Cerraron los centros infantiles de Bariloche

SAN CARLOS DE BARILOCHE- Unos trescientos niños de condición humilde quedaron ayer sin atención en los centros infantiles de madres ciudadoras.

Los servicios fueron interrumpidos por la falta de provisión de alimentos, aunque también influye la falta de pago al personal encargado de su atención.

La decisión de cerrar los locales fue adoptada por las propias madres y traduce con crudeza los efectos sociales de la crisis financiera, económica y administrativa en la que se ha visto envuelto el municipio.

De todos modos desde el área de Acción Social del municipio se indicó que el pasado viernes se repartieron alimentos y que ayer lunes se estaban habilitando los fondos para normalizar la provisión.

La idea de las autoridades es descentralizar su funcionamiento asignando directamente los recursos a las entidades vecinales y organizaciones que trabajan en su atención.

Mientras tanto los comedores comunitarios, que son atendidos por la provincia y el municipio, se encuentran en una situación similar, aunque en esos casos la atención abarca a abuelos, madres solas y niños en edad escolar.

El caso de los centros infantiles es todavía más grave por cuanto allí reciben atención los chicos de hasta cinco años cuyos padres deben salir a trabajar y no tienen posibilidades de acudir a familiares o una guardería paga para asegurarse el cuidado de los pequeños.

El sistema de madres cuidadoras, en el que Bariloche fue pionero durante la gestión de la ex intendenta María de Costa, apunta a una atención integral, brindándoles apoyatura escolar, algo de recreación y favoreciendo además la organización comunitaria.

Las madres cuidadoras son vecinas del propio barrio que han sido capacitadas para la atención del centro y reciben una asignación mensual.

Junto con asistentes sociales y maestras jardineras los equipos son solventados con programas nacionales y el plan municipal Manos a la Obra.

Sin embargo, no han percibido sus honorarios y la situación soporta por esa cuestión un grado más de complejidad.

La decisión de cerrar las puertas fue presentada por las madres como «una lamentable obligación» frente a la falta de recursos. Subrayaron que «para nosotras ha sido una decisión muy difícil y dura a la vez» pues «siempre tratamos de que las fallas de las autoridades no afectaran directamente a las personas que necesitan de nuestros servicios».

Indicaron que a través del tiempo han procurado «solventar de una forma u otra la inconstancia en la entrega de alimentos, privándonos de cumplir con un esquema de nutrición favorable a las necesidades de alrededor de 300 chicos».

Las madres firmantes del reclamo pertenecen a los centros ubicados en la Cooperativa 258, Nuestras Malvinas, Los Abedules, Sara María Furman, 154 viviendas, Alborada, Lera, Araucaria, San Francisco I y San Francisco III.

Las madres advirtieron que «los centros serán abiertos cuando los responsables nos den una solución concreta y no sólo promesas vanas».

Remarcaron que sienten además el desgaste de «una lucha constante por defender los derechos de nuestros niños».