Sobisch necesita 300 millones para comenzar a gobernar
La nueva realidad provincial no es igual a la del '91.
La herencia económica que recibe el electo gobernador Jorge Sobisch compromete seriamente la gestión de su nueva administración.
No sólo la deuda, que alcanzará a fin de año -de concretarse la toma de un crédito por 100 millones más- los 630 millones de pesos, es lo que preocupa al próximo equipo económico liderado por Alfredo Pujante.
En los primeros cien días de gobierno, las arcas provinciales necesitarán cerca de 300 millones de pesos para cancelar los compromisos de los distintos vencimientos de deuda y el pago de los salarios del período diciembre 1999 /marzo 2000.
A este importante flujo de gastos se le suma un serio problema para conseguir recursos.
Es que la mayor parte de la coparticipación está afectada como garantía de los créditos ya tomados (ver nota aparte) y las posibilidades de conseguir dinero fresco, dejando como aval las regalías petrolíferas, se desvanecen ya que el sobischismo carece de mayoría absoluta en la Legislatura para que le aprueben una medida como ésta, por lo menos en lo que al corto plazo se refiere.
Para Pujante, diciembre será un mes complejo. En los 20 días de este último mes del año Sobisch necesitará alrededor de 111,2 millones de pesos para cancelar intereses y capital de deuda con el sector financiero.
El 22 de diciembre vencerán algo más de 78 millones de un crédito otorgado oportunamente por el Banco Río y el 24 del mismo mes cerca de 30,5 millones del Banco Francés.
Aparte de los créditos mencionados y otros menores, Pujante necesitará para los salarios y el aguinaldo de diciembre alrededor de 62 millones de pesos para liquidar a toda la planta de personal permanente y contratado.
Si el entrante gobierno quiere mantener la tradición de sus antecesores, el aguinaldo se debería pagar entre el 24 y 30 de diciembre, por lo que se necesitarán cerca de 20 millones de pesos para cancelar estos compromisos.
Todas estas cifras muestran que son algo más de 130 millones los necesarios para hacer frente a las obligaciones de los primeros treinta días en el nuevo gobierno del MPN.
En enero el gobierno requerirá 3,1 millones para cancelar compromisos financieros, más la masa salarial de diciembre que ronda los 42 millones. Y en los próximos dos meses, febrero y marzo, los compromisos salariales y financieros llegarán a los 115 millones.
No caben dudas de que el trabajo que tiene Sobisch por delante no será nada fácil de ejecutar.
Efectuar una «reestructuración» del Estado con los problemas sociales que hoy tiene la provincia no deja de ser un ambicioso proyecto.
Pero el gobernador electo sabe que no recibirá la misma provincia que le dejó Pedro Salvatori allá por diciembre de 1991 (ver gráficos adjuntos), así como también reconoce que las dificultades financieras y el elevado presupuesto que deja este gobierno le quitan margen de maniobra para cualquier cambio estructural que se quiera hacer.
Relevando los datos de los últimos años, suministrados por la Subsecretaría de Hacienda de la provincia, se observa que el presupuesto que se manejaba en la provincia en 1991 alcanzaba los 551 millones de pesos, mientras que hoy el mismo se lo ubica en 1.340 millones.
Los gastos totales pasaron de 514 millones (gasto estructural que dejó Salvatori en diciembre de 1991) a los 1.171 millones del actual presupuesto, lo que muestra un incremento del orden del 130%.
Pero lo más preocupante es el déficit que deja el gobierno de Felipe Sapag, superior a los 200 millones de pesos. De no revertirse esta tendencia en el corto plazo, la provincia se encontrará sumida en una deuda que se irá incrementando a un promedio de 200 millones por año, es decir, a una tasa 100% superior de lo que fue en estos cuatro años últimos .
La deuda creció 700%
La deuda que registra la provincia no deja de ser una gran preocupación para el nuevo gobierno, más aún cuando se analiza cómo evolucionó la misma en los años últimos.
Es en este punto donde se observa claramente ésta, que no es la misma provincia que Jorge Sobisch asumió en diciembre de 1991, de la mano de Pedro Salvatori. (Ver infograma adjunto)
En ese momento la deuda alcanzaba los 75 millones de pesos y figuraban como principales acreedores el Banco Río -todavía en manos del grupo Pérez Companc- con 28 millones de pesos, el Nación con 13 millones y el Banco Provincia -a través de la emisión de Ticad- con valores cercanos a los 30 millones de pesos. Hacia fines del presente año, la deuda provincial llegará a los 630 millones, es decir que sufrió un aumento superior al 700% desde aquel 10 de diciembre de 1991. (Ver infograma adjunto)
El punto de inflexión a partir del cual se observó un crecimiento constante de la deuda fue en 1993, cuando el gobierno percibió los 740 millones de pesos por compensación de regalías de la Nación. En ese momento subió fuertemente el presupuesto neuquino y cuando se terminaron los recursos mencionados, la estructura de gastos sólo pudo mantenerse con deuda pública.
La herencia económica que recibe el electo gobernador Jorge Sobisch compromete seriamente la gestión de su nueva administración.
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