que duró varios días y que utilizó como base de detención y de tormentos a la comisaría de Cutral Co. De los 22 imputados, el único que presenció la audiencia fue el militar Osvaldo Laurella Crippa, que lo hizo por videoteleconferencia desde Bahía Blanca. Laurella Crippa fue el interventor de la policía neuquina en 1976 y está acusado, entre otros hechos, de haber planificado la “zona liberada” en la comarca petrolera para que se ejecute el operativo de secuestros y traslado de los detenidos desaparecidos a la capital neuquina. La madre de los hermanos Méndez, María Magdalena Bamonde, no pudo declarar ayer pero su hijo Octavio no sólo dio los detalles de cómo fue torturado a los 15 años en la unidad policial cutralquense, sino también ventiló los pormenores de la intensa búsqueda de su madre y de su padre, Aurelio (ya fallecido) para lograr la aparición de su hermano. José Delineo Méndez cumplía la conscripción en Junín de los Andes cuando fue detenido en junio de 1976 -en simultáneo con el operativo Cutral Co- fue traído al centro clandestino “La Escuelita” en Neuquén capital, luego blanqueado en la U9 y llevado finalmente a la cárcel de Rawson, donde lo retiró el 4 de noviembre de 1976 por una comisión encabezada por el mayor Luis Farías Barrera y desde entonces se desconoce su paradero, al igual que el destino de Javier Seminario, Orlando Cancio y Miguel Ángel Pincheira (retirados del penal junto a Méndez). Todos, son parte de este juicio. En un crudo relato firme y sin pausa, Octavio Méndez describió cómo lo retiraron de la escuela secundaria, le refregaron durante horas la cabeza contra las rejas en la comisaría cutralquense y luego lo esposaron, vendaron e interrogaron bajo tortura en la oficina del oficial. “Me interrogaban boca abajo, pusieron una silla en mi espalda y uno se sentó arriba, mientras me preguntaban dónde estaba mi hermano, si era subversivo. A José no lo veíamos desde hace meses, había ido a Junín a hacer la conscripción”, dijo. Octavio fue liberado desde la comisaría de Huincul al otro día. “Reinhold y Farías Barrera -dos de los militares imputados en esta causa- fueron los principales en la desaparición de mi hermano, ellos tienen que haber sabido, tanto Farías que debió haber sabido dónde estaba, como Reinhold que comandaba” aseguró.
El hermano de José Delineo dijo que aún conserva el certificado que Farías Barrera le dio a su madre en el que constaba la liberación del penal de Rawson en la madrugada del 4 de noviembre. “José Delineo Méndez nunca estuvo liberado, ni fue dejado en la terminal como le dijo Farías Barrera; en el penal otros detenido vieron que lo sacaron a la tarde; sabemos que no se fueron en libertad porque ninguno de los cuatro -Pincheira, Cancio, Seminario- volvieron”; dijo Octavio.
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